Por Jaime Nubiola

Me llamó la atención un anuncio de Ikea que decía: «La vida es independizarse y con orden mucho más». No me gustó: la vida realmente no consiste en independizarse, sino en cultivar relaciones de calidad con las personas y con las cosas. Ese lema me trajo a la memoria —en contraste— otro anuncio de Ikea de hace algunos años que me resultó más acertado: «Disfruta del orden». Sospecho que, en ambos casos, la intención de Ikea era la misma: vendernos armarios donde ocultar el desorden.

Casi al mismo tiempo, leí un artículo de David Brooks en «The New York Times», titulado «La cuestión crucial del siglo XXI», que incluía una cita de mi admirada Simone Weil: «El orden es la necesidad más básica de todas». Me pareció una observación mucho más lúcida que el anuncio “independentista” de Ikea.

Todos —adultos y quizá más aún, niños— necesitamos un orden básico en nuestra vida y ese orden precisamente potencia nuestra libertad, nuestra creatividad. Sin un cierto orden en la cabeza, en el corazón y en las cosas, no resulta posible disfrutar realmente de la libertad. Por supuesto, quienes absolutizan el orden matan la libertad, pero quienes absolutizan la espontaneidad pueden sofocar la vida. Al ejercer nuestra libertad frente al capricho, ponemos orden en nuestra vida.

Si al abrir los armarios lo que vemos es desorden, probablemente nuestra vida también está desordenada y eso nos roba libertad.

Notas

Barcelona, 12 de agosto 2025.

Fuente: Jaime Nubiola

18 de agosto de 2025.  ESPAÑA