Herbert Marcuse en el recuerdo

El 29 de julio 1979, hace 37 años, murió el filósofo alemán nacionalizado estadounidense Herbert Marcuse, de la escuela crítica de Frankfurt.

Herbert Marcuse, filósofo aleman de la escuela crítica de Frankfurt.

Marcuse había nacido el 19 de julio de 1898 en Berlín, en el seno de una familia de la alta burguesía de origen judío, pero germanizada.

Fue soldado en la primera guerra mundial, cuando era un adolescente. Estudió en su ciudad natal y en Friburgo. Obtuvo el doctorado en filosofía con un trabajo sobre Hegel, bajo la dirección de Heidegger.

Con motivo del asesinato de Rosa Luxemburg y de Carlos Liebknecht, se apartó en 1919 del partido socialdemócrata, al que se había afiliado.

Formó parte del Instituto para la Investigación Social de Frankfurt, de donde surgió la escuela filosófica a que perteneció junto a Teodoro Wiesengrund Adorno y Max Horkheimer. En 1933 el nazismo clausuró el centro y él tuvo que exiliarse.

En Estados Unidos, donde llegó en 1934, trabajó en el Instituto para la Investigación Social de la Universidad de Columbia y para agencias de información del gobierno federal. Enseñó en las universidades de Columbia, Harvard, Brandeis y en San Diego, California.

Dejó una obra de crítica radical a la sociedad contemporánea, aun en los aspectos que suelen considerarse progresivos respecto de los estados anteriores.

Más allá de la filosofía, donde osciló entre la razón y el instinto, entre la lógica de Hegel y Heidegger, Marcuse tuvo influencia considerable entre los líderes de la revuelta estudiantil de la década de los 60 en Europa y en los Estados Unidos.

En particular influyó sobre Daniel Cohn-Bendit, Rudi Dutschke y Nicos Poulantzas, quienes encabezaron las protestas estudiantiles en Francia, Alemania y Grecia.

Instó a renunciar al proceso democrático liberal y entendió que el poder sería desafiado sobre todo por los estudiantes y los grupos minoritarios y no por los trabajadores.

Sus obras fundamentales, en las que expone la doctrina social, son Razón y revolución (1941), Eros y civilización (1955), El marxismo soviético (1958) y El hombre unidimensional (1964).

De regreso en Alemania, murió en Stamberg el 29 de julio de 1979.

Marcuse usó para construir su síntesis elementos marxistas y del psicoanálisis. Sostuvo que la sociedad moderna, alienante y opresiva, incorpora a la clase obrera y la convierte en explotadora indirecta de las clases marginadas de los países pobres.

Su posición es antipositivista y está ligada a la dialéctica hegeliana, pero sufrió la influencia de Horkheimer, que lo alejo de Hegel.

Su fama mundial alcanzó su punto más alto con “El hombre unidimensional”, obra radicalmente crítica, a diferencia de “Un ensayo sobre la liberación”, trabajo posterior donde parece más optimista.

Marcuse entiende que la sociedad de consumo está esclavizada por el poder de la técnica, usada como herramienta de lucro y de masificación. La liberación deja de ser tarea de los trabajadores, integrados al sistema, para pasar a los marginados, porque éstos son los que soportan todo el peso del orden existente.

Su propuesta es utilizar la razón para transformar la técnica en instrumento de liberación.

Del Epílogo de Razón y Revolución: “La derrota del fascismo y del nacionalsocialismo no ha detenido la tendencia hacia el totalitarismo. La libertad está en retirada, tanto en el dominio del pensamiento como en el de la sociedad. Ni la idea hegeliana ni la marxista de Razón se han acercado a su realización”.

“La movilización general de la sociedad contra la liberación última del individuo, que constituye el contenido histórico del presente período, indica cuán real es la posibilidad de esta liberación”.

Del final de “El hombre unidimensional”: “La teoría crítica de la sociedad no posee conceptos que puedan tender un puente entre el presente y su futuro: sin sostener ninguna promesa ni tener ningún éxito, sigue siendo negativa. Así, quiere permanecer leal a aquellos que, sin esperanza, han dado y dan su vida al Gran Rechazo.

En los comienzos de la era fascista, Walter Benjamin escribió:

“Nur um der Hoffnunglosen willen ist uns die Hoffnung gegeben” (Solo gracias a los sin esperanza nos es dada la esperanza)

Fuente: http://www.aimdigital.com.ar

1° de agosto de 2016. ARGENTINA



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