Economia Moral

Cuando decidí romper los marcos estrechos de los estudios convencionales de pobreza y amplié la mirada para ver al ser humano completo, uniendo pobreza con florecimiento humano y distinguiendo pobreza económica de pobreza humana, tareas que llevé a cabo en mi tesis doctoral, (1) no me percaté plenamente que la ampliación de la mirada (y la radicalización así implicada) iba necesariamente unida a la proyección de la mirada a un futuro en el cual el florecimiento humano fuese una realidad generalizada, lo cual requeriría la transformación social radical.
Pero lo intuía y por ello al planear el número 23 de Desacatos. Revista de Antropología Social (2), en torno a los temas de mi tesis, convoqué a dos ‘futurólogos normativos’, cuya labor no consiste en pronosticar el futuro más probable sino analizar las condiciones del futuro deseable. Se trata de György Márkus (Hungría-Australia), GM, quien ha analizado como nadie los finos matices de la concepción de Marx, sus problemas internos, sus inconsistencias y los retos que enfrenta en el mundo actual, y de Ruth Levitas (Gran Bretaña), RL, quien ha analizado a fondo el pensamiento utopista, tanto el de los utopistas mismos como el de quienes han reflexionado sobre la materia (Marx, los socialistas utópicos, Karl Mannheim, Ernst Bloch, Herbert Marcuse, William Morris entre otros). Son dos miradas al futuro de carácter diferente, teoría crítica y utopismo, pero con un mismo propósito, el florecimiento humano. Como dice Paulette Dieterlen: “Lo que este número de Desacatos nos muestra es que no podemos abandonar la utopía si queremos vivir en un mundo mejor”.

He identificado el siguiente punto de unión central entre ambas miradas y entre ellas y la de mi tesis doctoral:

A) Para GM la realidad empírica vivida de necesidades radicales, definidas como aquellas que se generan en el capitalismo pero que no pueden ser satisfechas en él, por lo menos para la mayoría, (vg. las necesidades de actividad creativa y de autorrealización) son condición de posibilidad de la teoría crítica (pues de otra manera no habría la motivación transformadora) y desempeñan un papel central en la distinción fundamental del marxismo entre fuerzas productivas y relaciones sociales, entre aquello a lo que “nunca renuncian los seres humanos” (Marx) y lo que debe cambiarse.3 La teoría crítica, concluye, que analiza el presente desde el punto de vista de una alternativa de futuro basada en necesidades radicales definidas, ha de probar su carácter universal, su capacidad de conducir la unificación práctica del género humano. Se aprecia aquí la centralidad de las necesidades y el hecho que las necesidades radicales han de desarrollarse, no están dadas de manera natural (por ello GM se refiere a su existencia empírica). Esto coincide con el concepto de desarrollo de las necesidades (y las capacidades) que he postulado como el elemento constitutivo del eje de florecimiento humano.

B) En el capítulo sobre William Morris del libro de RL encontramos la idea de Miguel Abensour de la educación del deseo, quien añade: “se trata de enseñarle al deseo a desear, a desear mejor, a desear más y sobre todo a desear de manera distinta”. RL señala que Noticias de ninguna parte, la novela utópica de Morris, “nos invita a experimentar lo que significaría estar en plena posesión de nuestra humanidad”. Cita a Raymond Williams, quien encuentra valioso en la novela de Morris el “reconocimiento del largo proceso de desarrollo de nuevas necesidades, condiciones y relaciones sociales”. Aunque sólo es Williams el que utiliza los mismos términos: desarrollo de (nuevas) necesidades, la educación del deseo es muy cercana a aquélla: ambas son formas de alcanzar la riqueza humana en la concepción de Marx, para quien la persona rica es la que necesita mucho y ha desarrollado ampliamente sus capacidades.

Vemos que tanto en lo mejor de la teoría crítica como del pensamiento utopista resulta central el concepto de desarrollo de las necesidades, lo que me lleva a la conclusión que el enfoque desarrollado en mi tesis doctoral no sólo es adecuado para ampliar la mirada sino también para proyectarla al futuro. Lo bueno es el florecimiento humano y, por tanto, la sociedad buena es la que promueve y alienta el desarrollo y satisfacción de las necesidades y el desarrollo y aplicación de las capacidades, esencia de dicho florecimiento. Al parear capacidades y necesidades, el aspecto activo de las primeras complementa el pasivo de las segundas.

La primera parte del título del número 23 de Desacatos, “De la pobreza al florecimiento humano”, refleja la ampliación de la mirada desde la pobreza económica y su eliminación, hacia la pobreza humana y su superación, o sea hacia el florecimiento humano. Pero también refleja la inmensidad de la tarea que esta generación y las siguientes tenemos enfrente: superar la pobreza económica y estimular el florecimiento de todos. Por lo antes dicho, la segunda parte del título, “¿teoría crítica o utopía?” debió haber sido “teoría crítica y utopía”, lo que coincidiría con E.P. Thompson que ha dicho que el marxismo, reino del conocimiento, y la utopía, reino del deseo, son complementarios, y con la idea de Ernst Bloch de complementariedad entre la corriente caliente (pasión) y la fría (análisis) del marxismo.

(1) Ampliar la mirada. Un nuevo enfoque de la pobreza y el florecimiento humano, CIESAS-Occidente, abril de 2005.

(2) Desacatos es publicado por el CIESAS. Se puede adquirir en algunas librerías o consultar y bajar en el portal electrónico del CIESAS: http://www.ciesas.edu.mx/

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Fuente:
http://www.jornada.unam.mx/2007/06/15/index.php?section=opinion&article=028o1eco



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