“La ciencia no debería estar ligada sólo a la tecnología”

El epistemólogo Juan Samaja disertó en el Centro Cultural Virla, en un encuentro que organiza la Secretaría de Posgrado de la UNT. Los intereses económicos y las investigaciones científicas.

El mundo está tocando fondo. La desmesurada presión de los intereses económicos sobre los recursos planetarios y sobre el conocimiento está llegando al límite, y se hace necesario encontrar factores que promuevan, a modo de reacción, un discurso contrahegemónico, sostiene el filósofo y sociólogo Juan Samaja.

La ciencia y la investigación, en un mundo de tales características, no está desvinculada de esos intereses. “La ciencia contemporánea está ligada al capitalismo, porque vivimos en sociedades donde la vida productiva está destinada al mercado y a la competencia económica. Ello se traduce en que la investigación científica ligada a la innovación tecnológica -que promueve desarrollos que interesan o benefician a las empresas- muchas veces ahoga la posibilidad de hacer una ciencia que apunte a la comprensión del mundo, a la hermenéutica a la búsqueda del conocimiento”, dice Samaja.

 

El Estado y la Universidad, en ese contexto, deberían ser canales de articulación de recursos, para que la investigación no se administre con criterios económicos, sino con políticas integradoras, agrega.

El filósofo y sociólogo, especialista en metodología de la ciencia, dictó anoche en el Centro Cultural Virla una conferencia sobre “¿Qué ciencia podemos promover en la Universidad?”, que es parte del ciclo “Los desafíos actuales de la ciencia, la cultura y la política”, que organiza la Secretaría de Posgrado de la UNT.

Samaja es doctor en Filosofía y Licenciado en Sociología, diplomado en Salud Pública, Doctor en Ciencia, investigador y profesor Titular Regular en Metodología de la Investigación Psicológica en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

“La innovación tecnológica sirve para brindar instrumentos que a su vez ayudan a mejorar la investigación. Los desarrollos tecnológicos promueven reflexiones y modelos teóricos más ricos, que a su turno detectan nuevas formas de conocimiento”, explica. En ese contexto, la Universidad debería ser un factor de equilibrio, para evitar el exagerado desarrollo en beneficio de los intereses económico. “Hay que aceptar que el conocimiento tiene un enraizamiento en los intereses particulares, porque muchas veces sirven para el financiamiento, pero esto tiene un límite, que consiste en saber que no se puede explotar y extraer todo lo que la naturaleza puede dar. Vivimos un período universal muy corto”, concluyó.

Fuente:  http://www.lagaceta.com.ar/vernotae.asp?id_nota=175717

2006



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