Tolerancia y libertad en el pensamiento indio

Filosofía. La India siempre ha sido una gran potencia espiritual. En esta época de globalización cultural no podemos perder de vista su enorme contribución al pensamiento humano. El jesuita Francisco Javier fue el precursor de nuestro interés indológico, aunque apartado de cualquier preocupación científica. En 1542 llegó a Goa, en la costa occidental de la India, y enseguida se puso a aprender konkani y tamil, para mejor predicar la religión cristiana, que era lo único que le interesaba.
El patriarca de la indología española es Raimon Panikkar, nacido en Barcelona de madre catalana y padre hindú. En los años cuarenta se ordenó sacerdote, pero con el paso del tiempo fue abandonando el dogma católico y adoptando el punto de vista de una sabiduría transcultural, abierta en especial al pensamiento de la India. Su hermano Salvador preside y su sobrino Agustín dirige la editorial Kairós, que acaba de publicar el último libro del peruano Fernando Tola y la argentina Carmen Dragonetti, Filosofía de la India, un tocho de 736 páginas repleto de largas citas en sánscrito y aderezado con otras tantas en latín, griego y alemán, todas en su lengua original, como corresponde a autores que dominan doce lenguas cada uno, aunque seguidas de su traducción castellana. Desde luego, no se trata precisamente de una obra comercial. Hay que entender su publicación como un homenaje a Tola, patriarca de la indología latinoamericana. Ambos patriarcas, Panikkar y Tola, han superado los noventa años en un estado de envidiable lucidez mental y vivacidad intelectual, de la que es buena prueba este libro.

Fernando Tola empezó su carrera académica como profesor de griego y latín en la Universidad de San Marcos de Lima. Estudió luego en Bélgica, Francia e Italia. En los años cincuenta aprendió sánscrito y desde entonces se ha dedicado a la indología. Tradujo al castellano varios textos clásicos, incluyendo varias Upánishad y el Rig Veda. Se interesó también por las ideas de científicos como Eddington y Heisenberg, lo que dio lugar a su obra Ciencia y humanismo (1960). En 1964 fue a la India por seis años con una beca de la Unesco. En 1970 se estableció junto a su mujer y colaboradora, Carmen Dragonetti, en Buenos Aires, donde sigue viviendo y escribiendo en inglés y en español.

La mayor parte del libro aquí comentado está dedicada a la exposición de los grandes sistemas filosóficos Vedanta y Samkhya. El Advaita Vedanta o doctrina de la no-dualidad es la más profunda filosofía que ha producido la India, un monismo panteísta desarrollado con notable rigor intelectual y sin concesiones a la galería, que culmina en el descubrimiento del carácter ilusorio de una consciencia (atman) separada del universo (Brahman). La liberación consiste en la identificación del atman con Brahman, que lleva consigo la disolución de su ilusoria personalidad. Después de pasar revista a otras variedades del Vedanta, los autores exponen la filosofía dualista Samkhya, que reconoce materia y espíritu como realidades irreductibles y últimas y que recuerda a ideas muy posteriores de Descartes y Leibniz.

La obra está claramente articulada en torno a cuatro tesis que se presentan ya en la introducción de un modo programático y que se repiten en las observaciones finales como conclusión. He aquí las tesis:

1. En el desarrollo del pensamiento indio se han presentado los mismos problemas filosóficos que en la tradición occidental, que han sido tratados de similar manera, llegándose en ambos casos a las mismas conclusiones. Por tanto, carece de sentido negar el pleno carácter filosófico al pensamiento indio y concedérselo al occidental tradicional.

2. Tanto en el pensamiento indio como en el europeo ha habido racionalidad e irracionalidad, búsqueda de la verdad y propaganda ideológica, libertad de pensamiento ydogmatismo cerrado, confusión mental y claridad conceptual. Es más, los autores subrayan con razón que, en conjunto, la historia del pensamiento indio presenta mayores dosis de tolerancia y libertad que la europea, cuajada de manifestaciones de intolerancia, acusaciones de herejía, violentas persecuciones y guerras religiosas.

3. En la India existió filosofía en un sentido tan pleno como en la occidental, como los autores ponen de relieve con múltiples comparaciones entre pensadores de ambos ámbitos.

4. Todo lo dicho en las tres tesis anteriores vale exclusivamente para el desarrollo intelectual anterior al siglo XVII y sus secuelas. La filosofía antigua, medieval y moderna temprana europea no es superior a la india, pero ambas grandes tradiciones filosóficas quedaron luego superadas por el tipo de pensar que empezó con la revolución científica y que es la base del actual pensamiento universal, que ya no es occidental ni oriental.

Desde luego, la India de nuestros días está embarcada en este proceso, como muestra, por ejemplo, el excelente florecimiento de la informática en Bangalore. Dejando de lado cuestiones de detalle, me parece que estas cuatro tesis son correctas. –

Filosofía de la India. Del Veda al Vedanta. El sistema Samkhya
Fernando Tola y Carmen Dragonetti

Kairós. Barcelona, 2008

736 páginas. 29,50 euros
Fuente: http://www.elpais.com/articulo/ensayo/Tolerancia/libertad/pensamiento/indio/elpepuculbab/20090314elpbabens_2/Tes

Madrid, SPAIN. Sábado, 14 de marzo de 2009



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