Nietzsche y Kant, leyendo el periódico

Es, traducido al español, el título de una colección de pequeños ensayos, escritos por el autor y filósofo holandés Rob Wijnberg, En el original –Nietzsche en Kant lezen de krant– es más divertido, porque rima. Me lo hubiera comprado ya sólo por el título: ya me imaginaba ver a esos dos grandes filósofos del, respectivamente, siglo XIX yXVIII, sentados confortablemente en uno de esos maravillosos cafés de Viena, leyendo el Wiener Zeitung: sin duda, la manera más agradable de leer las noticias, por más deprimentes que puedan ser. El subtítulo del libro –Pensadores del pasado sobre los dilemas y problemas de ahora– parece un poco engañoso porque claro, muchos de los dilemas que tenemos en el primer decenio de este tercer milenio no existían todavía en los siglos XVIII y XIX. Aún no se había inventado, por ejemplo, el ´crack´, pero sí había toxicómanos que necesitaban dinero para comprar su botella de ginebra.
Lo que más que nada ha intentado este joven escritor y filósofo holandés es, adaptar las ideas de los pensadores del pasado, y los de varios otros más, a nuestros problemas de hoy. En consecuencia, este libro resulta ser también muy instructivo. Para citar un ejemplo: en uno de estos miniensayos aprendemos cómo hace respectivamente 25 y seis siglos tanto Platón como Maquiavelo ya presentaron al presidente Bush sus argumentos para justificar la guerra de Irak. Porque en septiembre de 2001 Bush, poco después de los terribles atentados en Nueva York, había sugerido que debía haber algún vínculo entre este atentado y Sadam Husein, y que, además, Irak disponía de armas de destrucción masiva.

Además de lanzar estas mentiras, ya había preparado su ´Proyecto para un Irak sin Sadam´ Pero ¿qué tenía que ver Platón en todo esto? Para saberlo, dice Wijnberg, hay que leer el libro Ethics of the Lie, Éticas de la mentira, del filósofo franco-americano Jean-Michel Rabaté: Bush utilizó dos estrategias cuyos orígenes, según Rabaté, se pueden encontrar tanto en Platón como en Maquiavelo. En el primer caso Platón afirma que para contar una mentira con cierta credibilidad se necesita un mínimo de inteligencia. Pero para hacerse creíble, el pobre Bush se presentaba incluso aún más tonto de lo que era. La otra estrategia de Bush era presentar su guerra como un gran éxito, una táctica que, según Rabaté, remonta a Maquiavelo, quien escribió que la política, junto con el éxito militar, hacen olvidar la historia. Bueno, me extrañaría mucho de que Bush supiera quién era Maquiavelo, y muchomenos que hubiera leído sus obras.

Leyendo estos miniensayos, uno se da cuenta de que Rob Wijnberg es sobre todo un pensador racional. Su racionalidad se nota en todos los problemas de los que nos habla. Para citar un ejemplo: la actitud de muchos europeos frente a la inmigración, y esto más que nada cuando se trata de inmigrantes que por la extrema derecha –y también por la gente sencilla que, sin simpatizar directamente con esta peligrosa ideología, se han dejado arrastrar por esta idea– son presentados como inferiores a nosotros y que amenazan nuestro bienestar y hasta a nuestras mujeres.

En su libro habla de muchos otros problemas que nos atormentan en la desconcertante y turbulenta época en la que nos toca vivir. Para citar unos pocos ejemplos: la libertad de la palabra como derecho a la duda; la diferencia entre las opiniones éticas y las morales; las diferencias entre hombres y mujeres (las mujeres resultan ser más pragmáticas); el perspectivismo, aplicado en el periodismo; el medio ambiente como dilema del prisionero, un dilema que demuestra cómo el hombre –por interés personal, combinado con consideraciones racionales–, toma decisiones que resultan perjudiciales para todos. Y en uno de sus ensayos fulmina también contra el término ´demostrado científicamente´, que en la mayoría de los casos no significa nada, pero la buena gente se lo traga.

Y lo que sobre todo llama la atención es el tono ligero y hasta a veces divertido que usa cuando nos habla de los grandes problemas y dilemas de nuestra época. A este escritor y filósofo no le falta el sentido del humor
Fuente: http://www.diariodemallorca.es/opinion/2010/11/24/nietzsche-kant-leyendo-periodico/622827.html

SPAIN. 24 de noviembre de 2010



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