El Bien Común como fundamento del Desarrollo Económico

El Bien Común como fundamento del Desarrollo Económico: El Sector Privado y el Tercer Sector en la contribución del Bienestar Social
El Bien Común

La persona es el constitutivo de la sociedad, para esto debemos de considerar la definición, en donde persona “es un individuo de naturaleza racional” ( (BEUCHOT, 2002, pág. 21)Ahora bien, la historia y la etnología, nos enseñan, que el ser humano y las personas en el transcurrir del tiempo y en toda amplitud, han desarrollado centros que le permiten constituirse como sociedad con sus normas, costumbres y su propia autoridad. Y así tenemos en la antigua Grecia una Poli como ciudad o Civitas en la época romana, convirtiéndose en sociedades políticas y en busca del bien común.

El término bien común se debe de considerar de manera análoga, es decir, en dos significados la primera Bien Común Trascendente, como el último fin de la sociedad y de las personas que la constituyen y que se encuentra fuera de la sociedad política y es de ella independiente. Y la segunda Bien Común Inmanente, entendiéndose como sociedad política, como el bien humano que tiene a bien perfectivo hacia el hombre y conforme a la naturaleza del ser humano, de tal manera que el Bien Común Inmanente está adentro de la misma sociedad política y es dependiente de ella.

Así pues el R.P. Santiago Ramírez (RAMIREZ, 1951, pág. 30), señala que el bien humano para que sea completo, debe de comprender “Tres clases de bienes. Bienes externos o exteriores, muebles inmuebles, como la riqueza y posiciones; bienes del cuerpo, como la salud y la integridad y la robustez de sus miembros; y bienes del alma, como la ciencia y la virtud”.

Para Santo Tomás considera que es de suma importancia ciertos aspectos, propiedades o condiciones del bien común a través del orden, tranquilidad, paz, amistad, bienestar y la salud pública que son necesarios para lograr el bien común.

A su vez hace referencia a “Tres cosas se requieren para el bien común de la sociedad política. Primera, la unión de todos los miembros de la sociedad en verdadera y sincera amistad, cuyo fruto propio es la paz social y la paz pública. Segunda, la unión de fuerzas de todos y de cada uno de dichos miembros para colaborar al bien común… Tercera, la suficiencia y plenitud de bienes humanos, corporales y espirituales, exteriores e interiores, físicos, intelectuales y morales que se siguen naturalmente de las dos primeras condiciones… Este bien común se debe procurar no de un modo cualquiera, sino con la mayor energía y de la manera mejor posible” (DIAZ ARAUJO, 2003, pág. 39).

Ahora que ya tenemos una concepción del significado del bien común, especificándolo en este análisis, en especial al bien común inmanente podemos preguntarnos ¿quienes participan en el bien común inmanente? ¿cuál es la función de los actores en el bien común inmanente? Para responder a estas interrogantes, debemos de comprender y entender que el constitutivo esencial de la sociedad es la persona, de tal forma que “cada individuo no es… como persona humana, una mónada, una unidad independiente. Es parte de un todo y ninguna parte puede, en cuanto a tal, existir sino por la relación que, ligándolo al todo, lo liga por lo mismo a las otras partes. La sociedad humana consiste en la dependencia mutua de los hombres con respecto al bien común; y siendo el bien común por excelencia el fin último de la vida de los hombres, hay que concluir que la sociedad es el medio necesario para alcanzar la perfección moral” (RAMIREZ, 1951, pág. 32).

Los problemas que estamos padeciendo como sociedad mexicana en lo general, y que de manera indirecta afectamos en lo particular, me pone a reflexionar de que estamos haciendo o que estoy haciendo para mitigar estos problemas.

Como individuo o persona, mi naturaleza humana, me hace parte constitutiva de la sociedad, y si en la sociedad o en su conjunto existen problemas, también estos problemas se reflejaran en mi persona.

Problema de inseguridad, de maltrato a la mujer y a la infancia, de la falta de cuidados especiales a las personas adultas, de atención a la juventud y algunos otros problemas que de alguna forma u otra afectan al ciudadano o habitante de nuestro país, pero también si lo analizamos de una manera más profunda, todas estas situaciones afectan a cada una de las familias, individuos y personas que conformamos la sociedad mexicana.

