En la onda expansiva de Wittgenstein

‘LUDWIG WITTGENSTEIN. ANALOGÍA Y PARECIDOS DE FAMILIA’. Mauricio Beuchot. Herder, 2016, 156 págs. 16,90 euros.
El filósofo e investigador mexicano Mauricio Beuchot absorbe parte del estilo claro, conciso -y no por ello menos misterioso- de Wittgenstein para tratar de explicarlo y resumirlo en pocas páginas. Este camuflaje estilístico y enunciativo con el objeto de estudio le ayuda sin duda en lo que respecta al segundo gran objetivo de este iluminador librito, el de tratar de completar al gran y esquivo pensador austriaco, de marcar una línea de interpretación del autor del Tractatus y las Investigaciones filosóficas para el presente y el futuro de la filosofía del lenguaje y hermenéutica.

Así, imbuido de un espíritu didáctico y asumiendo las principales lecturas que hasta ahora ha soportado la obra de Wittgenstein, Mauricio Beuchot repasa, desde distintas ópticas, los dos grandes periodos en los que se suele dividir su pensamiento con la intención de superar las posturas maximalistas que han malinterpretado doblemente a Wittgenstein, tomándolo ya por un positivista lógico antimetafísico, ya por un escéptico y relativista que deslió la filosofía en una nebulosa terapéutica.

Señalados y explicados los equívocos, asumido un Wittgenstein poliédrico antes que bifronte, Mauricio Beuchot se encuentra por fin legitimado para nombrar (y devolver) algo así como una deuda con el pensamiento wittgensteiniano que implica a su vez una mirada en clave personal a su obra. Es al momento en que el austriaco decide abandonar la idea de lenguaje como espejo del mundo e interesarse en su actualización pragmática -los famosos “juegos de lenguaje”- y en la correspondencia de éstos con “formas de vida”, a donde se dirige Beuchot para tomar impulso y dar el paso que el austriaco no dio o sólo dejó dibujado. Lejos del reproche, lo que carecería de sentido, y cerca de una asumida filiación, el mexicano profundiza en nociones como las de “parecidos de familia” y “ver como” para considerar a Wittgenstein como el motor de su filosofía analógica, una manera de “decir de otra manera”, de “decir balbuciendo” (discurso simbólico, metafórico, basado en semejanzas y diferencias) que sacaría a la religión, la estética o la ética del silencio mostrativo (pues se viven, no se “dicen”) en el que las confinó el radical giro pragmático del austriaco.
Fuente: http://www.diariodesevilla.es/article/ocio/2270166/la/onda/expansiva/wittgenstein.html

27 de marzo de 2016. ESPAÑA



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