Entonces ¿Qué somos?

Leíamos hace poco un artículo publicado por un señor cuya curricula nos puso a pensar seriamente, señalaba el final de su artículo lo siguiente “Biólogo, doctor en filosofía, investigador del centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM” el nombre del portador de tales títulos es Julio Muñoz Rubio, y su artículo se denominó “Ni el Embrión ni el Feto Son Seres Humanos”.

Desconozco en verdad la profundidad de los estudios que esta persona ha realizado, pero me sorprende sobre manera la defensa que ha presentado respecto a la práctica del aborto, al señalar que durante las primeras semanas de embarazo en la mujer se desarrollan una serie de reacciones celulares indiferenciadas y que no es posible saber que es lo que se está manifestando ahí. Hace una crítica digamos un tanto aceptable de algunas ocasiones en que instituciones dedicadas al desarrollo espiritual de los individuos entiéndase iglesia, se ha salido de su ámbito y a pretendido intervenir en cosas que solo le competen según él a la ciencia, es cierto que en ese sentido se han cometido errores graves, producto tal vez de la ignorancia y la falsa creencia de dichas instituciones de poseer en absoluto la verdad.

No obstante la simple lógica nos lleva a pensar que no es posible que como humanos no sepamos lo que se gesta en el útero de la mujer cuando esta llega a su edad reproductiva y sostiene relaciones sexuales con un hombre, creo que hasta un niño actualmente nos puede decir que va a pasar.

Hay quienes sostienen que solo somos una fusión de células, pero nos preguntamos, ¿Una vez fusionados el óvulo y el espermatozoide, que son? porque no es ni lo uno ni lo otro, que si es mórula, blastocelo, cigoto o lo que sea, no lo es sin un propósito claro, si estas células llegan a ser eso, es porque se trata de un nuevo ser en potencia de ser algo más perfecto, en el caso del hombre se trata de la ordenación necesaria propia de nuestra naturaleza.

Señala el autor “El ulterior proceso de diferenciación celular, ya como feto, no le da a éste el status de ser humano pues depende por entero de la suerte de la madre. Sólo hasta el momento del nacimiento del nuevo ser, tenemos que se puede hablar de un ser humano, en la medida en que todas sus partes y funciones están ya completadas (con excepción de las reproductivas, las cuales comenzarán a desarrollarse en la adolescencia). Las funciones del recién nacido ya son independientes de las de los progenitores, a diferencia de cuando el embrión y el feto se encontraban en el vientre de la madre”

Lo anterior vuelve a golpetear la inteligencia porque aún después de nacido el ser humano depende directamente de su madre, todas sus necesidades fisiológicas dependen de su madre, igual que dependieron cuando recién fue engendrado. Los nutrientes necesarios para el desarrollo celular señalado por el Dr. Muñoz, provienen de la madre, al igual que provienen la leche con la cual se ha de alimentar posteriormente, y el regazo donde deba de acunarse.

El ser humano es tan vulnerable que por muchos años sigue dependiendo de otros para mantenerseen el ser, por esta razón nos quedamos perplejos ante la afirmación de que ni el embrión ni el feto son seres humanos, ¿Acaso el mucho estudiar atrofia nuestras funciones lógicas y nos vuelve retrasados?.

Un campesino o ganadero sabe que si su toro monta una vaca, lo más seguro es que la vaca en poco tiempo deba parir un becerro, igual pasará con los chivos o los borregos, cada uno tendrá un crío según su especie, a menos que exista algo que interrumpa su preñez, y no necesita quemarse las pestañas en la universidad para saber tales cosas, puesto que esto lo aprende del medio natural en el que se desempeña.

¿Que nos sucede a nosotros entonces?¿En que momento perdemos la conciencia sobre este aspecto fundamental de nuestra preservación como especie?

No necesitamos ostentar ningún tipo de título para darnos cuenta de que más que una demostración científica del hecho de nuestro advenimiento a este mundo, se trata de una opinión orientada a una cultura hedonista, donde nada debe obstruir nuestras necesidades de confort y bienestar, aun a costa de volvernos antropófobos.

Lo único claro y simple que nos queda después de todo lo expuesto es que cuando una mujer está embarazada, sea días o meses los que tenga de gestación, seguramente tendrá un nuevo ser humano, no un becerro o un pollo, tendrá un ser humano, de como se constituya éste durante sus primeros días, no le quita en nada su calidad de persona, puesto que su dignidad de persona no depende de su actividad intelectual y cerebral, sino de lo que potencialmente esta facultado para llegar a ser.

Aún antes de que nos percatemos de ello, somos personas, o acaso ¿Es menos persona el que nace con deficiencias intelectuales? o ¿Es menos ser humano el que tiene serios problemas neurológicos? si fuese así, en razón de lo que expone el Dr. Muñoz, no tendrían derecho a vivir aquellos que presenten estos problemas, por tanto, creo que su argumentación adolece de un verdadero conocimiento de la naturaleza humana.

Aclaramos, no somos eruditos en la materia, pero el haber leído el citado artículo, nos puso a pensar seriamente sobre lo que verdaderamente debe importarnos como especie, y si no somos capaces de respetar al más indefenso de los seres, no somos dignos de decirnos seres racionales, puesto que atentar contra la propia especie es un acto de verdadera estupidez.

Fuente: http://bonuverum.blogspot.com



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