Probablemente los problemas que padecemos en la actualidad, no son los mismos de las generaciones que nos antecedieron, serán o son los mismos si atentan contra la dignidad de las personas, si no buscamos formas que nos permitan vivir en comunidad, si no unimos esfuerzos; la persona como la sociedad, Estado como medio para buscar el bien común, no podemos hablar de un desarrollo social y personal, si no lo hacemos cuando el ser humano requiere de la sociedad para su bien; mas no un bien para uno solo, sin olvidar a los demás, sino para lograr el desarrollo y perfección de todos y cada uno de los que componemos la sociedad, pues alcanzar el bien común es el fin propio de la sociedad.

Así pues, la sociedad cuenta con tres componentes de suma importancia, el Estado considerado como gobierno; el Sector Privado o Iniciativa Privada como generadora de la actividad productiva y la Sociedad Civil, al pueblo o individuos que son gobernados y que conjuntamente tratan de alcanzar aquellos bienes físicos, corporales, intelectuales, espirituales y morales, y en donde, Santo Tomás de Aquino lo complementa como “ Sociedad Política” y de manera armónica, tratan de alcanzar el bien común o bienestar social .

Considero que los principios básicos del bien común, son el “como” para alcanzar el desarrollo de la sociedad y de las personas que la integran, y aunado al principio de amistad, de manera individual, la sociedad civil se sumara para apoyar las iniciativas del estado y contribuir en la solución de los problemas.

De hecho, la sociedad civil, se ha manifestado en la solución de los problemas que aquejan a la población, a través del concepto de “amistad”, en donde para Aristóteles, la amistad es sinónimo de amar, y para él existen tres tipos de amistad. “…Estas amistades que solo descansan en lo agradable y lo útil, están muy distantes de la amistad perfecta, de la que nos une a los hombres del bien” (ARISTOTELES, S/D, pág. 62)

Haciendo alusión a Aristóteles, Santo Tomás retoma el principio de amistad como amor, conteniéndolo en algo esencial del ser humano o de la persona y como característica intrínseca del ser en sociedad humana

De tal manera, que según para Santo Tomás, se presenta la amistad útil, cuando se da por interés. La amistad deleitable pretende lo placentero y por último, la amistad honesta, en donde esta clase de amistad, busca la perfección humana y como consecuencia el desarrollo social.

Para Santo Tomás, de las tres clases de amistad, con la que cuenta el ser humano, una de ellas reviste de gran trascendencia y, señala “la amistad mejor es la que busca el bien y la perfección del amigo; es convivir según la naturaleza racional, compartiendo el bien teórico y el práctico. Se busca para el amigo, ante todo, la vida; después se le procuran los otros bienes útiles; además se tiene conversación deleitable con él; y, sobre todo, concordia en la virtud… aunque la amistad, no es propiamente una virtud, se funda en la búsqueda de la virtud, y, en ese sentido, lo que es contrario a la virtud impide la amistad, y lo que es virtuoso la fomenta (BEUCHOT, 2002, pág. 80)…” esta amistad a la que menciona Santo Tomás, es la amistad honesta.

El Estado y el Bien Común

De los entes que componen a la sociedad, se encuentra el Estado, de tal manera que debemos de considerar al Estado como un órgano estructurado jurídico-político, con la facultad de ejercer el poder, de tal manera que ese poder o autoridad da a la sociedad una identidad de comunidad, y como consecuencia el Estado con la autoridad que posee, es quien dirige a la consecución del bien común, y como sociedad es aquella que es conducida hacia ese bien. Así, “El Estado, tomado como la autoridad, dirige al pueblo o sociedad civil- que es otro aspecto del Estado, junto con la autoridad- hacia el bien común mediante la legislación, mediante el establecimiento de derechos y deberes”. (BEUCHOT, 2002, pág. 60)

De tal forma, que el ser humano, vive y convive en comunidad, también es cierto, que está sujeto a derechos y obligaciones, de igual manera el Estado cuenta con ciertos derechos y obligaciones, de tal forma que la obligación principal del Estado o de quienes ostentan el poder es de procurar, a los habitantes de la sociedad decubrir las necesidades, ya sean de tipo material, de índole cultural y/o de aquellas necesidades que busquen lograr el bienestar social en lo general, y en lo particular para el desarrollo humano.

