Condillac: La Metáfora de la Estatua (o la antropología del mármol)

Alumno de la Escuela Superior de Filosofía
Y también tuve miedo.
Miedo de las palabras que no cantan,
miedo de las imágenes que sobran
cuando tanto ser falta.

Roberto Juarroz “Poesía Vertical”

La mitología Griega se encuentra desarrollada en un ámbito de sensismo, donde los dioses padecen las mismas experiencias generadas en la sociedad. Los dioses son articulados con rasgos sobrenaturales que rebasan las potencias humanas pero al mismo tiempo son participes en el uso de las fuerzas naturales, las pasiones (a veces vulgares), las virtudes humanas. Esta visión teo-antropológica adhiere lo divino a objetos particulares, empíricos.

Así, el desarrollo presocrático de la filosofía griega queda inmerso en relacionar aspectos inteligibles (principio vital) con objetos tangibles como fueron el aire (Anaxímenes 585 – 524 a. C.), en otros casos el fuego (Heráclito 544- 484 a. C.) y el agua (Tales de Mileto 639 ó 624 – 547/6 a. C.), teniendo su culmen con Demócrito (470/460 -370/360 a. C.), donde su modelo atomista de la realidad lo llevó hasta la conformación de una teoría gnoseológica dentro de sus tratados.

El mismo Demócrito nos muestra como La psyché (alma) del hombre estaría formada por átomos esféricos livianos, y el soma (cuerpo), por átomos más pesados. Las percepciones sensibles, tales como la audición o la visión, son explicables por la interacción entre los átomos de los efluvios que parten de la cosa percibida y los átomos del receptor (cualquier similitud con las teorías de la comunicación actuales es pura negligencia).

El empirismo gnoseológico ha transmutado a lo largo de la historia en diversas corrientes donde necesariamente debe señalarse su especial auge en el empirismo inglés (Bacón 1561-1626, Locke 1632-1704, Hume 1711-1776), en los cuales ya podemos observar la equivalencia entre nociones como idea-imagen-sensación. Esta concepción se transmite de forma fiduciaria a la ilustración francesa donde en muchas ocasiones la carencia de método filosófico es patente, condición del entorno político en que se desarrolla esta coyuntura.

Uno de sus principales exponentes fue Esteban Bonnot Abad de Condillac (1715-1780), su Ensayo Sobre el Origen del Conocimiento Humano es un intento de reducir las dos fuentes de conocimiento de Locke (la percepción y la reflexión), a una sola, que sería la sensación (un solo principio al igual que los griegos).

Condillac se propone deducir rigurosamente de un solo principio –es decir, de la primera percepción sensible- la generación de todas las facultades y operaciones del alma…descubrir la idea que debe ser el germen de todas las demás…Todo se deriva de la primera experiencia sensible pasiva ocasionada por la acción de los objetos…Las ideas (y el entendimiento) no son más que sensaciones transformadas . (1)

Así, dentro de su tratado de las sensaciones podemos ser testigos de su estilo pedagógico (que tal vez fue la ocasión para sus escasos resultado con el infante don Fernando) con su famosa metáfora de la estatua. Este curioso ensayo sale del mecanicismo con que realiza su análisis que a decir de algunos cae en la sequedad, deduciendo de lo anterior que se realizó con fines didácticos pero que ha sido motivo de crítica por la ingenuidad metódica con que llega a sus conclusiones.

El primer paso realizado por el Abad en su metáfora es presentar los supuestos necesarios para el vital experimento ante lo cual nos previene: “es muy importante colocarse exactamente en el lugar de la estatua que vamos a observar. Es preciso comenzar a existir con ella, no tener más de un solo sentido cuando ella solo tiene uno, no contraer sino los hábitos que ella contrae; en una palabra, es preciso ser solo lo que ella es. La estatua juzgará las cosas como nosotros solo cuando tenga todos nuestros sentidos y toda nuestra experiencia, y nosotros juzgaremos con ella solo cuando supongamos que estamos privados de todo lo que le falta…”.

Es indudable la influencia metodológica de Newton en este tipo de análisis característico de las ciencias físicas. Con variables de posición, tiempo, velocidad, intentaba establecer los supuestos para un acercamiento noético al ser humano, y con este mismo afán continúa: “imaginamos una estatua organizada interiormente como nosotros y animada por un espíritu privado de toda clase de ideas. Supusimos, además, que el interior de mármol no le permitiría el uso de ninguno de sus sentidos, y nos reservamos la libertad de despertarlos, según nos pluguiera, a las diferentes impresiones de que son susceptibles…”.

