Nietzsche, el eterno viajero

Una mirada diferente a la vida del filósofo, poeta, músico y filólogo alemán.
La Nouvelle Quinzaine littéraire -prestigioso periódico de la cultura francesa e internacional, que hace excelentes comentarios de libros sobre literatura, historia literaria, poesía, artes, ideas, filosofía, sociología, psicoanálisis, historia, teatro, cine, música, por grandes especialistas, fundada en 1963 por Maurice Nadeau- y la fundación Louis Vuittton, han creado la colección de libros, Viajar con… basada en el tema del viaje.

La colección ha publicado libros sobre Marcel Proust, Simone de Beauvoir, Karl Marx, Joseph Conrad, Jacques Derrida y Lawrence Durrell.

El último es el titulado Friedrich Nietzsche, L‘Éternel Départ (París, 2014), prologado por el filósofo y germanista francés Jean Lacoste, que ha seleccionado los textos, a partir de la extensa y profunda correspondencia de Nietzsche, con su madre Franziska, su hermana Elisabeth, y sus amigos más cercanos.

Nietzsche pasa su infancia en Naumburg, en compañía de su abuela e ingresa al Liceo de la catedral de la ciudad. Luego en Pforta, ingresa al internado donde se formaban los pastores y administradores, que tuvo como alumnos a Fichte y al poeta Klopstock. Allí adquiere una importante formación literaria y estudia a los clásicos griegos y romanos, pero vive un proceso de ruptura, de desgarramiento y melancolía. En la universidad de Bonn, estudia filología y teología, y abandona esta contra la voluntad de su profesor, el eminente filólogo Friedrich Ritschl. Por su brillante formación académica es nombrado profesor de filología clásica en la universidad de Basilea a los 25 años, antes de obtener la licenciatura, y la universidad de Leipzig le concede el doctorado sin la sustentación. En la universidad de Tribschen da la lección inaugural: Homero y la filología clásica.

En su vida, jugaron un papel importante su madre y su hermana Elisabeth a pesar de algunas divergencias. Conformó un selecto grupo de amigos entre quienes destacan Paul Rée, Lou Salomé, Franz Overbeck, Paul Deussen, Carl von Gerdorff y Erwin Rohde, su compañero de estudios en Leipzig. A Jabob Burckhardt, profesor de historia, su colega en la universidad de Basilea, autor de la importante obra La cultura del Renacimiento en Italia, lo valora tanto que le hace llegar todos sus libros.

Malwida von Meysenbug, recuerda sus primeras impresiones de Nietzsche:

“Un hombre sino bello, al menos simpático; de aspecto joven, de talla mediana y aspecto robusto, los pómulos salientes revelaban el tipo eslavo (yo supe más tarde en efecto que la familia de Nietzsche era de origen eslavo); lo que atraía en él eran sus bellos ojos a la vez serios y benévolos”.

La investigación de Lacoste es exhaustiva y prueba que se tomó el trabajo de viajar y visitar los lugares donde Nietzsche vivió, escribió y murió. El filósofo alemán solamente vivió 56 años, (Röcken 1844, Weimar, 1900) pero tuvo una vida intensa, errante, enfermiza, signada por la soledad, la depresión, los amores contrariados y las obsesiones suicidas. Lacoste dice que esta muerte sucedida en 1849, cuando Nietzsche tenía cinco años, lo marcó profundamente, cuyo eco se “anuncia en el Insensato del relato ‘Dios ha muerto’, en el parágrafo 125 de la Gaya ciencia”.

Gran admirador de Goethe, la lectura de Su viaje a Italia (1816) despertó un interés muy grande en él para conocer ese país, “sin olvidar las páginas de Goethe sobre Sicilia, donde se encontraría la clave de todas las cosas”. Pero Sicilia también lo atraía por el recuerdo de La Odisea, porque llegaría “al fin del mundo” donde existe la felicidad, según Homero.