Tratando de buscar un sentido teleológico a lo que es el Estado o Política, Santo Tomás, nos da una referencia para encontrar dicha finalidad, “el bien común es el fin que centra la vida de la sociedad civil o comunidad política, anima la actividad de su gobierno y da sentido a la ley como instrumento de la acción del poder y del orden político…” (BASAVE, 1995, pág. 130)

Y respecto al orden político que procura el Estado, el mismo Basave señala, que este deberá tender a procurar, directa o indirectamente, todos aquellos bienes materiales, culturales, morales y religiosos que permitan el desarrollo de las personas humanas. (BASAVE, 1995, pág. 130)

Ya describiendo el concepto de Bien Común, y considerando al Estado en el orden político como medio de alcanzar de satisfacer las necesidades de una sociedad, y el fin propio de la sociedad civil, podemos preguntarnos, ¿El Estado como tal, tendrá por sí solo, la capacidad de lograr satisfacer las necesidades de la sociedad? ¿Tendrá el Sector Privado, la obligación y responsabilidad de participar en el bien común? ¿De qué manera, el Tercer Sector o Sector Social contribuye para alcanzar el bienestar social? A estas interrogantes, trataremos de darle una respuesta durante el desarrollo de esta temática.

El Sector Privado y la Economía

El Sector Privado, también conocido como Iniciativa Privada, es uno de los sectores sociales que participa en la actividad productiva del país, y que de igual forma que el Estado es parte de la sociedad o de la comunidad.
Hay que recordar que la iniciativa privada o empresas son generadoras de producción y riqueza, así mismo y en gran medida contribuyen al crecimiento y desarrollo de un país, además de incidir en la participación del bien común, pues de alguna manera, busca satisfacer ciertas necesidades en la población a través del ofrecimiento de bienes y servicios.

Es claro que la función de las empresas productoras buscan satisfacer la necesidades del ser humano, pero intrínsecamente la finalidad de las empresas es obtener ganancias a través de la venta de bienes y servicios que ofrece, pero también es cierto que los bienes y servicios que ofrecen las empresas es porque el Estado se encuentra limitado y no puede por sí solo, satisfacer todas las necesidades de la población, y es aquí en donde las empresas intervienen en el proceso económico, y de esta manera participa en la contribución de alcanzar el bien común.

Y si hablamos en términos económicos, debemos de comprender y entender el objeto de estudio de la ciencia económica, para esto nos auxiliamos de Antonio J. González y Domingo F. Maza, en donde la economía trata de resolver el problema económico y lo definen “… los esfuerzos que realiza el hombre para satisfacer unas necesidades ilimitadas y en constante crecimiento con unos recursos escasos y de distintos usos”. (GONZALEZ & DOMINGO, 2006, pág. 10)

Si analizamos la definición que nos proporcionan estos autores, encontramos que las necesidades del ser humano son “ilimitadas y en constante crecimiento”, y que la sociedad cuenta con recursos o factores económicos limitados (tierra, trabajo, y capital) o escasos, y que se deben de administrar para tener la capacidad de satisfacer las necesidades. Es común que la naturaleza del ser humano nunca esta satisfecha, de tal manera que “entre más tiene, más quiere” y en esta naturaleza humana, encontramos que nuestras necesidades son ilimitadas. Así tenemos ciertas necesidades básicas o bienes necesarios, y en donde con la teoría del “consumismo”, nos creamos ciertas necesidades, aun sin tenerlas y que influyen para aumentar cada vez mas otras necesidades que no son las básicas.

