6400 y Contando

A estas fechas, en el Distrito Federal se habrán practicado más de 6,400 abortos o interrupciones de embarazo, como le llaman los encargados de la salud en esa ciudad. Llama la atención que sostengan dichas autoridades que, de todas las interrupciones efectuadas solo se haya presentado el deceso de una persona, tal es el caso de una joven que falleció a causa de complicaciones durante el procedimiento.
¿Será verdad que solo una persona ha muerto en esta terrible práctica? Preguntémonos, en los otros seis mil trescientos noventa y nueve casos, ¿Que fue lo que les sacaron a las pacientes?.

La cuestión es que no es posible que solo pensemos que la futura madre o posible madre es la única persona que está en riesgo o que es la única vida que importa, el que está en riesgo y definitivamente sale perdiendo es el ser humano que es extraído en forma violenta del seno que debiera protegerlo y cuidarlo hasta su nacimiento.

En realidad lo que se extrae durante el aborto quirúrgico es una persona, no es un apéndice o un absceso, en ambos casos, tanto el apéndice como el absceso están plenamente identificados y se sabe científicamente que son y como se comportarán posteriormente. En el caso del aborto resulta más complicado saber que sucederá en el futuro, que va a hacer esa nueva persona una vez que tenga la posibilidad de ejercer sus actos con entera libertad, sin la dependencia vital de su madre.

Afirmar o sentenciar que los niños solo vienen a sufrir y a complicar nuestro modo de vivir, y por ello es necesario evitar a toda costa su llegada a este mundo, es renunciar de forma por más egoísta al acto de dar, en este caso al acto de brindar la vida.

El derecho a la vida debe estar por encima de todo derecho, puesto que para tener derechos se debe primero tener el ser, lo que no es no tiene derechos y en este caso, los que ahora habitamos este mundo y gozamos de sus maravillas, y tomamos decisiones en busca de mejorar nuestras condiciones, debemos tener muy claro que antes de ser lo que somos tuvimos que pasar por todo el proceso que conlleva la gestación. El haber llegado primero no nos otorga derecho alguno de evitar que otros lleguen después.

Si nos indigna ver cuando el poderoso abusa del débil, debe indignarnos más el abuso que se propicia al indefenso o al inocente, y esa indignación debe llevarnos a salir de la ignorancia al pleno conocimiento de lo que somos, encontrar esa dignidad y defenderla por encima de todo.



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Una respuesta a "6400 y Contando"

  1. Yo, aunque disfruto de los coitos completos de vez en cuando, he hecho lo posible por no traer al mundo un nuevo ser, porque sinceramente, no recomendaría a nadie nacer en este perro mundo.

    Es una observación subjetiva de alguien que es moderadamente feliz, e intenta ser lúcido.

    Afirmo que muchos niños, no tienen más posibilidad que ser unos parias que se van a revolcar en el “merengue del siglo XXI”, con el desprecio de unos escasos y encumbrados macarras de la moral.

    La vida de millones de éllos, hoy en día, no es más que una larga agonía, de manera que no necesitan del infierno, pues ya “están servidos.”

    ¡Tanto amor, y no poder hacer nada contra la guerra!

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