Visitó Roma, Florencia, Venecia, Turín, Lugano, Mergamo, Ginebra, Saint Moritz, Lucerna, Sorrento, Génova, Rapallo, Niza, Bayreuth, Sils Maria, Sicilia, Zurich, en busca de un lugar propicio para su salud y para escribir. Leipzig fue una de las ciudades que más le gustaron: se paseaba por sus calles, compraba libros y música en sus tiendas, e iba a la cava de Auerbach. Para el adolescente Nietzsche, Leipzig es “el lugar de las primeras salidas de Fausto con Mefistófeles, en la cava de Auerbach, y un símbolo de libertad. El diablo le dice a Fausto: “Te felicito del nuevo género de vida que acabas de abrazar”. También vivió en Bonn, como estudiante donde “bebía, cantaba y entraba en duelo”.

Con Krug y Pinder funda una asociación literaria y musical denominada La Germania, que se disolverá en 1863. Fue pianista, crítico musical y su cercanía con Wagner, le permitirá profundizar en ciertos campos de la música. En 1870 da la conferencia El drama musical griego. Conoce a Wagner en 1865 en Leipzig y lo frecuentará sobre todo en Bayreuth. La cuarta Consideración inactual está dedicada a él. En noviembre de 1876 le hace la última visita y no volverá a verlo por desavenencias, que se agudizan porque Nietzsche considera que Parsifal, es una obra influenciada por el cristianismo de Schopenhauer y los mitos germánicos.

Nietzsche era amoroso e hizo varios intentos de casarse pero no fue muy afortunado. Su mayor frustración fue la joven rusa Lou Andreas Salomé, compañera de Paul Rée. Tanta que se asegura que la expresión: “Vas a ver mujeres? No olvides del látigo”, en Zaratustra se interpreta como resultado de esa frustración. El rechazo le produce un ataque violento y un odio a la vida. A Lou Salomé, una escritora rusa de gran belleza y encanto, psicoanalista, autora de varias novelas y ensayos, Nietzsche la conoció por intermedio de Malwida von Meysenbug. De ella Nietzsche dirá que “tiene el espíritu agudo de un águila y el coraje de un león; y sin embargo, es una niña muy femenina que no tendrá mucho tiempo para vivir”.. A ella le dedica La gaya ciencia, con el poema sobre Cristóbal Colón “el viajero por excelencia”.

Lou Salomé tuvo muchos amigos y admiradores y asidua correspondencia con Freud y el poeta Rilke. Rilke, menor en edad que Lou, a diferencia de otros pretendientes, logró enamorarla y la convirtió en su amante durante varios años. A Rilke, Lou Salomé le enseñó ruso, lo interesó por Tolstoi y Pushkin. Paul Rée, nacido en Prusia, hizo estudios de filosofía y derecho en la universidad de Leipzig, y escribió varios libros, entre ellos El origen de los sentimientos morales.

A Mathilde von Trampedach, en Ginebra en 1853, Nietzsche le propone matrimonio intempestivamente, dama que se casa con el director de orquesta Hugo von Senger, portador de la propuesta de Nietzsche. Quizás si sus pretensiones amorosas hubieran sido correspondidas, su vida habría tomado otro camino.

Presta el servicio militar por un año como voluntario en Naumburg, en la artillería. Durante la guerra franco prusiana, trabaja como enfermero voluntario, en el frente de Alsacia.

Escribió generalmente en cuartos de hotel, o en lugares donde permanecía algún tiempo. Antes de publicar sus primeros libros, da importantes conferencias: en 1872, El Nacimiento de la tragedia, sobre el futuro de nuestros establecimientos de enseñanza. Siguen la primera Consideración inactual; la consideración “De la utilidad y de los inconvenientes de la historia por la vida inactual”. En 1858 escribe Mi vida, una autobiografía. En 1870 da la conferencia El drama musical griego, y en febrero Sócrates y la tragedia. En 1873 dicta a Gersdorff “Verdad y mentira en sentido extramoral”. En 1876 escribe la cuarta Consideración inactual., “Richard Wagner en Bayreuth”. En mayo de 1878 escribe Humano, demasiado humano. Un libro para espíritus libres. En diciembre de 1879, en Saint-Moritz, una estación termal, deprimido escribe El viajero y su sombra. En julio de 1881, en Sils María, lugar que visita seis veces, escribe el manuscrito de Aurora. Pensamientos sobre los prejuicios morales; en agosto, da a conocer El eterno retorno. En abril de 1862 escribe los ensayos “Fatum e historia” y “Libre arbitrio y fatum”. En 1882 publica La Gaya ciencia.

