Con el Plan Bolonia volvemos a perder libertad

Tienen como señera del instituto a Edith Stein, que es una de «las grandes filósofas de siglo XX». Están en su «año cero», pero eso no significa que no tengan muchos proyectos. Se trata del Instituto de Filosofía Edith Stein, un centro dedicado a la investigación principalmente y en el que hay un grupo de unos treinta alumnos. Reflexionan sobre la verdad del ser humano.
El claustro está integrado por ocho profesores y a la cabeza del mismo se encuentra Marcelo López, que explica en esta entrevista qué objetivos tienen. En su claustro cuentan «con profesores de primera». La religión, tienen su sede provisional en el Seminario, el arte y la literatura son algunas de sus bases de estudio. Van a realizar colaboraciones con varios centros del extranjero. «Stein es un referente de búsqueda de respuesta», dice.

-¿Qué hace el Instituto Edith Stein? ¿Cómo lo definiría?

-El Instituto de Filosofía Edith Stein es fundamentalmente un centro de investigación. Un centro en el que intentamos mirar la experiencia humana desde la filosofía, religión, literatura, arte, música… Está pensado de una manera bastante abierta. Podríamos decir que con un modelo anglosajón donde el ámbito de estudio no está tan cerrado a cuestiones muy cerradas. Fundamentalmente intentamos mirar toda la experiencia humana para intentar explica el ser humano y su experiencia vital.

-¿Qué tipo de investigaciones realizan y cuántos profesores son?

-El claustro está formado por ocho personas. Fundamentalmente podríamos decir que hay dos líneas, filósofos profesionales y personas que han trabajado cuestiones de arte, literatura y música. No entendemos que se pueda estudiar la realidad sólo desde la filosofía. Estudiamos los autores intentando ver cómo repercute su obra en la experiencia humana.

-¿Cómo repercute?

-En occidente estamos acostumbrados a pensar en una filosofía muy académica de tal manera que parece que no tiene servicio para la vida humana. Sin embargo, cuando se coge un texto clásico, una obra épica como la Ilíada, por ejemplo, y se ve cómo determinados sujetos creen que la vida no pasa de la muerte, se enfrenta a la muerte de una manera directa. Trabajar esa gran obra de Homero desde esa perspectiva hace que las preguntas vitales que tienes de la muerte salgan a la luz. Lo que queremos saber es la verdad del ser humano y cómo se enfrenta a las cosas y no sólo ser un especialista sobre el texto de la Ilíada.

-Habla de la verdad del ser humano ¿Cuál es? ¿Cómo la explican?

-A partir de la propia experiencia. Desde luego no desde teorías ni ideologías. Lo que hay que hacer es poner al alumno delante del texto. Por ejemplo, si lee Romeo y Julieta debe valorar su propia experiencia. El hombre sólo se puede estudiar desde su propia experiencia. No lo podemos estudiar desde ideologías o teorías abstractas que sólo consiguen reducir la experiencia. Nuestro objetivo es que ese mundo sea cada vez más amplio.

-Entonces ¿Hay muchas verdades?

-La cuestión es que cuando se toma ese asunto muy en serio y va al fondo de su propia humanidad la diferencia deja de ser tan grande. En el punto de partida las posiciones son muy distintas, pero cuando en clase ponemos en común y se habla en serio hay más cosas en común. Las exigencias del corazón del hombre son comunes a todos. Las respuestas a las que podemos llegar sí que tienen diferencias que están influenciadas, por supuesto, por muchos factores. Es bueno encontrar las exigencias comunes y los aspectos que nos hacen diferentes y auténticos a cada uno.

-En estos tiempos de prisas, queda poco para pensar… ¿La sociedad adolece de esos momentos?

-Desde que somos pequeños nos dicen que trabajar es lo que tenemos que hacer, es una completa mentira. Estudiar es la forma en la que utilizamos el ocio para crecer y desarrollarnos. Las personas que han podido estudiar han sido las que han tenido tiempo libre. Una de las mejores cosas que se ha conseguido en el mundo moderno es que tengamos tiempo libre para poder dedicarnos a desarrollarnos. Y la gran pérdida que sufrimos y la vamos a sufrir más con el Plan Bolonia es que quieren que ese tiempo lo utilicemos para aplicarlo al mercado. De tal manera que quieren que dediquemos ese tiempo no a desarrollarnos nosotros si no a aspectos que el mercado necesita. Volvemos hacia atrás. Volvemos a perder libertad. El instituto de filosofía se ha creado a contracorriente con Bolonia. Pero desde luego la forma de ver la vida y de trabajar es completamente diferente a la idea de Bolonia. Queremos ser el centro inútil que para este tiempo es imprescindible. Es inútil porque no busca la utilidad inmediata en el mercado y, sin embargo, es imprescindible.

-¿La sociedad necesita entonces una Universidad alternativa?

-Por un lado tiene su sentido. Cuando la Universidad tenga muchos alumnos de esta línea práctica, por un lado estupenda, se necesitarán otros centros en los que se dediquen al estudio sin buscar una aplicación práctica. Sin ciencia teórica no hay técnica. Si esta Universidad se vuelca sólo en responder a las exigencias del mercado, hay que decir que la sociedad necesita centros como el instituto de filosofía.

