La filosofía: ¿Forma parte de nuestra vida?

Licenciado en Ciencias de la Educación y escritor bonaerense.
No todos entendemos la felicidad de la misma manera. Los caminos que conducen a la dicha son diversos.
Más de tres siglos después de la muerte de Baltasar Gracián, su libro Oráculo manual y arte de prudencia se ha convertido en un texto de cabecera para muchos ejecutivos del mundo. Su máxima “no te preocupes del saber teórico, sino de su materialización práctica, que es la llave del éxito” cobra pleno sentido en el competitivo espectro laboral del tercer milenio. Sus lecciones prácticas para conseguir trabajo o triunfar en sociedad las capta cualquier lector poco familiarizado con ensayos sesudos y eruditos.

Pero hay otros filósofos cuyos consejos también componen una guía práctica para resolver los problemas a los que nos enfrentamos cada día. Séneca afirmó que la felicidad es uno de los objetivos básicos que persigue el ser humano, aunque reconoció que alcanzarla no es una tarea fácil. Aristóteles pensó lo mismo que su colega y recomendó la reflexión filosófica para conseguir una vida dichosa.

Pero no todos entendemos la felicidad de la misma manera. Los caminos que conducen a la dicha son diversos. Cada uno de nosotros debe encontrar la forma más adecuada de definir cómo debe ser su ideal de vida. Sin embargo, todos coincidimos en un punto crucial: no nos gusta sufrir. Nadie alardea de sus fracasos laborales o vitales, ni cuando las dificultades abruman nuestra vida.

Si los filósofos afirman que la búsqueda de la felicidad es uno de los objetivos primordiales del ser humano, sus reflexiones nos aportan consejos prácticos que pueden aliviar nuestros problemas. Alain Botton, autor del libro Las consolaciones de la filosofía e investigador de la Escuela de Estudios Avanzados de la Universidad de Londres, demuestra que esta disciplina es una inagotable fuente de sabiduría, capaz de inspirarnos a diario.

En este apasionante viaje a través de la historia de la filosofía, el autor recoge un famoso texto de Epicuro: “La palabra del filósofo no vale nada si ésta no remedia ningún sufrimiento del hombre. Porque así como no es útil la medicina si no suprime las enfermedades del cuerpo, tampoco es útil la filosofía si no suprime los sufrimientos del alma”.

Botton reconoce que los filósofos son muy distintos entre sí. Pese a todo, el investigador británico ha reunido a varios pensadores que profesaron una vaga lealtad común por el sentido práctico de la filosofía: “Un grupo de gente que compartió el interés de decir unas cuantas cosas consoladoras acerca de nuestros mayores pesares”.

Por ejemplo, Sócrates aporta consejos contra la inseguridad, Montaigne señala fórmulas para combatir la xenofobia y Epicuro nos revela la manera de enfrentarnos a la falta de dinero. Si la trayectoria de Séneca es un ejemplo para superar las frustraciones, la de Friedrich Nietzsche nos abre las puertas a un mundo en el que es preciso asumir el dolor y el sufrimiento para alcanzar la plenitud. En este grupo de filósofos seleccionados por Botton podríamos incluir a Baltasar Gracián, que dice cómo tener éxito en el trabajo, y a Jean Paul Sartre, que nos incita a evitar la opresión para alcanzar la libertad.

Es cierto que no sólo la filosofía abre caminos hacia la felicidad. Sin embargo, la experiencia y el análisis de los grandes pensadores constituyen un rico legado del que podemos extraer beneficios. Sus obras nos confirman que la filosofía es una disciplina que puede ayudarnos a vivir mejor.
Fuente: http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2008_12_4&id=5745&id_tiponota=3

Buenos Aires, Capital Federal, Argentina. Jueves 4 de Diciembre de 2008



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