¿Cómo nos sentimos en todos los lugares como si estuviéramos “en nuestras casas”?

Estar en nuestra casa en todos los lugares significa estar en la unidad, ahora y siempre. Nosotros llamamos como mundo esto, estar en la “unidad” y la característica de unidad, totalidad

El filósofo alemán Martin Heidegger, en su libro titulado “Los conceptos básicos de la metafísica” formado de los apuntes de la asignatura que dio entre los años 1929-1930, cita sobre el significado de la filosofía de Georg Philipp Friedrich Freiherr von Hardenberg conocido como Novalis: “La filosofía es la añoranza de la tierra natal. Es el deseo de sentir de uno como si estuviera en su casa en todos los lugares”. Heidegger, por una parte considera esta frase de Novalis como “romántica” por otra parte sale al camino de esta aforismo como el punto de partida de su propia consideración filosófica. La característica básica de la filosofía es “el deseo de estar en casa en todos los lugares”. Heidegger añade: “La filosofía solamente, si nosotros, los que están ocupados con la filosofía, si no estamos en nuestras casas en todos los lugares, puede ocurrir un deseo así…Estar en nuestra casa en todos los lugares significa estar en la unidad, ahora y siempre. Nosotros llamamos como mundo esto, estar en la “unidad” y la característica de unidad, totalidad.

La pérdida de esta totalidad continuó siendo el dibujo principal de la construcción del mismo del humano moderno. La añoranza de la tierra natal surge de esta perdida y nos fuerza para encontrar a nuestra propia casa-el lugar en el que nosotros sentimos total y unido. Con la expresión de Peter Berger, en la era de “Mentalidades sin casas” uno, a pesar de que es muy molesto, no debe estar en la búsqueda de un refugio tomando en cuenta la probabilidad de que nunca puede encontrar. Al igual que se dijo en estos versos pertenecientes al sabio musulmán, Beyazit Bestami, quien vivió en el siglo 9: no puedes encontrar la verdad, buscando, pero los que encontraron son los que continúan buscando.

En la era de los espíritus evacuados y las mentalidades sin casas, la insinuación que hace Heidegger al vínculo entre la consideración filosófica y la búsqueda que hacemos para encontrar nuestro lugar en el mundo, con la forma que llama ell, asegura una percepción de visión interior importante para nuestra “individualización” y tener “un fin/limite”. Nuestra interacción con el mundo depende de esta realidad: Nosotros, somos existencias con fines que pueden sacar sentido como existencias solas, con fin/limite de Dasein.

Los filósofos musulmanes consideraron el mundo como un lugar que perseguimos para que la verdad se saque a la luz con el objetivo de realizar a nosotros mismos. Pero la definición de filosofía de ellos también contenía una percepción extra sobre las relaciones con los humanos y el sentido de las cosas. Según la definición clásica llegada desde Kindi y Farabi hasta Molla Sadra, la filosofía es saber la verdad de las cosas, saber cómo es y comportarse según esto, por posible que sea para el ser humano. Esta definición supone que existe una cosa como la verdad de las cosas y podemos luchar para saber esto siendo existencias con fines. Pero, como una actividad mental, “saber” no es suficiente, un debe moverse como sabe, o sea según la verdadera de las cosas. Esto, con el sentido más amplio de palabra, es tomar en serio la verdad y comportarse con esta con respeto y esmero. Nosotros no somos los dueños y maestros del mundo; solamente podemos ser los guardias responsables e interlocutores sabios del mundo.

Pero aquí hay una cosa que tenemos que estar cuidado. la verdad definida por los filósofos musulmanes es más grande que puede contener el mundo. La cosa que uno prosigue para descubrir es la verdad, no es el mundo a solas. Es la verdad que nos sirve como base, refugio y casa. Estar en casa no nos concede privilegio en nuestra búsqueda de verdad. Esta situación se debe unir con la consideración de un mundo que pasa más alta de los límites físicos y mentales del mundo.

Aquí, este punto, es el lugar donde la filosofía como una práctica espiritual nos hace salir al viaje que asegurará a ser testigos a nuestro lugar y lo que está detrás. Al igual que dijo Molla Sadra, el objetivo final del pensamiento filosófico es superar nuestra existencia individual incluso del “horizonte de la existencia”. Este punto es el lugar que la filosofía estilística se evoluciona a la sabiduría y nos lidera a los nuevos horizontes intelectuales y espirituales. Esto es un viaje, vía por que descubrimos el sentido de la existencia, nuestro lugar en ella y la que descubrimos otra vez. Es un viaje que nos da un refugio y un lugar bueno a nosotros en el mundo. Así llegamos a la distancia del horizonte de existencia para estar en nuestra casa en todos los lugares.

Pero esta situación nunca nos propone una filosofía de escaparse de las realidades que será mediador de ignorar la injusticia y explotación en el mundo. Al contrario, es una obligación tener un punto de consideración filosófica y una postura moral para encararse con los problemas económicos y políticos que originan el desposeimiento y alineación que vemos actualmente muy comúnmente en el mundo. Los pretextos duros políticos nunca deben ser pretextos que nos harán renunciar de nuestra búsqueda de verdad. Esto puede ser solamente cuando nosotros interiorizamos el sentido real del pensamiento filosófico como la sabiduría y la purificación espiritual. El objetivo de la interrogación filosófica es levantar esta consciencia que tenemos. Si citamos otra vez de Sadra, convertirse en un humano mejor significa superar nuestro ego propio y pasar a relación con una base que no se puede manipular con un ego soberbio y no se puede monopolizar. Podemos estar en nuestra casa en todos los lugares sólo tomando del centro el ego que ordena y descubriendo la verdad más grande, de la que somos piezas.

Fuente: http://www.trt.net.tr

9 de noviembre de 2016. TURQUIA



::: 73 hits

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *