Entrevista al filósofo John Finnis

“Las consecuencias del individualismo, del egocentrismo, llevan a una cultura de muerte. Esto se está viviendo hoy en Europa. Pocos jóvenes quieren soportar el peso de engendrar y criar hijos, y por eso la tasa de natalidad es negativa” afirma el filósofo.

John Finnis es una persona difícil de encuadrar. Reconocido académico anglosajón y abogado de prestigio internacional en el campo de la filosofía del derecho, su perfil es sumamente bajo. Cuesta creer que el pensamiento de este intelectual, que hace punta en una de las más prestigiosas universidades del mundo, provenga de un hombre tímido, de hablar lento y pausado. Más difícil todavía es pretender encasillarlo ideológicamente, pues no se ajusta a esquemas preconcebidos. Se manifiesta absolutamente en contra del aborto y de la eutanasia, dice que jamás justificaría la tortura ni la desaparición forzada de personas y se declara enemigo acérrimo de la bomba atómica y, en general, de la carrera armamentista nuclear.

“Las consecuencias del individualismo, del egocentrismo, llevan a una cultura de muerte. Esto se está viviendo hoy en Europa. Pocos jóvenes quieren soportar el peso de engendrar y criar hijos, y por eso la tasa de natalidad es negativa. Si no hay muchos matrimonios que estén dispuestos a tener, por lo menos, tres hijos, los europeos van a desaparecer y, por consiguiente, la Unión Europea habrá consumado su fracaso”, sostiene.

Ese es John Finnis, quien estuvo en Buenos Aires recientemente, invitado por las facultades de Derecho de la Universidad Católica Argentina (UCA) y de la Universidad Austral, para exponer su teoría moral y debatir sobre cómo debe legislarse en materia de aborto y eutanasia.

Agnóstico converso al catolicismo en su juventud, este australiano de 67 años, padre de seis hijos y abuelo de ocho nietos, es desde hace casi medio siglo profesor de Filosofía Moral, Política y Jurídica en la Universidad de Oxford, y también da clase en los Estados Unidos, en la Universidad de Notre Dame.

¿Está justificado el aborto cuando se sabe que el feto nacerá con malformaciones severas o en el caso de que la madre haya quedado embarazada como consecuencia de una violación?

-No. Las teorías que justifican el aborto en estos casos son un engaño. Hacen la distinción entre un niño antes de nacer y después de haber nacido, pero también reconocen que cualquier chico sano puede, una vez nacido, enfermarse gravemente y tener un mal pronóstico de vida. Yo les pregunto a quienes justifican el aborto en estos casos: ¿creen que se puede matar a esos chicos que nacieron bien, pero que sufrieron una enfermedad o accidente grave? El caso de la mujer violada que quedó embarazada es terrible, y no cabe duda de que ella sufrió una gran injusticia. Pero, de todas maneras, esta injusticia no se soluciona con otro acto injusto, como es matar al feto que lleva en su seno.

¿Se justificaría matar intencionalmente a un anciano que sufre y que ya no quiere vivir más?

-No. Quienes proponen la eutanasia suelen afirmar que sólo la justifican en casos de extremo dolor y muerte inminente, pero después también la avalan cuando el dolor es agudo y la muerte no es tan certera, y más tarde también cuando hay bastante sufrimiento. Nunca hay un principio claro y determinante.

Con todas las facilidades que dan la riqueza y la tecnología, al hombre occidental igualmente se lo ve insatisfecho. ¿Dónde se encuentra el secreto de una vida feliz?

-El término “felicidad” no me parece el más apropiado. Prefiero hablar de plenitud o realización, pero no en términos individuales, sino en los de aquella plenitud que se experimenta al vivir en comunidad con entrega y generosidad. Buscar la felicidad personal, el disfrute individual, sin tener en cuenta un nosotros es engañoso y su fruto es la desdicha, la tristeza.

Desde Occidente se ve como una necesidad exportar al resto del mundo este modelo de sociedad materialista, relativista, sin prejuicios morales. La pérdida de valores religiosos ¿es una condición necesaria del progreso?

