Pensar o sentir, dilema para la mujer moderna

La asesoría filosófica puede hacer pensar a las mujeres y mitigar los problemas de su vida cotidiana desde una perspectiva, no de sentir, sino de pensar para resolverlos.

La filosofía también es parte de una corriente de consejeros para colectivos sociales o empresariales. Y como en la antigua Ágora griega, habría que volver a la praxis de la filosofía, para discutir nación e identidades.

A eso, a ser asesora filosófica se dedica Rayda Guzmán, autora del libro La Mujer Serena, quien afirma que “la filosofía puede ayudaros a resolver nuestros problemas y a conducir nuestra vida de un modo coherente a fin de evitar el sufrimiento innecesario”, y para las mujeres, dice Rayda es fundamental porque gracias a pensar o a practicar la filosofía se pueden comprender las situaciones más complejas.

Muy pronto esta corriente de asesores filosóficos suplirá a los terapeutas tradicionales, puesto que base de su estrategia es el pensamiento humano, sin esperar respuestas desde el inconsciente, sino precisamente desde la experiencia relacionada con su vida material.

Los asesores no ofrecen apoyo o ayuda, sino que apelan a recuperar lo que se ha perdido en el mundo del consumo y del ruido violento, nada menos que la capacidad de reflexión y la posibilidad de comprender la realidad con la inteligencia.

La corriente de praxis filosófica tiene un origen reciente: en 1981, un filósofo alemán, Gerd B. Achenbach, abrió la primera consulta.

Sin embargo, la idea de que la filosofía tiene una aplicación inmediata en la vida cotidiana es antigua. Estuvo presente en los orígenes de la filosofía.

La filosofía es el arte del buen vivir. Sin embargo se la considera como un conocimiento eminentemente abstracto, desligado de la propia vida y relegado a especialistas.

El asesoramiento filosófico se ha extendido principalmente en Europa y busca –explicó Rayda Guzmán– que las personas sean o se constituyan, sin pasar por el largo proceso de la terapia profesional.

Pensar, reflexionar, hacerse preguntas críticas, cuestionar y descifrar desde los principios filosóficos puede ser un camino más seguro hacia la solución de la condición femenina, ahora en posición subordinada y discriminatoria.

Mujer Serena es un libro editado en la Colección Techo de Cristal de la Editorial SIRPUS de Barcelona, colección dedicada a explorar cómo las mujeres no pueden avanzar satisfactoriamente en esta sociedad porque sienten el peso de una loza invisible que les impide realizarse.
Este fin de semana la editorial y la autora estuvieron en México donde discutieron con un pequeño grupo algunas de las cosas que plantea Mujer Serena, el cuarto libro de la serie.

MUJER SERENA

Rayda Guzmán, de origen venezolano y avecindada en España, es doctora en filosofía, ejerce como filósofa asesora desde 2003 y pertenece a la Asociación Española para la Práctica y el Asesoramiento Filosóficos (Asepraf).

De Mujer Serena explica: se trata de un ensayo estructurado sobre historias reales de mujeres que han pasado por mi consulta y añade que a través de esas historias presentó el modo como la filosofía ve actualmente los diferentes problemas que enfrenta la condición femenina en el siglo XXI.

¡Por ellos aunque mal paguen! es un capítulo del libro con una visión femenina del pragmatismo. Tres mujeres, Lilian, Mercé y Mar, de edades y estratos sociales diferentes, buscan el bienestar para ellos sin pensar en el suyo propio.

Treinta años no es Nada aborda la mirada existencial de una cincuentona que se enfrenta por primera vez a lo que se conoce como infidelidad.

Pero el libro entra en otras realidades de las españolas de este tiempo. ¡Aquí estoy porque he llegado! es la historia de Marisa, que llegó de Colombia a España en busca de una nueva oportunidad. Atrás dejó a su familia y quería reflexionar con la ayuda filosófica sobre qué es lo que pasa ahora en su vida, en otro país, y cómo tiene que construir una pertenencia.