En mayo de 1883, en Rapallo escribe Así hablaba Zaratustra I, en solo 10 días; en septiembre Así habló Zaratustra II, en abril de 1884, Así habló Zaratustra III, en abril de 1885, Así habló Zaratustra IV. Zaratustra, “este personaje, venido de Persia, que va surgir misterioso, desde 1882, del libro La gaya ciencia, será el doble y el vocero de un Nietzsche convencido de cumplir una tarea histórica, que consiste en superar la metafísica del cristianismo y los valores morales que se desprenden”. En agosto de 1886, escribe Más allá del bien y del mal. Preludio a una filosofía del futuro. En noviembre de 1887, La genealogía de la moral. En febrero de 1888, escribe la primera versión de su Ensayo de transvaloración de todos los valores. En 1888 escribe el último plan para La voluntad de poder. En septiembre de ese mismo año acaba El Anticristo y en octubre comienza a escribir Ecce homo. En enero de 1889, se publica Crepúsculo de los ídolos o Cómo se filosofa al martillo. El filósofo alemán, que había renunciado a esa nacionalidad por odio a su país, porque “el origen del espíritu alemán viene de los intestinos afligidos”, vivía de una pensión de profesor retirado de la universidad de Basilea y de la ayuda de sus amigos.

Sufría de migrañas que habrían de afectarlo mucho a pesar de los cuidados que se procuraba, de frecuentes insomnios, muy perturbadores, y lo más grave: de una posible infección sifilítica, ligada con “el incidente fatal”, adquirida en “una casa cerrada de Colonia, que refiere Paul Deussen en 1901, de la cual Thomas Mann ha hecho un episodio crucial en su Dr Fausto”.

Lo afectaba una debilidad generalizada, problemas visuales y estomacales.

“El mal del mar le tortura, hasta conducirlo al punto extremo de la tentación del suicidio”. En enero de 1875, la enfermedad lo obliga a renunciar a la docencia.

En enero de 1889 protagoniza en Turín un incidente que confirma el estado de trastorno en que se encontraba. Se cuenta que para proteger a un caballo que recibía fuertes azotes de un cochero, Nietzsche coloca sus manos en el cuello del animal para protegerlo pero que en enseguida él cae y se desvanece.

Burckhardt, previene a Overbeck, sobre la afección mental de Nietzsche, cuando este le escribe en enero de 1889 y le dice: “Tú eres el más grande de nuestros profesores”. En Jena, el 27 de marzo 1889, “en las primeras tinieblas de su enfermedad, Nietzsche, dirá: “Es mi mujer, Cosima Wagner, quien me ha traído aquí”. En Turín, la ciudad del hundimiento o caída, Cosima, la esposa de Wagner, se le aparecerá bajo la figura de Ariadna, y él se transfigura en Dionisos triunfante. Cuando regresa a Naumburg acompañado de su madre, luego de la grave crisis mental, enfermo y mudo, va frecuentemente a la estación del tren.

“Sus intereses, dice su amigo Paul Deussen, que lo visita en 1899, “eran los de un niño: las idas y venidas de las locomotoras captaban especialmente su atención”. En 1897, en Weimar, Nietzsche se encuentra “inmerso en la oscuridad de su misteriosa enfermedad mental”. Muere en Weimar de una neumonía, el 25 de agosto de 1990. Una versión atribuye su muerte a las consecuencias de una sífilis; otra a “un meningioma derecho etroorbital, una especie de cáncer cerebral”. Es trasladado a Röcken por su madre, y enterrado cerca del presbiterio. Así termina la vida de uno de los más grandes pensadores de la filosofía de occidente, llamado “maestro de la sospecha”, junto a Marx y Freud. La tragedia de Nietzsche, “ha sido sin duda de haber sido obligado, por probidad, de romper con todo lo que él amaba, a comenzar por su Heimat, su familia y sus compatriotas”.
Fuente: http://www.eltiempo.com/lecturas-dominicales/vida-de-nietzsche/14937779

6 de diciembre de 2014. COLOMBIA



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