‘Crisis y crítica: estudio de la patogénesis del mundo burgués’, por Reihart Kosellec

No es un farragoso libro de filosofía.

¿Por qué en las Luces la masonería es tan “oscura”?

¿La modernidad implica “renunciar” a la conciencia?

Recientemente fallecido, en 2006, Koselleck se ha convertido en un autor indispensable para entender las categorías de la denominada “metahistoria”. Con palabras más sencillas, Koselleck intentó determinar una serie de elementos lingüísticos, lo que él denominaba condiciones transcendentales de las posibles historias, que permiten pensar y “construir” la historia. Por eso, sus textos son fundamentales para comprobar cómo el historicismo (pensamos en el marxista y liberal) o el nacionalismo eran ideologías constructoras de la interpretación de la historia. Este presupuesto regirá la obra que reseñamos, aunque se guardan secretos para el lector.

En un principio, la obra arranca como un tratado de filosofía para aclarar el peso de pensadores como Hobbes en la formulación del absolutismo. Pero, poco a poco, se van desgranando las tesis interesantes.
Por un lado, Koselleck deduce que las sangrientas Guerras de Religión del siglo XVII llevaron a instituir el Estado absoluto como una suerte de terreno neutral, desprovisto de toda ideología particular, que garantizara la pacificación social.

Este hecho produjo el desdoblamiento entre las esferas de lo público y lo privado. Mientras que el Estado garantizaba la paz en lo público, el súbdito podía apegarse a sus creencias en lo privado. Este principio absolutista –la radicaldistinción entre lo público y lo privado- defendido por la Ilustración, rápidamente generó paradojas políticas que todavía sufrimos.

El Estado moderno y absoluto, se erigió en dominador de la esfera pública, pero la moral encontró su lugar apropiado fuera de lo público. De este modo, señala Koselleck, se quiebra la relación entre culpabilidad y responsabilidad del cristianismo: la renuncia a los mandatos de la conciencia en aquello que atañe a lo público será ahora la condición para la paz política.

La revolución francesa alterará la relación de lo público y lo privado, de la responsabilidad y la culpabilidad, pero no eliminará esta dicotomía: “Mientras en un primer momento –argumenta Koselleck- todo hacía parecer que el súbdito era potencialmente culpable, medido con la inocencia del poder regio, el monarca es ahora siempre culpable medido con la inocencia de los ciudadanos”.

Otra joya que nos guarda Koselleck es la transformación de la responsabilidad cívica en culpabilidad individual. Y la “conciencia”, ya degradada, se acabará transformando en mera “opinión” como criterio para la moralidad privada.
También –y es una parte fundamental de la obra que pocos críticos han señalado-, Koselleck resalta la contradicción de la Ilustración (la luz y exterioridad) con el secreto de la Masonería, en cuanto que artífice de la burguesía revolucionaria.

Esta es una de las pocas obras donde encontramos un estudio sociológico-funcionalista de la Masonería. Ella será la encargada de apropiarse de la moralidad privada y de establecer una nueva realidad de conciencia que acabará liquidando al propio absolutismo.

Por último, señalar que la última, y breve, parte del libro está dedicada al concepto de “crisis”. Koselleck resalta que el sentido que le damos en los últimos dos siglos es muy diferente al sentido tradicional. Emprende así una búsqueda de las razones por las que estar en “crisis” es una experiencia exclusivamente contemporánea. Lo que parecía un farragoso tratado de filosofía, se acaba convirtiendo en un conjunto de sugerentes tesis intelectuales.

Crisis y crítica. Un estudio de la patogénesis del mundo burgués.
Reihart Koselleck
Traducción: Rafael de la Vega y Jorge Pérez de Tudela.
Editorial Trotta,
Madrid, 2007,
287 págs.
Fuente: http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=9870&id_seccion=13



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