En la actualidad es común dentro de las ciencias particulares que versan sobre el hombre (llámese economía, sociología, comunicaciones) el uso de este tipo de supuestos para desarrollar teorías con un fundamento antropológico, no obstante en la Francia iluminista de 1700 resultaba novedoso este tipo de métodos, principalmente por el generalizado rechazo de todo lo que guardara relación con lo sobrenatural.

Ahora el siguiente paso para Condillac será demostrarnos como las ideas y entendimiento solo son una suma de sensaciones ya que están adheridos a las facultades, las cuales siempre parten de sensibles, así comienza por uno de los sentidos: “Creímos conveniente comenzar por el olfato, pues de todos los sentidos es el que parece contribuir menos al conocimiento del espíritu humano. Así, los conocimientos de nuestra estatua, limitada al sentido del olfato, sólo pueden extenderse a los olores. No puede concebir las ideas de extensión, de figura ni de nada que esté fuera de ella o fuera de sus sensaciones, ni tampoco las ideas de color, de sonido o de sabor”.

Mediante lo anterior se deduce que “limitada al sentido del olfato no puede conocer más que olores, la flor para ella es solo olor, la estatua no podría sospechar que existe algo a lo que se parezca, lo que llamamos materia”, por consiguiente se deduce “bastaría aumentar o reducir el numero de sentidos para que formuláramos juicios enteramente diferentes de los que hoy nos parecen tan naturales”.

Como ya hemos advertido, las nociones noéticas del Abad Condillac tienen como resultado una crítica a las concepciones antropológicas de corte metafísico, y obviamente el impulso de las corrientes materialistas en la Francia del siglo XVII, origen mediato del materialismo en el resto de Europa, así como también del desarrollo del método de las ciencias físicas vinculado a los estudios sobre el ser humano, principalmente al origen del conocimiento.

La importancia de esta metáfora puede ser nula por su valor metodológico para la filosofía en sí, pero al ser testimonio fiel de la evolución del empirismo en la Europa iluminista, es de gran trascendencia para la historia de la filosofía.

En este tenor, es necesario abstraer de la realidad actual esta antropología del mármol, que se distingue por el olvido del ser (humano) y sus notables consecuencias en sus múltiples dimensiones. La delimitación de las ciencias a un aspecto particular del estudio del ser humano (biológico, psíquico, físico) no conlleva la omisión del sustento ontológico, plataforma necesaria para la correcta edificación del conocimiento realista.

1.- FRAILE, Guillermo, Historia de la Filosofía, Madrid, 1991, tomo 3.



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4 respuestas a "Condillac: La Metáfora de la Estatua (o la antropología del mármol)"

  1. hola muy buen ensayo, pero siempre he querido los tratados originales y solo he encontrado referencias de borges y ensallos como el tullo, que por cierto es muy adecuado, y si x casualidad sabes donde puedo conseguir el tratado te lo agadecería muchisimo

  2. El problema de Mollineaux; eso es lo central.
    Condillac es anecdótico, el ciego de Mollineaux es lo que discuten Berkeley, Locke, Leibniz, Diderot etc.
    La mediatez o inmediatez de percepción – sensación; y la sensorialidad inata o aprendida.
    El problema de Mollineaux fue el centro de la controversia filosófica que empezó en 1695.y sigue vigente 350 años después.
    Cuando Mollyneaux planteó el problema del ciego a Locke, se trataba de un experimento mental porque en ese momento no era posible constatarlo empiricamente.

    Las conclusiones de Berkeley acerca del ciego de Mollineaux son el nucleo duro del empirismo idealista.
    La de Leibniz es la respuesta del idealismo racionalista
    Y la de Diderot es la del materialismo que coincide con Berkeley en lo relativo al empirismo pero combate su interpretación idealista del problema.
    Lo mismo harían después Marx, Engels y Lenin.
    El problema del ciego de Mollyneaux es la lanza más aguda que atraviesa de lado a lado al racionalismo. Eso es lo que concluye el observador imparcial.
    Siempre habrá quien niegue la evidencia por fidelidad teológica o ideológica, pero el que es imparcial verá que los “universales” de Platon, las “ideas innatas” de Descartes, las categorías “apriori de Kant” no aguantan la toma de la demostración del problema de Mollyneaux;

    Leibniz y todos los innatistas contestaron que el problema se resolvería afirmativamente mientras que los empiristas respondían lo contrario.
    Al demostrarse que el problema se resuelve en favor del empirismo, los argumentos del innatismo se vuelven contra él.

    En fin, todo un tema.
    Con infinitas derivaciones: por ejemplo, en Filosof del Der:
    el iusnaturalismo es innatista por definicion y Mollyneaux se convierte en un obstáculo imposible de sortear.

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