Libros filosóficos sobre series de TV: ¿rigor académico u oportunismo expansivo?

Cuando uno ve a Lisa Simpson no piensa inmediatamente en Sócrates; ni analiza a Cosmo Kramer, de “Seinfeld”, según Kierkegaard; ni relaciona a los náufragos de “Lost” a la luz del existencialismo sartreano. Sin embargo, hay personas que sí lo hacen y, al parecer, hay otras dispuestas a que les expliquen cómo es eso de que Dr. House está más cerca del taoísmo que del juramento hipocrático.
Al menos ese parece ser el motivo que despierta la curiosidad de quienes se acercan al estante de las librerías donde reluce un libro con la cara de Hugh Laurie y el título “La filosofía de House”.

Los libreros aseguran que, en este rubro que podría denominarse “filosofía aplicada a la TV”, el del médico es uno de los más vendidos (casi 2000 ejemplares en todo el país). La cifra puede no significar mucho al lado de los cientos de miles que siguen la serie, pero los fans no necesariamente extienden su fidelidad de la pantalla a las páginas.

El papel de la TV

En todas las librerías argentinas, y las de Mendoza no son la excepción, actualmente uno puede toparse con: “La filosofía de House”, “Dr. House, guía para la vida”, “El evangelio según Los Simpson”, “La filosofía de Lost” y “Lost, la filosofía” (que no es una tautología, es la misma idea que se le ocurrió a dos autores y editoriales distintas).

En épocas de series de culto y de fanáticos insaciables, no es de extrañar que las editoriales quieran una tajada del efecto expansivo de los fenómenos televisivos. Verdad es que no se trata de rigurosos textos académicos, aunque tampoco todos son solamente libros oportunistas en tipografías poco serias.

Entonces, ¿frivolizaciones de una pensamiento seudofilosófico o un análisis desprejuiciado sobre productos contemporáneos?

¿Zapatos de goma?

“En Estados Unidos hay muchas colecciones de este tipo y, con tanta oferta, también te pueden vender cualquier cosa, ese es el riesgo. Hay cientos de libros sobre ‘Lost’ y algunos no tienen ningún valor. Pero acá la industria es menor”, explica Gastón Levín, gerente de editorial Libros del Zorzal que con “La filosofía de Lost” (que ya agotó su primera edición de seis mil ejemplares) inaugura su colección Filo & Pop.

“Es una idea que teníamos hace tiempo, pero vimos que ya existía una colección así. Así que compramos los derechos, hicimos la traducción y la replicamos aquí”, añade.

El libro sobre la serie de la isla es un conjunto de ensayos elaborados por profesores y doctorados de filosofía de universidades de los Estados Unidos, Dublín o Francia que intentan explicar aspectos de la historia, los personajes o la adicción que despierta con teorías vinculadas con la ética, la metafísica, la filosofía política y social o la religión.

Así, alumbran las acciones de Locke a la luz del determinismo, el escepticismo o el libre albedrío.

“Nos encontramos con una enorme cantidad de títulos alrededor de figuras pop, con la amplitud con la que los estadounidenses entienden el término ‘pop’: desde héroes de historietas de los años ’50 o ’60, hasta clásicos del cine o la saga de Harry Potter”, agrega Levín.

Y adelanta que en julio la colección Filo & Pop editará “La filosofía de Crepúsculo” y “La filosofía de Alicia en el país de las maravillas”.

Estas interpretaciones filosóficas no académicas tienen varios antecedentes en los Estados Unidos, quizás el más prolífico es el de las colecciones de la editorial Open Court y de Blackwell Publishing.

Entre los títulos hay desde “La filosofía de Los Soprano”, hasta la de Woody Allen, “El señor de los anillos”, “Seinfeld”, los Monty Python, “South Park” o James Bond. Todos se anuncian con preguntas del tipo ¿Es Bond un nietzcheano? ¿Diría Simone de Beauvoir que Elaine es una feminista? ¿Qué hay de budista en Tolkien?

Es cierto que en ninguno de esos casos estamos frente a un ensayo de Slavoj Zizek analizando “Matrix”, pero en la mayoría de esas colecciones no son los nombres de los especialistas, justamente, los llamadores de los lectores, sino una tapa con la cara de su héroe de la TV.

En tanto, los defensores de estas ediciones argumentan que son ensayos escritos por académicos, sobre temas contemporáneos y populares, de manera accesible y orientados a la divulgación general.

El editor de la colección de Blackwell, William Irwin, profesor de filosofía del King’s College, considera en su página web que la filosofía ha tenido un “problema de relaciones públicas” al replegarse en algunos círculos y que puede ser relevante no sólo para responder grandes preguntas como “ser o no ser”, sino también para pequeñas como “ver o no ver South Park” o “pensar profundamente sobre la TV, películas y música”.

Y hasta expresa su lema con rima y todo: “Una cucharada de azúcar ayuda al remedio a bajar y una ayuda de la cultura popular quita telarañas a Kant”.

Desde la editorial Libros del Zorzal, Levín toma como ejemplo el libro de “Crepúsculo”: “El libro no se refiere a las propiedades de la saga, no evalúa si el producto está bueno o no; es una mirada filosófica, independientemente del gusto o valor artístico del objeto que se analiza. Es como si hicieras aquí una mirada filosófica sobre Patoruzú. Pero, para algunos, elegir ese objeto de análisis está mal o lo ven como si fuera algo berreta. En la Argentina no siempre fueron bien recibidos esos cruces”.

¿Son o no son libros filosóficos? ¿Para qué vinieron al mundo de las librerías?

¿Qué sentido tienen en la vida de las series de TV?.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/notas/2010/6/21/estilo-497590.asp

ARGENTINA. 21 de junio de 2010



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3 respuestas a "Libros filosóficos sobre series de TV: ¿rigor académico u oportunismo expansivo?"

  1. Soy desconfiado por naturaleza y estos intentos de popularización me parecían más bien logros de trivialización hasta que me topé y leí “La filosofía de House”, principalmente porque me encanta el personaje y la serie.
    Ciertamente es raro en nuestros países (vivo en México) y mucho de lo que hacen los gringos me parece cualquier cosa menos plausible, pero en éste caso encontré un menú interesante de ideas y corrientes filosóficas de las que no tenía ni idea como lego que soy en la materia.
    Por otra parte, los artículos que lo componen me parecen ejemplos claros de lo que es un ensayo: una reflexión sobre un tema que, en este caso, resulta transversal a la historia misma que toma como base.
    Indudablemente como en cualquier mercado los productos logrados se codean con la basura, pero eso no lo hace el tratamiento de personajes populares de la televisión, así como la reflexión sobre los personajes de Platón no asegura el valor de la misma.
    Por cierto, a la crítica de este tipo de textos habría que agregar otros que a mi parecer le son similares como “Más Platón y menos Prozac” o los de Paulo Cohelo.

    Saludos.

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