-Las consecuencias del individualismo, del egocentrismo, llevan a una cultura de muerte. Esto se está viviendo hoy en Europa. La gente quiere autonomía, no quiere ataduras, busca su satisfacción personal ante todo. Lo que ocurre es que pocos jóvenes hoy quieren soportar el peso de engendrar y criar hijos, y por eso la tasa de natalidad es negativa. Si no hay muchos matrimonios que estén dispuestos a tener por lo menos tres hijos, los europeos van a desaparecer y, por consiguiente, la Unión Europea habrá consumado su fracaso. Esta imagen actual de la civilización occidental que se difunde por el mundo probará muy pronto que es capciosa y estéril. Dentro de un siglo, el Islam quizá se convierta en la fuerza dominante en Europa, ya que los inmigrantes musulmanes están dispuestos a tener los hijos que los europeos no quieren.

Usted, que es un católico practicante y fue asesor de Academias Pontificias, ¿no cree que la Iglesia debería actualizar sus enseñanzas en temas de moral sexual? ¿No lo piden los mismos católicos?

-No entiendo por qué la gente espera tanta actualización de contenidos en material de moral cristiana ni entiendo por qué se ataca tanto a Benedicto XVI, calificándolo de rígido y ultraconservador. En los últimos 50 años la Iglesia se involucró en un profundo proceso de reflexión sobre su doctrina moral y adaptó los elementos que se podían y se debían adaptar. Pero este discernimiento teológico y filosófico reafirmó las verdades tradicionales de la Iglesia en temas de moral. Que son las de siempre. No se debe esperar un cambio sustancial en este campo.

-Su postura en estos temas ¿no le hace perder fieles a la Iglesia? ¿Por qué cree que se la persigue?

-Porque la verdad que propone molesta al hombre posmoderno, que no quiere estar sujeto a un orden, a un Dios superior; quiere vivir autónomamente. Es de esperar que se ataque a esta institución, porque lo que dice incomoda y plantea exigencias en el diario vivir. Creo que los cristianos debemos asumir que la indiferencia y la crítica son cruces con las que vale la pena cargar.

Ser católico hoy es aceptar ser minoría en un mundo cada vez más laicista. ¿Lo vive como un desafío?

-Siempre fue y sigue siendo revolucionario querer vivir en la verdad. Creo que todas las formas de vida que son plenamente humanas y profundamente espirituales son un desafío para el hombre.

¿Cómo vive usted ser católico en una universidad laica como Oxford? ¿Alguna vez corrió el riesgo de perder su fe por llegar a conclusiones científicas contrarias a sus convicciones religiosas?

-No. Ciencia y fe son totalmente compatibles. Sí, soy una voz minoritaria en mi universidad, pero para mí es un estímulo, porque en el ambiente académico en el que me desempeño existe respeto por las opiniones diferentes. Hay pluralismo y diálogo. Los católicos no deberían tener miedo a trabajar en ambientes agnósticos o seculares. Deberían celebrar la oportunidad de investigar en una universidad de primera categoría, exigente y desafiante en lo científico, y estar dispuestos a interactuar con profesores cuyas ideas sean radicalmente opuestas a las propias. Si existe una atmósfera de intercambio genuino, el diálogo incluso puede fortalecer la fe y las convicciones personales. Lo que colabora para mantener viva la fe es la oración y la vida sacramental. Si eso está, el intelectual no tiene nada que temer.

Fuente La Nación (Argentina)
http://www.politicaydesarrollo.com.ar/nota_completa.php?id=2256



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2 respuestas a "Entrevista al filósofo John Finnis"

  1. La idea de la liberación , expresada en una autonomía absoluta del sujeto es insiostenle, la idea original de una vida recta estaba asociada al conocimiento de una realidad objetiva, los límites de la acción son intrínsecos a la manera como estamos constituidos o diseñados….la medicina nos da algunos ejemplos, en el mundo de los valores se trasciende esa plano para direccionar la conducta humana

  2. Es maravilloso que a pesar de tantos ataques y diferencias a sus covicciones el Dr Jhon Finnis tenga una posura tan firme y sostenga sus creencias, es un defensor del iusnaturalismo y ha aportado grandes ideas, espero que siga dado razones para transformar el pensamiento contemporáneo, ya que el abogado no esta para obedecer rigidamete una ley sin razonarla y el derecho debe buscar lo que es justo , ya que “Decir que no existe lo justo i lo injusto sino solo lo que permiten o prohíben las leyes es decir que antes que antes de hacer un circulo no eran iguales todos sus radios”Motesquie

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