Y cada historia de Rayda viene de esas mujeres que la consultan, con las que, dice, charla, intercambia experiencias, lee o participa en una reunión colectiva, que en Europa se llaman Cafés Filosóficos.

SÓCRATES, EPICURO Y NIETZCHE

Estas tres referencias filosóficas, en tiempo y espacio, en visión y contradicción, son algunas de las filosofías e ideas que se discuten en algún espacio de diálogo que se ubique en alguna calle madrileña o en Buenos Aires, donde también ha llegado ya la corriente de praxis filosófica.

Hay empresas que se promueven o tienen publicidad, agencias de consultores o asesores privados, igual que lo han hecho durante casi 100 años los herederos de Freud o las corrientes hindúes u orientales que ahora aparecen en los escaparates de Nueva York.
Pero Rayda dice no. “Nuestra cultura es occidental” y nada impide conocer otras filosofías, pero toda la estructura occidental viene por ejemplo de Sócrates, por eso los cafés de Christopher Fillips son Socráticos. Ahí de lo que se trata es de pensar, de lanzar una idea y discutirla, compartirla, filosofar sin banalizar.

De dónde vienen los dichos y frases populares, qué encierran, que tiene todo eso de cultura machista y cómo se puede ahondar en esas ideas. La página 3 de Mujer Serna tiene una frase que es una provocación:

“Y si quieren saber de mi pasado, es preciso decir otra mentira, les diré que llegué de un mundo raro, que no sé del dolor que triunfé en el amor y que nunca he llorado”, José Alfredo Jiménez, de la canción ranchera Un mundo Raro, y dice Rayda, precisamente, eso es un concentrado de toda una manera de pensar que es necesario explorar.

La filósofa Rayda Guzmán, hay que señalar al final de esta información, es especialista en Hermenéutica y filosofía francesa. Ha impulsado en España el primer master sobre Práctica Filosófica.

¿A quienes está dirigida la asesoría filosófica y para qué? Encontré en la red virtual mucho sobre esta corriente que tiene apenas 25 años y que empieza a competir con todas las otras iniciativas que ofrecen soluciones a los grandes temas de nuestro tiempo, desde el ser yo.

Una propaganda muy sencilla dice para qué sirve pensar y encontrar soluciones, a qué problemas de hoy día. Esto para saber cómo es que Rayda Guzmán es una de esas asesoras.

– Se siente confuso o tiene dificultad para dar una dirección y un significado a su propia vida.

– Se enfrenta a algún dilema vital o tiene algún tipo de conflicto a la hora de tomar alguna decisión.

– Carece de autoestima y motivación.

– Tiene problemas de relaciones, dificultades emocionales o está encerrado en un círculo vicioso cuyo origen está en un enfoque limitado de pensamiento y emociones negativas recurrentes.

– Nota que no está poniendo en juego todo su potencial interior o quiere encontrar su lugar y función en la vida.

– Desea conocerse mejor, clarificar sus ideas, profundizar en ciertas cuestiones teóricas o personales.

– Ansía vivir de una forma más consciente y lúcida, o sea, más plena.

No es necesario que el consultante tenga conocimientos de filosofía. Basta con que comparta los presupuestos que sustentan el asesoramiento filosófico que resume así Tim LeBon: Los problemas de la existencia tienen un componente filosófico latente: atañen a cuestiones de significado y no a meras cuestiones factuales o técnicas.

La mayoría de las personas puede beneficiarse de los frutos del diálogo filosófico. El diálogo filosófico puede ayudar a estas personas de forma concreta y efectiva: puede determinar una diferencia decisiva en su modo de vivir.
Fuente: http://www.cimacnoticias.com/site/08030403-Pensar-o-sentir-di.32315.0.html



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2 respuestas a "Pensar o sentir, dilema para la mujer moderna"

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