Filosofia para superar las formas de pensar

La filosofía para algunos “significa” expresar palabras “sin significado”. Para otros es la poesía que necesita el alma y el espíritu de quienes sueñan con un mundo posible apartado de mezquindades, injusticias y muerte.
Para saber en qué parte de la historia, la mayéutica socrática, los Diálogos o la Apología que hace Platón sobre su maestro, o la Metafísica de Aristóteles son objeto de aciertos o profundas críticas, indagar las razones de la espiritualidad de Hegel e inferir por qué, según algunos pensadores, lo hacen el pionero en establecer las relaciones entre los pensamientos filosóficos y la sociedad (aunque previamente el propio Platón haya ideado una concepción de Estado en “La República”); reflexionar sobre la complejidad del pensamiento de Nietzsche o su afinidad hegeliana en el eterno retorno de Zaratustra, así como las profundas reacciones que este filósofo realiza sobre las ideas, hechos y conductas que predominaron en los griegos, judíos y sacerdotes “cristianos” en “La Genealogía de la Moral”, “El Crepúsculo de los Ídolos”, “La Gaya Ciencia” e incluso en “Más Allá del Bien y del Mal”, de cuya trascendencia de interpretaciones encuentra en ¿qué es ser, qué clase de ser tienen los humanos? como extrema interrogante de Heidegger ante la transformación de “El Ser y el Tiempo”; es necesario construir una diacronía y sincronía de uniones y rupturas de la filosofía con un número ilimitado de interrogantes sobre el pensar, las cuales, probablemente, superan las respuestas de los propios pensamientos.

Irónicamente, aquellos que excluyen a la filosofía como esencia del pensar, tal vez sean quienes hablan del alfabeto, sin preguntarse el origen de dicha palabra, la cual proviene de las dos primeras letras de 24 que componen la estructura lingüística griega: Alfa (A) y Beta (B). Quienes desprecian la filosofía y hablan de la Teoría del Caos o el impacto de tal acción en la vida,

¿sabrán que Caos fue el origen de la genealogía de los dioses griegos, de cuya descendencia, resulta una máxima complejidad?

Asimismo, ¿por ignorar que Marx incorporó la dialéctica hegeliana de su pensamiento para dar respuesta a las realidades sociales, será acaso que existen “revolucionarios” e izquierdistas descontextualizados sin autonomía en el pensar de sus pensamientos?

¿Podríamos hablar del espíritu, desconociendo en palabras de Hegel? “El pensamiento es la sustancia universal del espíritu (…) En todo lo humano es el pensar, el pensamiento, lo activo” (p.27).

¿Es posible convertirse en el superhombre que invoca Zaratustra, sin conocer que Nietzsche, para responder la interrogante de Hegel sobre cuáles eran los hechos en la historia de la filosofía, debió estudiar la historia del pensamiento? Verbigracia, la existencialidad que pregona Heidegger en su obra.

Ante tantas interrogantes, en un plano de la historia contemporánea no sería ingenuo pensar que por olvidarse de su propia filosofía, hoy Grecia y otros países se encuentran ante una generación de nuevos pensamientos que amenazan con desplazar fracasadas formas de pensar, y por ende de gobernar.

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Fuente: http://www.elsoldemargarita.com.ve/Noticias.aspx?NoticiaId=89840&SeccionId=5

VENEZUELA. 26 de octubre de 2011



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3 respuestas a "Filosofia para superar las formas de pensar"

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