La vida lograda, según Alejandro Llano

Compré este libro por su título y, aunque cueste reconocerlo, pese a su autor. Trato de huir del academicismo, de esos libros escritos por y para eruditos, de extensas, complejas y oscuras obras que parecen tener por objeto resaltar la importancia del sesudo escritor, más que transmitir los conocimientos que se supone que éste debería tratar de compartir con el común de los mortales.


Y claro, cuando uno lee que su autor ha sido profesor de Antropología en la Universidad de Valencia, catedrático de Metafísica en la Universidad Autónoma de Madrid, profesor ordinario de Filosofía en la Universidad de Navarra y miembro de la Academia Europea de las Ciencias y las Artes… Pues eso, que se asusta.

Pero después descubre, con asombro, que se trataba de un miedo infundado. Porque Alejandro Llano escribe en esta obra para que se le entienda, para ayudar al que la lee a tener las directrices necesarias para encaminarse a lo que, con acierto, denomina “La vida lograda”.

Veamos algunos de los apuntes que tomé del libro y que, al menos a mí, me hanresultado treméndamente útiles:

1. Lo más inquietante de la situación actual no es que no sepa cuál va a ser el panorama dentro de un año o de un día, es sobre todo que no sé cómo son las cosas ahora mismo.

2. Lo que dice [Agustín de Hipona] es que no busque fuera de mí, que la Verdad habita en el interior del hombre que soy yo.

3. La misión de la ética es ayudarme a descubrir como aprender a vivir de modo que mi existencia alcance la plenitud a la que está destinada.

4. Es joven todo aquel para quien el futuro presenta mayor interés que el pasado.

5. Poseer demasiados bienes materiales no es algo bueno para la persona; la austeridad es una de las virtudes que hoy más necesitamos.

6. El amor es el resorte clave que impulsa a la búsqueda de la verdad como perfección del hombre.

7. Si los seres humanos empezamos hace siglos a filosofar, e incluso algunos seguimos en ello, no es por otro motivo que el de aprender a vivir, el de alcanzar una vida lograda, el de ser felices.

8. Como todo arte, el de aprender a vivir sólo se adquiere por la práctica.

9. Para actuar bien, he de tener en cuenta que continuamente “me pasan” cosas que no dependen de mí. Aunque de mí depende cómo las afronto.

10. Una vida malograda es una existencia herida y dispersa, que ha perdido el norte y la esperanza de recuperarlo. Como un avión mal pilotado, ha entrado en pérdida y no consigue remontar el vuelo. Ya no se procura entonces vivir bien, sino simplemente sobrevivir. No se trata meramente de que sea una vida mal orientada: está internamente empobrecida, porque se ha ido vaciando de su propia sustancia, de lo más valioso que podía haber en ella.

11. Nadie me ha pedido permiso para traerme a la vida. Los existencialistas (…) pensaban que esto era una especie de maldición: el arrojamiento a la existencia, el hecho de estar ya sin más en el mundo. Los humanistas entienden que se trata, más bien, de un don: el regalo radical del propio ser.

12. Me han dado la vida, pero no me la han dado hecha. Me he de inventar mi propia vida y el drama que tengo como persona consiste en que esa vida la puedo lograr o malograr.

13. No he avanzado hacia mi futuro profesional o mi prestigio social: he avanzado hacia mí mismo.

14. Casi nunca acierto a la primera.

15. Recordar la naturaleza, ir al encuentro del propio ser, es un modo ecológico de vivir. Promete belleza y salud.

16. “Matar el tiempo” es matar la vida

17. Un hábito no tiene nada de rutinario, porque es creativo. (…) Los hábitos son catalizadores de la innovación. Fertilizan la energía vital. Potencian exponencialmente capacidades cuya adquisición nunca se detiene, porque lo ya ganado faculta para ganar más.

18. Tengo que ir dándome a mí mismo el modo según el cual esa apertura mía se plasma en un estilo único e irrepetible, al que se denomina “carácter”. No hay que confundir el carácter con el temperamento. El carácter es adquirido, mientras que el temperamento es congénito, biológicamente heredado. El temperamento tiene mucho de fisiológico, mientras que el carácter es un concepto predominantemente ético.

19. La virtud es la realización de esas potencialidades características de la manera humana de existir y comportarse.

20. Hay que fomentar la configuración de ambientes fértiles, estimulantes, donde el vicio no se exalte ni se ridiculice la virtud; donde abunden las personalidades maduras, también entre los más jóvenes; donde las Humanidades -único apoyo de utilidad probada en este campo- no se desprecien como se acostumbra, y se cultive así el trato con los ejemplos más logrados de verdad, belleza y bondad que se han producido en la historia y el arte. Como dice Kolakowski a propósito de la filosofía, en realidad no se siembra ni se recoge: la labor consiste sobre todo en remover la tierra.

21. Espíritu es simultáneamente intimidad y apertura

22. Todos conocemos a ricos desgraciados. Y, sin embargo, rara vez me encuentro con alguien que no desee ser rico si no lo es, o incluso más rico si ya lo es.

23. Antes se decía que había cosas fuera de comercio -es decir, no sometidas a compraventa- pero ahora no es fácil encontrarlas.

24. El dinero es el medio por excelencia, el medio de los medios si se quiere, pero carece por completo de valor en sí mismo. El dinero es siempre “para otra cosa”.

25. Decían los antiguos que un mínimo de medios materiales es imprescindible para practicar la virtud, porque si no tengo ni un euro ando tan ocupado en procurármelo que no tengo sosiego ni siquiera para ser virtuoso.

26. Es intrínsecamente malo explotar a las capas de población más desfavorecidas de países pobres, para que los individuos más poderosos de países ricos consigan beneficios completamente desproporcionados.

