Escritura y diferencia en Yo el Supremo de Roa Bastos

El escritor paraguayo siguió con atención el desarrollo de lo más avanzado del pensamiento europeo, como la obra del francés Jacques Derrida.
Fue Augusto Roa Bastos un “derridiano”? Es la pregunta que asalta al lector de Yo el Supremo ni bien sobrepasa el medio centenar de páginas de dicha obra magna. Las coincidencias parecen ser demasiado perfectas para no suponer una temprana lectura de los primeros libros del filósofo francés Jacques Derrida, quien con su teoría de la “deconstrucción” sigue ocupando la atención de las cátedras universitarias del mundo. Dos tempranas obras del pensador recientemente fallecido, La escritura y la diferencia y De la gramatología, ambas aparecidas como artículos sueltos antes de 1967, parecen contener varios aspectos del discurrir roabastiano.

No olvidemos que el escritor paraguayo seguía con suma atención el desarrollo y la concreción de lo más avanzado del pensamiento europeo, y particularmente francés, en la década del cincuenta y sesenta. Más allá de la crítica literaria, el objeto de esta nota es recordar al público lector la extraordinaria y polifacética riqueza de contenido de Yo el Supremo, obra fundamental de la literatura nacional y universal, sin embargo tan poco leída.

Valgan algunas citas demostrativas: (Yo el supremo, Ed. Siglo XXI- 1976).

Suprema presencia de la escritura

Dice el Dr. Francia, o sea Roa Bastos, a su “Pan-Zancho” secretario Patiño: “Cuando te dicto, las palabras tienen un sentido, otro cuando las escribes. De modo que hablamos dos lenguas diferentes.” (Pág 65)

Aquí aparece la “suprema presencia de la escritura”, concepto desarrollado por Derrida con ideografía heideggeriana, según el cual el acervo escrito representa la “tradición logocéntrica griego-judeo-cristiana”, que obsesiona a la filosofía occidental desde Platón hasta nuestros días. El Dr. Francia es el “contra-logos” derridiano, que denuncia la tradición escritural como el peor veneno de los pueblos, pues a través de esto se perpetúa una única “concepción binaria” del mundo, con lo que eso significa para toda cultura que no sea “blanca-occidental y cristiana”.

Continúa hablando Roa, por la boca de Francia:

“Escribes lo que te dicto como si tú mismo hablaras por mí en secreto al papel.”

“Quiero que en las palabras que escribes haya algo que me pertenezca.” (Pág. 65)

El Supremo exige:

“El más absoluto silencio, el más absoluto secreto.” (Pág. 65)

Francia a Patiño: …

“Te enseñaré el difícil arte de la ciencia escriptural, que no es, como crees, el arte de la floración de los rasgos, sino de la desfloración de los signos.” (Pág. 66).

El discurrir de “El Supremo” se va haciendo más profundo:

“Estás empezando a escribir hace cinco mil años”; “escribir es despegar las palabras de uno mismo”. (Pág. 67)

Por un momento Patiño objeta: –“Señor, usted maneja mi mano”.

El Dictador (Roa-Derrida) responde:

“Te he ordenado que no pienses nada.”

Las razones del Supremo (contra-logos):

“Escribir no significa convertir lo real en palabras, sino hacer que la palabra sea real. Lo irreal solo está en el mal uso de la palabra, en el mal uso de la escritura.”

El misterio de Yo el Supremo

Lo que Derrida llama la “lógica represiva de la presencia” se trasluce en todos los aspectos del conocimiento, en la literatura de la filosofía y en la filosofía de la literatura, términos en su opinión interrelacionados. Ocupémonos, en este breve artículo, de la segunda acepción en palabras roabastianas.

El misterio de Yo el Supremo todavía no está develado, pese a los ingentes y continuados esfuerzos interpretativos de escritores, críticos, filósofos paraguayos y extranjeros. Se ha dicho con precisión que la novela no es simplemente una obra de ficción sobre dictadores o la dictadura. Tampoco es una novela meramente histórica o caracterológica, por más que tenga todos estos elementos.

El tema, al parecer, abarcamucho más que el enfrentamiento entre “leyenda e historia” o el “mito y realidad”. En uno de los mejores intentos interpretativos, “La Historia y las historias en Yo el Supremo” (1980), Rubén Bareiro Saguier hace notar que Roa Bastos asume el rol de “compilador” en un proceso de creación literaria que es colectivo. Pues:

“No escribí esa novela como autor, sino como lector, como uno que lee los libros que escriben los pueblos.” (Entrevista de R. Chávez, 1974 – Diálogos.)

Perfil de Augusto Roa Bastos

Nació el 13 de junio de 1917 y falleció el 26 de abril de 2005. Fue narrador, poeta, dramaturgo y ensayista. Está considerado como el escritor paraguayo más importante del siglo XX y uno de los grandes novelistas de la literatura hispanoamericana. Vivió la mitad de su vida en el exilio, en Argentina y Francia. Fue un eximio cuentista, con títulos como El trueno entre las hojas, El baldío, Madera quemada, entre otros; y un novelista influyente: Hijo de hombre y Yo el Supremo están consideradas como dos obras maestras de la literatura en español en el siglo pasado. El guaraní no le ha sido desconocido, pues escribió poemas en ese idioma, así como gran parte de su obra narrativa se encuentra influenciada por el sustrato social y lingüístico del guaraní.

Perfil de Jacques Derrida

Nació en El-Biar, Argelia, en 1930. Fue profesor en la École Normale Supérieure de París (1965-1984) y más tarde de la École des Hautes Études. Sus teorías han dado lugar a la corriente llamada “deconstruccionismo”, cuya influencia ha sido importante, tanto en Europa como en Estados Unidos. “No hay fuera de texto”, podría ser el polémico lema de su filosofía, cuyos argumentos tratan de desarticular la tradición filosófica occidental, mostrando el juego de conceptos implícitos que la sostiene y poniendo en tela de juicio distinciones fundamentales, como la de “significante” y “significado”, “sentido literal” y “sentido figurado”. A pesar de su nombre, la “deconstrucción” no se propone una tarea meramente destructiva, sino que trata de apropiarse de esta estructura lingüística de la experiencia y utilizarla a su favor. Sus obras más importantes son: La escritura y la diferencia y De la gramatología, ambas publicadas en 1967. Murió en París el 8 de octubre de 2004.

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Fuente: http://www.ultimahora.com/notas/241062-Escritura-y-diferencia-en-Yo-el-Supremo-de-Roa-Bastos

Asunción,Paraguay 27 de julio de 2009



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