De la olocracia

Hemos oído que Aristóteles clasificó a las formas de gobierno en tres clases, según quienes ejercen el poder: en la monarquía, lo ejerce un solo individuo; en la aristocracia, un grupo minoritario; y en la democracia, el pueblo. Esas son las formas puras, en las que el soberano impera en beneficio de todos. Pero hay unas formas perversas, en las que lo hace en beneficio propio con perjuicio del resto, que son respectivamente la tiranía, la oligarquía y la demagogia. Eso es lo que una tradición ya atribuye al filósofo de Estagira. Pues bien, no es eso lo que dijo, por lo menos no con respecto a la democracia. Él llamaba así a la forma perversa, en la que el pueblo gobernaba para su provecho exclusivo, si este lo hace en beneficio de todos lo llama “comunidad”, según la versión que manejo.

Hay que tomar en cuenta que el estagirita estaba pensando en el Estado como una ciudad griega, en la que había por lo menos dos estamentos, la plebe y la nobleza o patriciado, término romano este último. La democracia sería el gobierno de la plebe, del pueblo, entendido como la fracción mayoritaria, ejercido oprimiendo al resto. En ningún caso es el gobierno de todos. Si el estamento popular usaba el poder sin perjudicar al ¿Qué quiere decir gobernar en “provecho de todos”? Esencialmente respetar los derechos naturales de todos y cada uno. resto, teníamos la “comunidad”. Sería el surgimiento de las modernas democracias el que llevó a inventar la fórmula apologética, en la que se quiere colocar bajo el manto aristotélico a tal forma de gobierno. ¿Qué quiere decir gobernar en “provecho de todos”? Esencialmente respetar los derechos naturales de todos y cada uno. En la democracia, con frecuencia, a cuenta de contar con la mayoría, se hace tabla rasa de lo que los otros legítimamente han. Y las cosas no deben ser así, aun cuando lo hubiera dicho Aristóteles, quien por supuesto no lo dijo.

Las formas perversas suelen coincidir en una sola. Un tirano ejerce el poder omnímodo en beneficio de sus amigos, normalmente lisonjeando a la plebe, a la que impulsa en contra de fracciones minoritarias, a las que se hace aparecer como el “enemigo del pueblo”. Esto de mimar a la mayoría es la demagogia, que es un modo de conducción política, no una forma de Estado, es una deformación frecuente, la vimos en la Grecia antigua y la encontramos también en las repúblicas italianas medievales, en las que los déspotas se autotitulaban “capitano del popolo”. Siempre el buen vivir “del pueblo” fue el gran pretexto de los tiranos. El vocablo “democracia” ha sido manipulado hasta la saciedad por toda clase de dictadores, no olvidemos las “democracias populares” eufemismo absurdo que enmascaraba en Europa Oriental los gobiernos más opresivos de la historia. Por todo eso se propone sustituir esa palabra, vacía ya de contenido y errónea en su concepción, con la de olocracia, que literalmente significa el gobierno de todos, en el sentido deun régimen respetuoso con los derechos de todos, en el que ningún arbitrario o su camarilla atropelle a nadie con el argumento de “quiganamuslasiliccionis”.
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Fuente: http://www.eluniverso.com/2010/09/27/1/1363/olocracia.html?p=1354&m=2632

ECUADOR. 27 de septiembre de 2010



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2 respuestas a "De la olocracia"

  1. como bien dice el articulo el vocablo democracia ha sido manipulado hasta la saciedad y habr´ra que agregar hasta la suciedad. ya que por meros intereses particular pretenden vender la imagen de un beneficio social.

    y estoy de acuerdo tanto este termino de democracia así como otros terminos desde la antigua grecia han sido tergiversados a traves de la historia pero lo perverso del asunto es que nos los quieran endilgar al mismo nivel y grandeza de aquellos grandes pensadores y aquellos que edificaron grandes imperios.

  2. Así como la tesis y la antítesis, es en lo que a degenerado la creación del sistema llamado “democracia” a “olocracia” es la cruda realidad plasmada en el tercer mundo y aplicada en algunas potencias de forma muy sutil y barajada salvo exepciones de sistemas de primer nivel como algunos de los llamados países bajos, actuales ejemplos de forma de gobernar.

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