Ciencia y Filosofia frente a los desafios de la verdad

En su libro “Elogio de la seriedad”, el ensayista Daniel Stchigel se vale de la obra de Alain Badiou y Gilles Deleuze para reflexionar sobre las dificultades que tiene la ciencia para mantener su “criterio de seriedad” cuando se enfrenta a la evidencia de lo nuevo.
Autor de obras como “El objeto ausente” y “El código científico”, Stchigel centra su nuevo trabajo en las distintas maneras de calibrar la evolución del pensamiento científico y filosófico, a la vez que postula la necesidad de anteponer una “epistemología dinámica” que dé cuenta de la lógica del movimiento en el campo científico por sobre la tradicional perspectiva “estática”.

En “Elogio de la seriedad”, editado por el sello Elaleph.com, el autor propone una relectura del concepto de “seriedad” asociado a un ideal de verdad absoluta en relación a la filosofía y la ciencia y se refiere a las dificultades que atraviesa esta disciplina cuando se enfrenta a lo que Badiou denomina “el acontecimiento”.

“La filosofía nos introduce en el arte de pensar en serio porque es fiel a una verdad que no se tiene y por lo tanto está movida por un deseo de saber. Mientras la ciencia cree que sabe, la filosofía sabe que no sabe, por eso lo serio de la filosofía es serle fiel a la falta de fe en cualquier saber”, destacó Stchigel a Télam.

“Es a partir del caos que generamos nuevos pensamientos y es así como tenemos la posibilidad de avanzar y no cerrarnos al conocimiento -indicó este doctor en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires-. Esta una manera fiel de tomarnos la vida en serio”.

Para centrar su tesis, el autor retoma un concepto de Badiou, quien en su obra “Lógicas de los mundos” sostiene que la época actual está atravesada por “el materialismo democrático”.

“Se trata de una forma de subjetividad propia de un `mundo átono`, esto significa un mundo carente de tensiones, donde nada nos obliga a tomar posiciones frente a alternativas del tipo `o lo uno o lo otro`”, apuntó Stchigel.

“Estos mundos, con esa lógica suya en la que la verdad y la falsedad son sólo formas límite que se pierden en una escala continua de valores intermedios, no nos exigen un compromiso con una causa. En esta situación la seriedad constituye un valor en retroceso”, señaló.

¿Qué se entiende hoy por seriedad? “No es lo mismo para todos, porque hay diferentes criterios de lo serio, pero sí podemos decir que lo contrario de lo serio es `cualquier cosa`. Cuando alguien bromea sobre un tema que nos parece importante le decimos que no es serio”, indicó Stchigel.

En filosofía existe un nombre griego antiguo para eso que es “cualquier cosa”. Se trata del `caos`, también podemos llamarlo `lo ápeiron`, que es lo ilimitado. Lo serio, en cambio está siempre dentro de los límites de un territorio”, continuó.

Para el filósofo, es fundamental diferenciar seriedad de enojo: “tomarse las cosas en serio” no implica necesariamente prescindir de lo lúdico y volverse dogmático.

En el caso de la filosofía, “la diferencia con otras formas de saber radica en la conciencia clara de que nadie es poseedor de la idea a la cual es fiel. Por eso, como señala Deleuze, la filosofía mueve sus conceptos sobre planos infinitos, inagotables y no por ello, deja de ser seria”, precisó Stichgel.

¿Qué ocurre en el caso de la ciencia? “Tal vez sea el único dominio del saber en el que la seriedad nos parece a todos un valor necesario. El motivo es simple: creemos que la ciencia es el dominio de la verdad”, advirtió.

“La ciencia surgió para llenar el agujero provocado en la mitología por ese disolvente universal que es expresado claramente en la frase de Sócrates `sólo sé que no sé nada`. Sócrates era fiel a su falta de saber. La ciencia, en cambio, vive en la convicción de saberlo `casi` todo, en la inminencia de su acabamiento”, continuó el ensayista.

En ese sentido, la verdad científica equivaldría a una representación fiel de lo real: “Lo cierto es que la ciencia sólo acepta las ideas que funcionan. Esto significa que sean adecuadas para introducir coherencia en nuestra experiencia desorganizada”, explicó Stchigel.

“Poder dominar tecnológicamente el mundo presupone conceptos y reglas que nos permiten saber qué podemos esperar si hacemos tal o cual cosa. No negamos que la ciencia arma mapas que nos permiten movernos con relativa seguridad por determinados territorios. Pero para cada ciencia sólo existe el territorio del que ella puede hacer el mapa”, subrayó.

“Para la química, la vida es sólo moléculas, pero no para la biología. Para la biología el cerebro es sólo un órgano, pero no para la psicología. Para la psicología la sociedad es sólo un conjunto de individuos, pero no para la sociología. Como cada ciencia es fiel a un acontecimiento diferente, no hay una ciencia única, sino muchas ciencias, ninguna de las cuales puede tener por separado, ni en conjunto, una teoría de Todo”, ilustró.

Para Stchigel, “el saber absoluto es una ilusión. Como de ilusión también se vive, la ciencia vive y crece alimentada por la ilusión de ese saber total, como ya lo sabía Kant. Se trata, entonces, de una ilusión necesaria, sin la cual la ciencia no crearía sus conceptos para trazar mapas sobre el fondo caótico de lo real”, concluyó.

Télam
Fuente: http://noticias.terra.com.ar/sociedad/ciencia-y-filosofia-frente-a-los-desafios-de-la-verdad,abc1586d5f9aa210VgnVCM3000009af154d0RCRD.html

ARGENTINA. 25 de agosto de 2010



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2 respuestas a "Ciencia y Filosofia frente a los desafios de la verdad"

  1. los desafios de la filosofia se refieren a darle una respuesta a todas aquellas preguntas que nos hacemos, entonces la filosofia se encarga de hacer un estudio lprofundo para darle un sentido y una posible respuesta q la mayoria de veces son consideradas correctas.

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