«A todos los adolescentes que conozco les interesa la filosofía» F. Savater.

«A todos los adolescentes que conozco les interesa la filosofía»
A los jóvenes les encanta discutir, dice el escritor vasco, que aprovecha esa pasión para presentar una obra sobre el mundo de las ideas, ‘Sin temor ni temblor’

«Los filósofos siempre hemos sido unos personajes bastante cómicos»
Fernando Savater (San Sebastián, 1947) nunca ha sido amigo de los tópicos y menos del que pinta la filosofía como algo aburrido y somnífero. Profesor de las universidades del País Vasco y de la Complutense, ya retirado, Savater ha aceptado el reto de demostrar que las ideas pueden ser también inquietantes y sugerentes para los adolescentes, y para ello ha publicado ‘Historia de la Filosofía. Sin temor ni temblor’ (Espasa), que incluye diálogos entre dos jóvenes y las ilustraciones de su hermano, el artista Juan Carlos Savater.

-A los jóvenes la filosofía les puede parecer «flipante». Lo dice usted en este libro. ¿De verdad?

-A todos los adolescentes que he conocido les han interesado las cuestiones filosóficas, aunque a muchos de ellos la palabra ‘filosofía’ le asuste o sobresalte. Te pones a hablar con un chico de la justicia, de la libertad o de la muerte y te metes en un terreno que a ellos les encanta, porque a todos les gusta discutir, mucho más a que a los adultos.

-Pero, ante una cita de Aristóteles, huyen.

-Tienen que saber que esas cuestiones que a ellos les preocupan vienen de una tradición, y yo trato en el libro de presentar a los filósofos como personas, con su cuerpo, con sus pasiones, con sus miedos. Las ideas no salen de unos intelectos puros sino de unas circunstancias, de unas historias que también se cuentan en este libro. Aristóteles eran un ‘meteco’, un extranjero, o un inmigrante, como diríamos hoy.

-Es decir, que nadie empieza a preguntarse todo desde cero.

-Si sabemos algunas de las preguntas y de las respuestas que se han dado a lo largo de la historia, ahorramos tiempo y podemos ir más lejos. Cuanto más sé de una cosa, más dudas tengo acerca de ella.

-¿Cómo salir de esas dudas?

-El agua está formada por una molécula de hidrógeno y dos de oxígeno. Eso es indiscutible. La ciencia se plantea una pregunta y la resuelve. La filosofía, no. Eso sí, nos enseña a convivir racionalmente con nuestras dudas y nos ayuda a construir preguntas más sofisticadas y a relacionar mejor unas cosas con otras.
-Los filósofos siempre han sospechado de las opiniones. ¿Por qué?
-Porque pueden estar infundadas. Lo dijo Platón. La filosofía desconfía de los caprichos, de las ventoleras y genialidades de salón. Aunque suene fuerte, busca la verdad.

-«Esa será su opinión», le podrían contestar. Parece que todas valen.

-Las opiniones están para discutirlas, y en el proceso de discusión se ve las que son buenas y las que no lo son tanto.

-¿Por qué las emociones tienen hoy mejor prensa que las razones?

-Porque a algunos les debe parecer muy humano eso de las emociones, más que pensar y razonar, que es algo que no pueden hacer ni los plátanos ni las cebras. Compartimos una base emocional con los animales, y no puede decirse lo mismo de la inteligencia.
Crear ambiente

-No debe de ser fácil explicar filosofía a los adolescentes.

-Supongo que es más fácil escribir un libro con citas de Kant que ocupen más de media página. Yo nunca me he presentado como filósofo sino como profesor de Filosofía. Lo que me interesa es educar. Por eso he incluido esos diálogos entre dos adolescentes, para acercar los temas, para crear un ambiente. También es una reverencia a la tradición que empieza con Sócrates.

-Pero usted ya está jubilado.

-Me auguraron todo tipo de nostalgias, pero estoy divinamente. Ahora leo ‘La República’ de Platón como si fuera un libro de Stieg Larsson, sin tener que preocuparme en extraer las ideas más importantes.

-¿No le parece que hace veinte años se veía a los filósofos como unos sabios y ahora se les ve como unos inútiles?

-Tampoco era para tanto. Los filósofos siempre hemos sido unos personajes bastante cómicos, desde el mismo comienzo de la filosofía, cuando Tales de Mileto se cae al pozo por mirar a las estrellas. Nuestro patrono, Sócrates, un tipo humorístico fue una persona que hacía reír, excepto en su final trágico, cuando bebe la cicuta después de haber sido acusado de pervertir a la juventud.
Fuente: http://www.ideal.es/granada/20091027/cultura/todos-adolescentes-conozco-interesa-20091027.html

SPAIN. 27 de octubre de 2009



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