Dentro de las necesidades básicas que tiene el ser humano, para su desarrollo, se encuentra la necesidad de alimento, vestido y alimento. Sin embargo, como hemos mencionado, nuestras necesidades son ilimitadas y en constante crecimiento, y para un ejemplo de esas necesidades, y de acuerdo a nuestra naturaleza humana, Carlos Llano Cifuentes, nos dice “Platón… propone una relación de bienes rigorosamente necesarios que todo hombre debería poseer, y ninguna otra cosa más… alimento, habitación y vestido. El resto, es superfluo…la del calzado, y todo porque después descubrió que en Atenas había muchas piedras y no se podía ir descalzo… Marx coincide con Platón, en cuanto a las necesidades básicas de alimento, vestido y habitación, pero en el lugar que residía, un muy frio, agrego la calefacción y un etcétera”. (LLANO, 1999, pág. 36)

Como podemos comprender, que cuando se satisfacen ciertas necesidades, nos creamos o creamos nuevas necesidades, y si estuvieran vivos un Platón o un Marx, nos dirían que el ser humano tendría la necesidad de un micro ondas, o si recordamos del aparato televisor, que con el desarrollo de la tecnología, paso de ser un aparato de bulbos, manipulado con botones e imagen a blanco y negro, a un televisor con imagen a color, sin botones, sin bulbos y con la capacidad de manipularlo a control remoto, vamos a encontrar, el crecimiento de nuevas necesidades, y que tal vez no sean tan imprescindibles, como las básicas .

Todos los seres humanos actuamos por fines, así también los entes que componen la sociedad cuentan con ciertos fines, así tenemos que el Estado actúa o tiene la necesidad de alcanzar el bien común, el sector privado tiene como finalidad, de manera inmediata, obtener ganancias, y de manera mediata buscar satisfacer , a través de los bienes y servicios, las necesidades de la comunidad.

La economía de igual forma, busca resolver el problema económico, tratando de satisfacer las necesidades humanas, sin embargo, la finalidad de la ciencia económica es lograr o alcanzar un crecimiento y desarrollo económico. Para comprender el concepto de crecimiento económico, hacemos referencia a los autores González Antonio y Maza Domingo, en donde crecimiento económico es “ampliar su capacidad productiva para poder satisfacer adecuadamente las necesidades crecientes de la sociedad”. (GONZALEZ & DOMINGO, 2006, pág. 48) Es decir, el significado de crecimiento económico, se refiere en términos cuantitativos, así al aumento en la producción, infraestructura, etcétera.

En relación a la definición de desarrollo económico, se puede reflejar, a partir, en términos cualitativos, como “la principal manifestación del desarrollo económico, es la elevación del nivel de vida de la población en su conjunto” (MENDEZ, 2004, pág. 47). Luego entonces, podemos afirmar que tanto el sector público, como el privado convergen y coinciden en darle y ofrecerle a la población los satis factores necesarios para su desarrollo, por un lado el Estado buscando el Bien Común, y por otro lado, la iniciativa privada a través de la utilización de los factores productivos y de las actividades económicas, como la producción, distribución y consumo de los bienes y servicios, y de esta forma propiciar el desarrollo económico.

Es necesario hacer mención, de que el Estado es rector de nuestra economía, aplicando regulaciones, como es el caso de evitar los monopolios, orientar a la población sobre ciertos productos, cuidar el medio ambiente, cuestiones, en donde las empresas no deben, ni pueden participar, por ejemplo en la seguridad o impartición de justicia. De tal forma que el Estado con la participación del sector privado, unidos busquen de alguna forma, el desarrollo económico como sinónimo de bienestar y bien común.

Los organismos de la Sociedad Civil o Tercer Sector, partícipes del Bienestar Social

Otros de los componentes principales de la sociedad, y consideramos el más importante, ya que de ahí se deriva el sector privado y se justifica el Estado, es el Tercer Sector, que de alguna forma u otra busca satisfacer sus necesidades, y cuya finalidad primordial, es de participar de manera activa en la solución de los problemas que aquejan a la sociedad, y en donde el Estado o sector, privado, por si solos, no ha podido o no han querido resolver.

Sin embargo, en el desarrollo del concepto del Tercer Sector, ha sido consecuencia de diversas manifestaciones de la propia sociedad civil, así tenemos por ejemplo, las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), que promueven el ejercicio de acciones humanitarias, como el caso de derechos humanos, problemas de inmigración, justicia, equidad de género, entre otras acciones, además, estas acciones van encaminadas a presionar al Estado para que sus demandas sea atendidas y dar solución a sus peticiones.