-¿El Plan Bolonia es desde su punto de vista de este modo un paso hacia atrás en el desarrollo y puesta en común del pensamiento?

-Este plan responde a una situación universitaria que era insostenible. Tiene un aspecto positivo y uno negativo. La multiplicación de las universidades y la proliferación de titulaciones que buscan la utilidad práctica y económica llevan a la Universidad a dirigirse al mercado. Y cuando los alumnos que estudian para una práctica económica se encuentran una enseñanza meramente teórica se siente defraudados. Al hacer muchas licenciaturas de este tipo la Universidad debe girar y convertirse en un centro de formación profesional. Pero si se convierte en un centro de este tipo deja un hueco y, por eso, nosotros nacemos viendo esa necesidad. Somos profesores universitarios, que en un momento dado defraudados por la experiencia universitaria apostamos por venir a un centro que ha decido convertirse en la Universidad del futuro y responder a las cuestiones para las que nació la Universidad. Necesitamos aspectos teóricos.

-¿Por qué la gente cuando se le habla de filosofía se echa para atrás?

-Yo estudié filosofía en España y tuve una experiencia bastante buena, pero lo cierto es que cualquier alumno de Filosofía cuando pasa por la facultad ve que se le enseña una forma de trabajar unos textos, pero no se le enseña una forma de responder unas preguntas. La filosofía tiene que unir las dos cosas, el autor y responder a las experiencias.

-¿Por qué se tiene que defender tantas veces la filosofía?

-Los valores de la sociedad actual son los del mercado. La filosofía es un saber que no responde al mercado. Sólo se ha entendido que podemos valorar la filosofía si la ponemos al servicio del mercado y con ese concepto la filosofía sencillamente desaparece.

-¿Por qué los jóvenes están tan alejados de lo religioso y la iglesia?

-Los jóvenes no están alejados de lo religioso, lo están de la iglesia católica como institución. Eso obedece a muchas cosas. Entre otras a una perspectiva ideológica sobre la iglesia de la que la principal culpable es la iglesia, que ha mantenido unas posiciones que ha hecho que la gente la perciba como la defensora de una ideología y no como la puerta abierta a una experiencia de lo humano más grande. Los que nos sentimos dentro de la iglesia nos asombramos. Cuando el joven conoce la iglesia de verdad no tiene ningún problema. El problema es el prejuicio que viene dado por el ambiente cultural en el que estamos viviendo.
Fuente: http://www.ideal.es/granada/20081027/granada/plan-bolonia-volvemos-perder-20081027.html

Granada, España. 27.10.08



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Una respuesta a "Con el Plan Bolonia volvemos a perder libertad"

  1. Algo mas al respecto, publicado el 5 de noviembre de 2008:

    DEBATE CON ESTUDIANTES

    El rector de la Universitat de València rechaza hacer un referéndum sobre el ‘proceso Bolonia’

    Los estudiantes, contra de la reforma educativa y la ‘mercantilización’ de la universidad. Instan al rector a que ‘si no es capaz de representar a la universidad, dimita’

    VALENCIA.- El rector de la Universitat de València, Francisco Tomás, ha rechazado la opción de realizar un referéndum entre la comunidad universitaria sobre la posible paralización del llamado ‘proceso de Bolonia’ en el centro.

    Tomás ha afirmado la imposibilidad de realizar esta consulta durante el debate que se ha celebrado en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación entre el equipo rectoral y los representantes de las asambleas de estudiantes para debatir sobre el Espacio Europeo de Educación Superior.

    Durante el debate, que ha contado con una asistencia multitudinaria de universitarios que han bloqueado la entrada al recinto en el que se celebraba, los estudiantes han reclamado al rector la paralización del ‘proceso de Bolonia’, del que se han manifestado en contra.

    Los estudiantes han defendido un manifiesto de oposición a la reforma educativa y a la “mercantilización” de las universidades públicas provocada, a su parecer, por la implantación de este proceso.

    Tomás, que se ha mostrado a favor de algunos puntos del manifiesto, aunque ha afirmado que “yo sí creo en la convergencia europea”, y ha incidido en que el referéndum “no se va a realizar” porque los estatutos de la Universitat de València “expresan que se adoptará las medidas necesarias para la integración de las enseñanzas que imparta el espacio europeo”.

    Los representantes de los estudiantes presentes en la mesa de debate han criticado que esta reforma educativa “apuesta por el mercado por encima de cualquier cosa”, por lo que el conocimiento “queda sometido a la economía y la competitividad”.

    El representante de la Asamblea de Estudiantes del Campus de Tarongers ha criticado que, con el ‘plan de Bolonia’, la universidad “deja de ser un órgano plenamente público”, para sumergirse “en un continuo proceso de privatización”.

    Por su parte, los estudiantes que han asistido al debate como público han tenido la oportunidad de intervenir en un turno de preguntas, en el que han instado al rector a que “si no es capaz de representar a la universidad, dimita”.

    El Síndic de Greuges de la universidad, Enrique Gómez Royo, que ha sido el encargado de moderar el debate, ha destacado que el encuentro ha sido “un ejemplo de tolerancia y respeto”.

    Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/11/05/valencia/1225901736.html

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