La cultura según el filósofo Alejandro Llano

El pasado día 19 (de enero del 2009) tuve la oportunidad, que no se da con frecuencia, de escuchar al catedrático de Metafísica prof. Alejandro Llano Cifuentes en una conferencia-coloquio en Valencia (El humanismo, un valor para el desarrollo de la persona). Tomé algunos apuntes, cosa que no se me da demasiado bien (Debí llevarme la grabadora). Por tanto, no se considere literal nada de lo que sigue.
¿Para qué sirve la cultura? En primer lugar, advertimos que la cultura “se dice” de muchas maneras: se habla de la cultura del vino, de la cultura azteca… La cultura es desarrollo, crecimiento de las personas. Con la cultura se busca la perfección de la persona en cuanto tal. Somos una tarea para nosotros mismos. Somos nosotros los que nos la jugamos con la cultura. Las “maneras” forman parte de la cultura. Por otra parte, “cultura” es una palabra que procede de una metáfora agrícola.

Actualmente, más que en tiempos de “producción” estamos en tiempos de “cuidado”, y la cultura tiene que ver con el cuidado.

Estamos llamados a lo más alto, pero podemos caer en lo más bajo.

La cultura no hace relación a algo ornamental, adjetivo, sino a algo mucho más entrañado en la persona. No es un barniz, que se relacione esencialmente con museos, viajes… Y la cultura es algo que se comparte, que, como todo conocimiento, implica aprendizaje y enseñanza. Es un gran angular, perspectiva amplia; en cierto sentido todo es cultura.

Pasa en España que no hemos invertido en conocimiento. Y lo que hace rico a un país son las nuevas generaciones bien preparadas.

Puede decirse que la cultura no tiene que ver con las cosas (figuritas africanas…). No por viajar mucho se es culto. Y tampoco la cultura tiene que ver con los bancos, ni con las Comunidades Autónomas, los premios…

Convendría releer el libro de Elliot Notas para una definición de la cultura.

La cultura tiene que ver con el pasado, sí, pero es fundamental la innovación creadora; que el que es culto anticipe lo que puede pasar. La investigación tiene que ver con esto.

Los enemigos de la cultura son la mercantilización (el economicismo) y la politización, a través especialmente dela televisión y de internet. La cultura a veces se utiliza para manipular. Lo de Orwell (”1984″), el Ministerio de la Verdad, todo eso …continúa. Y enfrente, dando la batalla, la libertad emergente ciudadana.

¡Hace fata solidaridad! Que la cultura no esté recluída en cenáculos, acabar con el elitismo. Hay grandes sectores de la población mundial que no tienen acceso a la cultura, las fronteras de la cultura están muy cerradas, lo que va en contra de su propio espíritu.

En cuanto a los medios, la primera fuente de cultura es uno mismo: la cultura es fruto de rumiar, pensar (del pararse a pensar). El gran reto consiste en que nos esforcemos en pensar bien. Y además está la lectura, fuente de preparación, entretenimiento, sabiduría. Es una actividad silenciosa pero creativa: el silencio creador. Hay que ir a por los grandes libros, los de los maestros.

También está la ética, que se tiende a enfocar en plan moralizante cuando es sobre todo la lógica de la libertad.

Un tema importante es el de dónde se encuentra la buena cultura… A lo largo del siglo XIX y del XX se han ido metiendo en la cultura aspectos malvados. Habrá que asesorarse pero en definitiva uno mismo tiene que llegar a saber discernir. Una buena formación cultural incluye la sabiduría de distinguir el grano de la paja.

Sobre lo que está pasando ahora en la política, es de destacar el hecho de que entre los políticos hay gente que no se sabe comunicar, y también ocurre que falta responsabilidad ciudadana: se olvida que existe el voto en blanco, la abstención; y además están los efectos perversos de la teoría del mal menor… ¡Somos muy poco exigentes! Y si a uno le preguntan si es optimista, debería responder que, si ser optimista consiste en decir que es bueno lo que es malo, entonces no es optimista.
Fuente: http://blogs.hazteoir.org/ioannes/2009/01/20/la-cultura-segun-el-filosofo-alejandro-llano/

SPAIN. Martes, 20 de enero de 2009