Los Organismos de la Sociedad Civil (OSC), aunque su finalidad es también proponer y lograr soluciones a las necesidades que la sociedad demanda, estas se involucran en propuestas de políticas públicas, y son ajenas a cualquier tipo de sindicato o partido político. No debemos confundir, los organismos de la sociedad civil realizan actividades de tipo político, pero no realizan actividades de tipo partidistas o política de Estado, porque si así lo hicieran, perderían la esencia por las cuales fueron creadas.

De tal manera, que el Tercer Sector, surge como una necesidad social, y para nuestro tratado, vamos a considerar la definición del Tercer Sector de los autores, Oñoro Martínez Roberto, Niebles Elmira y Oñoro Coneo Elmira, “El Tercer Sector está formado por organizaciones sin ánimo de lucro, es decir, asociaciones, fundaciones, Ong’s, empresas sociales que trabajan en el ámbito de la economía social, principalmente. Por tanto Tercer Sector convive con la actividad del Sector Público (administraciones públicas, partidos políticos) y el Sector Privado (sociedades mercantiles)” (OÑORO, 2006). De tal manera que el Tercer Sector, converge con el Sector Público y Sector Privado, en donde cada uno de estos sectores tiene muy claro su finalidad, el sector público el bien común, el privado contribuir al desarrollo económico, y el tercer sector promover el bienestar social.

El génesis de la formación de las organizaciones o de participación ciudadana en búsqueda de satisfacer sus necesidades o resolver sus problemas sociales en México, es necesario recurrir y remontarnos hasta la época de la colonia, en donde el virreinato de la Nueva España o la Corona Española no contaban con la capacidad suficiente para afrontar la gran responsabilidad de solucionar los problemas, de aquella época, de los habitantes de la Nueva Colonia Española.

Para suplir esta deficiencia del Estado o de la Corona Española, tuvo que permitir la intervención de las Ordenes Monásticas y Religiosas, como lo fueron los Franciscanos, Dominicos y Agustinos, fueron estas Ordenes que iniciaron la acción social, una labor social en donde la Corona Española no contemplo la dimensión que representaba la colonización y muchos menos la evangelización.

Alfonso Trueba, hace mención a la vida que hicieron las Órdenes Religiosas que promovieron la participación de sus habitantes, tratando de lograr un Bienestar Social en la época de la Colonia, y señala “En un siglo, un continente se descubrió, se pobló, se colonizó, empezando por crear los medios de sustento que no se poseía y en que fue necesario aclimatar desde las vacas, los caballos y los cerdos, hasta el trigo y los repollos, y las rosas y los claveles; esto es, mucho de las cosas útiles o bellas que el hombre requiere para vivir”. (TRUEBA, 1984, pág. 9) En otras palabras, la labor realizada por las Órdenes Religiosas, consintió primeramente satisfacer las necesidades básicas de una manera digna, pues para ellos y, poder evangelizar, y haciendo referencia a los pobladores de la colonia, en especial a los grupos indígenas, señalaban “primero me alimento o como, y después soy cristiano” o “primero es el ser, y después el obrar”.

De esta manera, tenemos un reflejo que el Estado o gobierno, para sí mismo, necesita de la organización civil o participación ciudadana, para tratar de lograr el “Bien Común”, en esta caso y en esta época le correspondió a las organizaciones u órdenes religiosas (sin ánimo de lucro) colaborar con el Estado o Corona Española, en el desarrollo de la vida cívica y social de una incipiente sociedad o nación, con nuevas formas de convivencia, ya que el esfuerzo de las Órdenes Religiosas fueron encaminadas en la creación de hospitales, escuelas, atención a los niños, orfanatorios, atención de manera especial a la mujer desprotegida y mejores formas en los procesos productivos, y de esa manera, contribuir al bienestar social.

Posteriormente, en la época de la reforma aplicando el principio de “Separación Estado-Iglesia”, el Estado asume la responsabilidad total de satisfacer las necesidades de la población y de la beneficencia social y se inicia “el proceso de institucionalización de las funciones gubernamentales de asistencia, el 2 de mayo de 1962, se creó la Dirección de Beneficencia Pública, adscrita a la Secretaría de Gobernación.” (PARTICIPANTES, 2010, pág. 85) De tal manera, se constituyen en todos los estados de la república, Juntas de Asistencia Privada, con la intención de suplir las acciones sociales que realizaban las Órdenes Religiosas, y así, estas Juntas de Asistencia Privada, tratan de atender a un sector de la población con apoyo de tipo social a los grupos marginados.