27. La dignidad de la persona humana es anterior a su reconocimiento por las leyes.

28. El hombre guarda una chispa de la divinidad en su mente y en su corazón.

29. Ser justo es dar lo que a mí me sobra y a otro le falta y, en consecuencia, le pertenece.

30. El afán de adquirir riquezas no les ha dejado el sosiego necesario para avanzar en el conocimiento y adquirir la virtud. Consiguen entonces un poder que no tienen ni idea de cómo usar, y lo que hacen es utilizarlo según su capricho o las presiones que reciben de otros aún más poderosos.

31. Magnanimidad significa grandeza de alma, y ésta es una de las virtudes que hoy más se echa en falta, seguramente porque el espíritu burgués, que exalta la cautela mediocre, tiende a invadirlo todo.

32. El exceso suele dañar. Y esto sucede hasta con la virtud: que su demasía la hace odiosa y contraproducente. Ni siquiera demasiada virtud es buena, justo porque la virtud misma consiste en un medio entre dos extremos. (…) Cuando la propia moral se hincha y se absolutiza, sobreviene el moralismo, que con notoria facilidad desemboca en el inmoralismo.

33. Por llevar mucho dentro, no precisan recurrir en exceso a lo de fuera.

34. Los lujos de hoy son las necesidades de mañana. Y así sobreviene ese auténtico “cáncer de Occidente” que es el consumismo.

35. Uno de los objetivos de la educación del carácter podría consistir en lograr que e apetezca precisamente lo que necesito.

36. El olvido de la literatura, la historia, las lenguas clásicas o la filosofía, guarda relación directa con la pertinaz desatención a todo aquello que contribuya al florecimiento de lo más humano de la vida. Es un implacable proceso de empobrecimiento cultural que lleva a una pavorosa superficialidad y a la valoración desproporcionada de lo material y tecnológico. Para causas perdidas, las Humanidades.

37. Los auténticos bienes son los que dilatan los horizontes de mi ser y potencian mis operaciones más propias.

38. Mi objetivo en la vida no es acumular, sino dar y compartir.

39. Ser más y, en consecuencia, ser capaz de más.

40. La riqueza no es un fin, pero sí un medio precioso para la eficacia expansiva de una vida lograda.

41. Según decía Kierkegaard, las puertas del espíritu se abren hacia afuera.

42. Hay pocas maneras más eficaces de amargarse la vida que la de adoptar como lema el “más alto, más rápido, más fuerte”. (…) Ya no se trata de ser competente sino competitivo. (…) Lo importante ya no es escribir un buen libro, es que se venda más que el anterior.

43. No es lo mismo bien común que interés general.

44. Llega a ser el que eres, apremia Píndaro

45. Si no me comporto de acuerdo con mi modo de ser, en lugar de avanzar hacia mi florecimiento personal, me estoy dañando a mí mismo.

46. Sin tradición no hay progreso.

47. La técnicas han avanzado más rápidamente que nuestra capacidad de orientarlas hacia el bien del hombre.

48. La teoría consiste en saber, el arte y la técnica en saber hacer, y la excelencia ética simplemente en hacer.

49. Construyo o destruyo sin cesar mi propio ser

50. Quien está entretenido, renuncia a mirar la realidad.

51. La Humanidades son aquellos conocimientos tan apasionantes que nos consuelan del poco dinero que ganamos con su ejercicio

52. La clave última de la vida lograda no está en el conocer sino en el querer, en el amor: “mi amor es mi peso”, decía Agustín de Hipona.

53. El amigo es otro yo.

54. En la Edad Media, donde los ignorantes sitúan el colmo de la intolerancia, las tres culturas -cristiana, judía y árabe- convivían pacíficamente en la Península Ibérica, la todavía añorada Sefaradí de los hebreos. La riqueza cultural que esta interpenetración social llevó consigo es innegable. Sólo a comienzos de la modernidad, con el inicio del nacionalismo, se destruye esta convivencia intercultural y se producen expulsiones y exclusiones.

55. No confundas, por favor, lo normal con lo corriente.

56. Donar es dar sin perder.

57. Es bueno que existas precisamente tú, en aquello que de único e insustituible tienes.

58. En algún sentido, cada ser humano es mejor que todos los demás.

59. Cuando el aprendiz está maduro, encuentra siempre a su maestro.

60. Sólo hallo la plenitud fuera de mí mismo.

Sesenta puntos, sesenta citas, sesenta reflexiones sobre las que meditar. Cada una de ellas daría para un libro, cada una de ellas tiene esa fuerza interior capaz de cambiar el modo en que ves las cosas… Y te enfrentas a ellas.

Deja que, como espermánticas palabras, fecunden tu alma y germinen… Dando por fruto una vida realmente lograda.
Fuente: http://meditacionesdeldia.wordpress.com/2012/10/06/la-vida-lograda-segun-alejandro-llano/

8 de octubre de 2012



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3 respuestas a "La vida lograda, según Alejandro Llano"

  1. Interesantísimas todas las reflexiones que aquí se hacen, respecto al ser, respecto al Humanismo. Muchas veces, tal vez por las prisas, no nos permitimos el meditar, no desarrollamos nuestra propia manera de pensar, no las plasmamos, pero aquí yo encontré grandes similitudes con mi pensamiento, con todo aquello que guardo, y que es necesario sacar, practicar y hacerlo explotar.

  2. Agrego la siguiente:

    “En ves de tratar de encajar a las mujeres y a los hombres reales y concretos en alguno de los sistemas éticos, he procurado en este libro observar cómo la moralidad misma surge del empeño humano por alcanzar una vida lograda.”

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