- El filósofo del siglo XIX insistía en priorizar la lectura que nutre la mente y descartar la que distrae.
- Según el pensador, dedicar tiempo a la reflexión personal convierte cualquier libro en una guía para vivir mejor.

Para el pensador, elegir cuidadosamente qué leer es clave para cultivar una mente libre y creativa.
Por clarin.com
Arthur Schopenhauer es uno de los filósofos más subestimados del siglo XIX. Su obra, menos sofisticada que la de Hegel o Kierkegaard, se distingue por la influencia que ejerció en pensadores posteriores como Nietzsche y Freud, quienes transformaron la filosofía y la psicología modernas.
Su idea central es la “voluntad”: un impulso irracional hacia la existencia física que, según Schopenhauer, debía trascenderse mediante el arte, la ética y la introspección. A primera vista, su filosofía puede parecer desoladora, pero ofrece enseñanzas profundas sobre cómo vivir con mayor sabiduría.
Schopenhauer comprendía la relación entre felicidad y sufrimiento. Para él, la alegría no surge de la acumulación de bienes o placeres, sino de la reducción del dolor o la carencia. Esta perspectiva contradice la noción común de bienestar y obliga a replantear nuestras expectativas frente a la vida.

Schopenhauer defendía la soledad y la contemplación como fuentes de creatividad.
También reflexionó sobre la mente y el pensamiento. Para aprender y vivir mejor, advertía, es necesario dedicar tiempo a pensar por cuenta propia, cuestionando lo que leemos y evitando distraernos con información superficial o irrelevante.
Arthur Schopenhauer y el “arte de no leer”
Arthur Schopenhauer advertía que la lectura no basta por sí sola: leer sin reflexionar es dejar que otros dirijan nuestros pensamientos. La información, por sí misma, es inútil si no la analizamos, cuestionamos y transformamos en conocimiento propio.
Por eso promovía el “arte de no leer”. Evitar libros mediocres, noticias banales o contenidos que captan la atención del público sin aportar valor real. Cada minuto que dedicamos a lo trivial es tiempo que podríamos invertir en aprender algo profundo o significativo.
La mente alcanza su máximo potencial cuando está sola, sin distracciones externas. La soledad, el silencio y la contemplación estimulan la imaginación, mientras que la vida cotidiana, con su ruido constante y estímulos superficiales, limita la creatividad y el pensamiento profundo.

Para el filósofo alemán, evitar lo superficial permite dedicar tiempo a ideas que dejan una huella duradera.
La búsqueda de la verdad, advertía, se obstaculiza por prejuicios y opiniones preconcebidas. Separar nuestra identidad de nuestras creencias permite pensar con libertad y enfrentar la vida con mayor claridad y serenidad.
Reflexiones sobre vida, conocimiento y felicidad
Schopenhauer también entendía que la vida está llena de sufrimiento y dificultades. Aceptarlas reduce la frustración y permite apreciar los momentos de belleza o alegría que realmente importan. La felicidad no consiste en recibir algo nuevo, sino en eliminar lo negativo y valorar lo que ya poseemos.
El filósofo también vinculaba la grandeza con la posteridad. Crear algo significativo rara vez se comprende de inmediato; la verdadera creatividad requiere disciplina, paciencia y dominio intuitivo de las reglas.

La lectura reflexiva como herramienta para profundizar en la mente y la vida. Foto Shutterstock.
En cuanto a la lectura, la información acumulada solo tiene valor cuando se transforma mediante pensamiento crítico y reflexión. Cada libro o experiencia debe convertirse en materia prima para la mente, que es capaz de generar ideas, sueños y conceptos propios.
Para Schopenhauer, la vida se parece a un jardín: cortar lo marchito permite que florezca lo esencial. Su filosofía no busca desalentar, sino enseñar a valorar lo importante, ignorar lo trivial y dedicar tiempo a lo que realmente contribuye al conocimiento, la creatividad y la felicidad.
Notas:
Fuente: https://www.clarin.com/internacional/ignorar-trivial-arte-leer-bien-schopenhauer_0_ZHJartT6Tf.html
27 de octubre de 2025. ARGENTINA