Como podemos observar, la sociedad civil ha participado y manifestado para la solución de sus problemas, y la expresión más reciente en México de colaboración de la población civil, fue las del sismo de septiembre de 1985, que sacudió la ciudad de México. Ante este desastre natural, el Estado Mexicano fue rebasado ante esa situación, y de manera espontánea, la solidaridad del pueblo de México y la participación ciudadana se volcó en ayuda a los miles de habitantes de la capital del país. Carlos Monsiváis, describe los momentos críticos que se vivieron en ese momento y la participación de la organización civil, “los voluntarios (jóvenes en su inmensa mayoría) que se distribuyeron por la ciudad organizando el trafico, creando cordones populares en torno de hospitales o derrumbes y participando activamente –y con las manos sangrantes- en las tareas de salvamento, mostraron la más profunda, comprensión humana y reivindicaron poderes cívicos y políticos ajenos a ellos hasta entonces…” (MONSEVAIS, 1987, pág. 20).

Ante estos hechos, una vez más, la organización civil retoma la responsabilidad que le corresponde , y en donde el sector público y privado no tuvieron la capacidad de adecuarse en esos momentos tan difíciles, pero con el ejemplo de la organización cívica, lograron los tres sectores, el público, privado y el social unir esfuerzos para reconstruir lo que dejo, a su paso, ese terremoto en la ciudad de México, y a la vez de demostrar y comprobar, que cuando se unen estos tres sectores, por más grandes y graves que puedan ser los problemas de una sociedad, tenemos el potencial y la solidaridad para lograr cierto nivel de bienestar.

La experiencia que se vivió, con el sismo que sacudió a la capital de país, hizo posible que tanto el Estado, como la iniciativa privada, consideraran la gran importancia de la participación ciudadana, además que se alentó, para el surgimiento y crecimiento de asociaciones civiles para coadyuvar en los menesteres de la población, más desprotegida de la sociedad.

En ciudad Juárez, y según declaraciones por parte de la vocera de la delegación de la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL), señaló, que en el Estado de Chihuahua “… de 155 grupos que estaban registrados en el 2006, a la fecha suman 658, de las cuales 248 están constituidas en ciudad Juárez. Unas se dedican a la promoción de acciones a favor de grupo vulnerables, otras a las mujeres víctimas de la violencia, niñas y niños en situación de calle o con alguna discapacidad física o psicológica, son organizaciones de la sociedad civil que en los últimos seis años aumentaron hasta cuatro veces su presencia en la entidad… a nivel nacional, la cantidad de organizaciones asciende en la actualidad a 17 mil 374…a través de la convocatoria Cultura de Paz y Seguridad Ciudadana se destinaron en ciudad Juárez 7 millones 117mil219 pesos.

Los recursos se entregaron a través de 19 agrupaciones de la sociedad civil, como Desarrollo Juvenil del Norte, Fundación Integra, Escuadrón Militarizado Estudiantil Cóndor, Desarrollo Educativo, Comunitario y Altruista, Centro de Protección de Mujer a Mujer, Asociación de Padres de Personas con Necesidades Especiales, Casa Amiga, entre otras… Los proyectos presentados por las OSC van dirigidos a niños y niñas y situación de calle, donde se les da alojamiento, comida y servicios de salud; a personas con Síndrome Down o autismo, ceguera o sordera, así como mujeres que sufren de violencia intrafamiliar y social, entre otros… También las OSC impulsan iniciativas relacionadas al rescate de espacios públicos, como parques, jardines y alamedas, muchos de ellos abandonados y en manos de la delincuencia, se informó… Se promueven cursos y talleres en defensa de los derechos humanos y a favor de la equidad de género… actividades culturales y deportivas para mujeres, niños, niñas y jóvenes…” (GALLEGOS, 2012), El Estado de Chihuahua, a través de la Junta de Asistencia Privada, destina cantidades considerables de recursos, para que los organismos de la sociedad civil, realicen todas aquellas actividades y acciones que promuevan la cohesión social o comunitaria.

