La vida no es una clase de filosofía (reflexión nietzscheana)

Ayer, conversando con amigas profesoras de filosofía, me daba cuenta cómo nos impregna la cultura del manual, la cultura de la receta. Abordamos el complejo fenómeno de la vida con ciertas coordenadas de certeza que pareciera fueran absolutamente infalibles y verdaderas.

¿Es posible separar la “experiencia” de la “razón” en la vivencia directa de nuestro estar en el mundo? ¿Es posible pensar que hay personas que toman decisiones en función de la “razón” y otras en función de la “experiencia”? Yo me inclino por complejizar el tema y constatar que cualquier visión sobre el mismo debe considerar los altos niveles de confusión y desorden que atraviesan el fenómeno de la vida.

Mi constatación primaria es que el mundo y la vida son fenómenos complejos, fenómenos desordenados. Es como si pensáramos que la naturaleza es errática y que cualquier señal de orden viene dada por la racionalidad que aborda los fenómenos, los regulariza, les imprime la impronta de lo secuenciado, es capaz de conceptualizar que dicho fenómeno forma parte de un proceso mayor y más abarcador. Esta segmentación es propia de la racionalidad instrumental que aplica al mundo de la vida la intención del control. Las ciencias empíricas en su mayoría se han encargado de hacernos creer que la naturaleza es un todo armónico que funciona a la perfección con una regularidad propia del paraíso.

Pero esta creencia que sustenta nuestras prácticas no es, en ningún caso, infalible. Pensemos en los desbordes de ríos, en el complejo sistema del clima, en cómo el mundo de las variables científicas se ve profundamente complejizado por lo errático de lo real.

La vida es espontaneidad, es el fenómeno más complejo y menos asible que pudiéramos tener entre las manos. Este mundo de regularidades y ciclos que parecen tan reales son en el fondo el precario terreno de la razón instrumental en el mundo. Es la ficción que nos cuenta la razón para mantenernos repicando en el tono que decreta la “totalidad cultural”. Naturalizar categorías como la de orden, secuencia o regularidad, implica restarse de la vida, implica contarse una historia para alcanzar grados de certidumbre más o menos confiables y necesarios para el establecimiento de la vida social, pero, como diría Nietzsche, revelan su dimensión humana, “demasiado humana”.

Desde el lenguaje como sistema de símbolos que estanca el flujo de lo real y suprime toda característica individual en nombre del universal, hasta las matemáticas como sistemas más complejos que pretenden ser metáfora y correlato de movimientos corporales, son simples islas de descanso que nos inventan una seguridad que no habría de donde extrapolar en una visión menos mediatizada de la realidad.

El lenguaje es esa ficción que pretende unificar lo dispar: ¿qué tienen de común la “hoja” del canelo con la “hoja” del aromo? Y a ambas se las llama “hoja”. ¿Dónde queda lo individual e irrepetible de esa lluvia de verano el día 3 de enero que la asimila a la lluvia torrencial en invierno del día 13 de julio? Lo individual, lo irrepetible, la vida como expresión de aquello, se esfuma al ocupar el lenguaje: ¿cómo sé yo que ese movimiento interno que llamo “pena” corresponde exactamente con el tuyo? Hemos apostado a esta convención de palabras para quedarnos un poco más seguros ante lo real pero de ahí a naturalizar la evidencia y pretender que “el mundo es así” hay una gran dosis de soberbia.

Aplicar categorías a la vida es solo un juego de nuestra precaria condición humana. Sin embargo, no quiero opacar la grandeza de lo humano es solo un llamado de atención a esa desfachatez con la que hablamos de “la vida” como si esta fuera desarmable en categorías racionales y con ellas se diera cuenta cabal de su complejidad.
Fuente: http://elmercuriodigital.es/content/view/14568/244/

ESPAÑA. Viernes 14 de Noviembre de 2008



::: 75 hits

2 respuestas a "La vida no es una clase de filosofía (reflexión nietzscheana)"

  1. ¿CUÁL ES EL MODO MAS APREHENSIBLE DE ENUNCIAR “LA REALIDAD”, DE “LA VIDA”?….

    …¿QUÉ PUDIÉRAMOS INVENTARNOS PARA HACER NUESTRA EXPRESIVIDAD, MAS CERCANA A ESA EXPLOSION DE ACONTECIMIENTOS QUE DENOMINAMOS “VIDA”?

  2. separar la experiencia y la razon?
    amiga es como si separaras el higado del cuerpo
    La experiencia abarca un sin fin de procesos incluido el prodigioso del homo sapiens que es el de razonar
    La vida implica movimiento,nosotros nos movemos,nos relacionamos,nos reproducimos,nos morimos,somos felices e infelices, tenemos dicha, tenemos derrotas

    “donde los demas ven ideales,yo solo veo lo que es humano, demasiado humano”

Responder a Arturo Torres Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *