Para entender a Marx

Tengo que confesar que he tomado la irreversible decisión de iniciar el laudable intento de comprender una pizca del pensamiento hegeliano, en tanto y por cuanto me volveré un aspirante a ser un admirador y lector de Hegel. Pero todo tiene una explicación. Esta dura tarea no será la excepción. Hay ciertas realidades y veredas que a veces no podemos eludir por más que queramos, tenemos forzosamente que llegar a la esencia del origen de las cosas para lograr comprender parcial o totalmente un fenómeno o una obra en particular; y solamente lo haremos atravesando esas ineludibles veredas y realidades. Para el caso, entender a Karl Marx se requiere en primer lugar tener bien arraigados los pies en tierra firme, porque andar en arenas movedizas nos podemos hundir y perdernos en banales especulaciones.
Para entender a Marx es imprescindible comprender la obra en sí de Georg W. Hegel. Así de simple. Esto no es un pensamiento impulsivo, simplemente es una realidad que no podemos cambiar. Por lo menos deberíamos de haber leído sus dos obras cumbres como Fenomenología del Espíritu y la Ciencia de la Lógica. El historiador y catedrático de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), Ricardo Ribera, en un artículo titulado “Hegel para principiantes” nos dice que, entre 1812 y 1816 –Hegel- publica los tres volúmenes de Ciencia de la Lógica. Es su obra –nos dice Ribera- más compleja e importante, que le ocupó durante 10 años de intensa labor. Se sabe que Marx cuando trabajaba en los manuscritos de El Capital, volvió a releer ese texto de Hegel. Muchos han señalado la influencia hegeliana en su método; y creo que tienen razón.


Pero no solamente Ribera nos invita a acercarnos al mentor de Marx, sino que el mismo Vladimir Lenin. Decía Lenin que “No se puede comprender perfectamente El Capital, en especial su primer Capítulo, sin haber estudiado a fondo y entendido la Lógica de Hegel. Es por ello que ningún marxista ha entendido a Marx después de medio siglo”. Después de leer esto, a lo mejor haya quienes mejor abandonemos la lectura de Marx y nos dediquemos a leer a los marxistas, quienes muchas veces nos ofrecen el pensamiento marxiano ya digerido, entendido y explicado para principiantes. Al presentarse esa realidad, nosotros los trabajadores regresamos cabizbajo a nuestros puestos de trabajo, el abogado regresa a los tribunales, el médico a su clínica a recetar más Prozac y menos Platón, los profesores a su ardua labor de enseñar, los ingenieros y arquitectos a diseñar construcciones sin complicarse la mente. Para entender a Marx se requiere de un portentoso esfuerzo mental pero que al fin y al cabo vale la pena.


Me atreveré a hablar un poco de Hegel. A lo mejor y sean líneas apriorísticas. Espero no ser lapidado. Ya he aclarado que soy un candidato a admirador de Hegel, he tenido en mis manos libros del gran maestro alemán, los cuales sus primeras líneas resultan áridas; pero ello como resultado del mismo desconocimiento y la profundidad del pensador prusiano. A propósito, Hegel era considerado como el ideólogo del Estado prusiano; no obstante, eso nunca le restará el mérito de haberle introducido más pensamiento a la dialéctica. Y es que Hegel tenía una enorme pasión por la filosofía, era considerado el Aristóteles de la Modernidad. El mismo Hegel decía que “Lutero consiguió que la Biblia hablara alemán. Yo estoy en el empeño de hacer hablar alemán a la filosofía”. Alguien que haya decretado eso con semejante propiedad es digno de leerlo y comprenderlo. No fue en vano que Marx se haya pasado su juventud leyendo a los filósofos clásicos alemanes, pero, sobre todo a Hegel.


Pero, ¿qué tiene de difícil el estudio de la filosofía hegeliana? El asunto es que por la minuciosidad y delicadeza con que Hegel escribía rompía con toda gramática establecida, con todo el estilo de filosofar de la Alemania de su tiempo. La dialéctica hegeliana lesirvió de mucho a Marx para ir construyendo junto a Federico Engels el Materialismo Dialéctico. Hegel afirmaba en su pensamiento dialéctico que lo único inmutable era el movimiento. Los escritos de Hegel se caracterizaban también por esa tríada sumergida en su pensamiento y la encontramos en toda su obra.


El sistema hegeliano es por ende dividido en tres grandes campos del conocimiento. En ese campo ubicamos la lógica, la filosofía de la naturaleza y la filosofía del espíritu. Tratemos de centrarnos por ahora nada más en la filosofía del espíritu; si bien es cierto que ya pecamos de osados en hablar de Hegel, intentaré tocar superficialmente solo la filosofía del espíritu, es decir, solamente hacer mención de su composición, para que sean los expertos quienes en algún momento profundicen todavía más en ello y nos hagan expedito el camino para su comprensión.


Dentro de la filosofía del espíritu encontramos otros tres estadios para comprobar que toda la obra hegeliana está delineada por tríadas. Hegel nos habla del espíritu subjetivo; y dentro de éste enmarca a la antropología, la fenomenología y la psicología. Mientras tanto cuando Hegel nos habla del espíritu objetivo, sus campos principales de estudio son el derecho, entendido este como el derecho formal; se encuentra también dentro del espíritu objetivo la moral y la eticidad. Dentro del espíritu absoluto se ubica el arte, la religión y la filosofía misma, siendo de esta filosofía de donde surge toda la verdad. Vemos entonces la complejidad de esa trilogía en el pensamiento de Hegel.

Únicamente me he atrevido a hacer una descripción generalizada, pero estoy bien distante de hacer un balance prescriptivo de semejante forma de pensar.


Recuerdo unas palabras de Heinz Dieterich Stefan; decía: “si tú te pones a leer a Marx que tiene como 70 tomos, a Lenin que tiene otro tanto, a Trotsky y, para ser plural a Rosa Luxemburgo; cuando hayas terminado no habrás hecho nada por cuanto no le habrás lanzado ni una piedra a la policía”. Lo que Dieterich quiere indicarnos con lo anterior es que debemos llevar la teoría y la práctica de manera alterna.

Es decir, que mientras vamos leyendo marxismo-leninismo debemos incorporarnos al mismo tiempo a la lucha por las transformaciones sociales de este mundo cada vez trivial y gris, urgiendo de personas que por su forma de pensar transmitan luz en medio de las tinieblas; pero como repito, para entender a Marx es necesario tratar de comprender a Hegel. Es una menuda tarea la que tenemos los que aspiramos a teorizar sobre el marxismo. Pero por el momento tratemos de leer y comprender la obra hegeliana la cual le sirvió de base al gran genio de Tréveris.  
Fuente: http://www.diariocolatino.com/es/20111128/opiniones/97840/Para-entender-a-Marx.htm

alimontoyaopinion.blogia.com

San Salvador. El Salvador C.A. 29 de noviembre de 2011



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3 respuestas a "Para entender a Marx"

  1. Compañero muchas gracias tenía cierta duda aún tengo 15 años pero me apasiona cambiar esta obstinación tan dogmática en la que está cayendo el mundo que tiene nombre propio: capitalismo.

  2. soy una persona que me interesado por penetrarme en la filosofia marxista y quiero llegar a entender esta corriente marxista ya que durante mis estudios no le puse mucha importancia pero ahora que tengo tiempo quiero dedicar mi tiempo en esta y en otras corriente filosoficas si me pueden dar alguna hayuda se los agradecere.

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