Una introducción a la Teoría de las ideas de Platón

También conocida como “Teoría de las formas”, esta idea es la que dio base a toda la filosofía platónica.

Son muchas y diversas las teorías del conocimiento que han generado, luego de postuladas, una revolución en el mundo del pensamiento. Una de ellas ha sido la Teoría de las ideas o Teoría de las formas del famoso filósofo griego Platón, que postula una dualidad en la realidad separada entre el Mundo sensible y Mundo inteligible.

La Teoría de las ideas es uno de los conceptos mejor alcanzados de toda la filosofía platónica. A través de los escritos en forma de diálogos y las enseñanzas aprendidas por los discípulos de filósofo, esta idea pudo trascender a través de los tiempos y convertirse en una de las bases del pensamiento más relevante a la hora de intentar explicar ese fenómeno que llamamos realidad.

¿Quién fue Platón?

Platón fue uno de los más grandes filósofos de la historia, considerado por muchos como un pensador revolucionario por animarse a ir en contra del sistema establecido y generar pautas y teorías para ordenar las cuestiones más esenciales del hombre.

Discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, Platón fue fundador de la Academia y gran parte de su vida la dedicó a la enseñanza en dicha escuela filosófica. Fue un prolífero escritor sobre temas como la filosofía, la política, la metafísica, la ética y la educación. Muchos de sus textos tuvieron impacto en su época, pero en la posteridad fueron mucho más estudiados y extendidos.

Su más grande influencia fue Sócrates, conocido filósofo que combatió hasta la muerte por defender sus ideas. A él dedicó gran parte de su obra y sus formulaciones, pero también fue fuertemente influenciado por Heráclito y su idea del Mundo sensible; Parménides y su concepción del “Ser” y por Pitágoras y su mirada dual.

Gran parte de la obra de Platón fue creada con el fin de generar un sistema filosófico valido para cambiar el sistema político de su tiempo, que estaba siendo vulnerado por la influencia de los sofistas y pluralistas.

Su obra, su legado

Gran parte de la obra de Platón fue dedicada a la divulgación del pensamiento de Sócrates, quien no vivió lo suficiente para desarrollar la totalidad de sus ideas. Sin embargo, conforme pasaban los años, Platón se independizó de su maestro creando su propio sistema de ideas y teorías respecto al mundo.

La mayoría de las obras de Platón fueron elaboradas en forma de diálogos. Uno de sus más famosos textos, “Apología de Sócrates” tiene este estilo, donde Sócrates da un discurso de defensa ante los tribunales atenienses. Sus obras contienen una figura encargada de desarrollar un debate filosófico sobre una temática, mediante recursos como el monólogo y el comentario indirecto.

Las obras de Platón pueden dividirse en 4 etapas:

Diálogos de la juventud: caracterizados por sus preocupaciones éticas. Es en esta etapa donde está más influenciado por Sócrates y elabora textos como la Apología recién mencionada.
Época de transición: en esta etapa se destaca su interés por las cuestiones políticas, tiempo en el cual realiza el primer esbozo de lo que sería su Teoría de la reminiscencia.
Diálogos críticos: es una etapa marcada por la Teoría de las ideas, donde desarrolla textos como “El Banquete”, “Fedón” y “La República”.
Textos de la vejez: hace una revisión de sus ideas interiores y las reelabora. Además comienza a explorar temas relacionados con la naturaleza y la medicina.

La filosofía platónica es reconocida por ser una de las primeras que divide la materia del espíritu, además de que comienza a reflexionar sobre cuestiones humanas tan complejas como la pureza del conocimiento, la inmortalidad y la importancia del aprendizaje y el desarrollo integral en los hombres.

La teoría: dos mundos de una sola realidad

La Teoría de las ideas es el núcleo de toda la filosofía platónica. Si bien no se encuentra formulada en una sola obra, su desarrollo y profundización puede encontrarse a lo largo de varios textos como “La República” y “Fedón”.

En esta teoría se divide la realidad en dos mundos, por un lado el Mundo sensible o Mundo visible, que contiene formas y entidades que se captan a través de los sentidos y están sometidas al cambio constante y por otro lado el Mundo Inteligible o Mundo de las ideas, donde conviven las cosas universales, eternas y que están más allá del tiempo y el espacio.

A través del Mundo sensible percibimos las cosas, pero en realidad esas cosas no son más que una copia del original. El original reside en el Mundo de las ideas, donde todo es perfecto e inmutable.

El Mundo de las ideas aloja “las esencias” que existen aunque no sean percibidas por las personas. Las esencias son parte del conocimiento abstracto y no pueden ser objeto del conocimiento sensible, no pueden materializarse, solo se puede acceder a ellas a través de la razón. Por su naturaleza, son entidades independientes y puras.

En cambio el Mundo sensible se caracteriza por ser cambiante e inestable. Es el mundo material y tangible al que los hombres pueden acceder y percibir a simple vista, aunque en realidad este mundo no sea más que una ilusión, una “copia del mundo real”, que es el de las ideas.

A través de esta dualidad, la Teoría de las ideas intenta explicar que la única forma de acceder a la realidad y a la verdad es a través de la razón. No podemos dejarnos llevar por las apariencias, debemos percibir el mundo y desconfiar de nuestros propios sentidos si queremos interpretarlo correctamente.

En ese sentido, la filosofía se debe encargar de hacer pensar a los hombres para que tengan la capacidad de transitar desde un mundo al otro, para contemplar finalmente la “Idea de Bien” que habita en el mundo de las ideas.

La alegoría de la caverna

Esta metáfora es considerada una de las más relevantes de la filosofía, dada sus implicaciones pedagógicas y culturales. Esta alegoría fue incluida por Platón en su texto “La República”, en referencia a la situación en la que los hombres se hallan en relación con el conocimiento.

La alegoría de la caverna es una situación ficticia que intenta explicar la relación entre las percepciones y la realidad. En ella podemos ver un claro ejemplo de la aplicación de la Teoría de las ideas.

Este mito plantea la situación de ciertos hombres encadenados en una caverna. Están allí desde que nacieron, no conocen otra realidad más que esa. Estos hombres dedican sus días a mirar las paredes de las cavernas y las sombras que en ellas se proyectan gracias a una hoguera que los ilumina, pero los hombres no ven la hoguera, ni sus cadenas y mucho menos lo que está fuera de la caverna.

Los hombres pasan sus días en esa caverna, jurando que la única realidad posible es la que ven. Sin embargo, si uno de los hombres se liberara y pudiera ver el fuego, se negaría a verlo, o incluso si pudiera salir de la caverna, seguramente sentiría miedo y preferiría quedarse.

Este ejemplo es una clara muestra de que la realidad que conocemos es muy acotada y lleva tiempo y esfuerzo poder captarla sin sentirse aturdido. Estos hombres encadenados pueden ser cualquiera de nosotros, limitados a entender el mundo de determinada manera, por nuestros propios contextos y prejuicios.

La clave para alcanzar el verdadero conocimiento está en poder soltarse las cadenas y animarse a salir de la caverna, para poder ver más allá.
Fuente: http://noticias.universia.net.mx/cultura/noticia/2017/07/06/1154030/introduccion-teoria-ideas-platon.html

6 de julio de 2017. MÉXICO



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