De acuerdo a estos datos que nos proporciona la SEDESOL, el incremento de la participación ciudadana a través del Tercer Sector, no es fortuita ni producto de la casualidad, sino que es el resultado o efecto de la necesidad de resolver los problemas de la comunidad, y como consecuencia de los hechos atípicos registrados en los últimos cuatro años en nuestra ciudad. De ahí la participación ciudadana organizada, inicio acciones de protección a la mujer de manera más eficaz, el rescate de los espacios públicos, la integración de los y las jóvenes en actividades culturales y deportivas, sembrar la semilla en los niños y niñas de la convivencia, en el respeto de las normas y cultura de la legalidad, y que el día de mañana no caigan en las garras de la delincuencia o de las drogas.

Es necesario hacer notar, que las organizaciones que componen el Tercer Sector, son asociaciones que realizan todas sus acciones y actividades sin ningún interés de lucro, pero también hay que reconocerles que participan en la actividad económica del país, generando empleos, pago de impuestos sobre la renta y servicios, de tal manera que inciden de manera eficaz en crecimiento y desarrollo del país, pero sobre todo en el bienestar social.

Reflexiones Finales

Es indudable que como sociedad tenemos problemas por resolver, también es cierto que como persona los padecemos, sin embargo es necesario que la participación del Estado en la solución de estos problemas, fomente una política social encaminada al “Bien Común”, para que fortalezca la convivencia de todos y cado uno de los miembros de esta sociedad mexicana.

Sabemos de antemano, que el Estado, por sí solo, no podrá satisfacer las necesidades de la población, pero, si con la autoridad que posee, y mediante el establecimiento de derechos y obligaciones hacia el Sector Privado y Tercer Sector, contribuyan al desarrollo económico y al bienestar social. También es necesario que el Estado o los políticos que ostentan el poder, utilicen los medios pertinentes para quitar la percepción que se tienen de ellos los habitantes, pues es lamentable que el Estado o el político, para la percepción ciudadana, sea sinónimo de corrupción, de impunidad, injusticia, etcétera.

Por otra parte, el Sector Privado, que contribuye a la generación de empleos, al crecimiento económico, y de manera directa, participar en el desarrollo económico, tiene al menos, la obligación moral de coadyuvar con el Estado a lograr el bien común, pues el Estado, con la inversión pública, reflejada en la construcción de carreteras, puentes, puertos aéreos y marítimos; instalación de servicios de luz, agua, y en otras inversiones, si bien es cierto es a beneficio de toda la población con estas inversiones, el Sector Privado es el más beneficiado para que pueda realizar todas sus actividades económicas. Sin embargo, también debe buscar los mecanismos propios, para que la percepción que se tiene de los empresarios por parte de los ciudadanos cambie, pues también es lamentable que se vea a los empresarios como especuladores, demasiado lucrativo, o excesivo afán de lucro por la venta de sus productos o servicios.

Pero también debemos de reconocer, que el Sector Privado, ante situaciones extraordinarias o desastres naturales, ha participado de manera desinteresada con la contribución en especie o monetaria, así tenemos los casos cuando ocurre un terremoto, inundaciones, y no escatima esfuerzo para apoyar y beneficiar a los que padecieron una desgracia.

La forma que se involucra el Sector Privado ha rebasado, en los últimos años, su participación a los problemas que aqueja a la sociedad en general, de tal manera que una parte de sus ganancias o utilidades son destinadas a acciones o actividades que inciden para resolver la problemática social, a tal grado, que una gran cantidad de empresas están siendo certificadas como “Empresas Socialmente Responsable”, y de esta manera contribuyen al Bienestar Social.

Por último, la participación ciudadana, a través del Tercer Sector, de alguna forma mitiga las carencias de la sociedad con el poder de la acción, no debemos de olvidar, quienes componen al Sector Público, Sector Privado y Sector Social somos los y las habitantes de una nación, pero no podemos ser simples habitantes, tenemos que ser verdaderos ciudadanos, con nuestros derechos y obligaciones, porque los ciudadanos somos parte de un todo, ese todo que le nombramos sociedad.

Por naturaleza, el ser humano, no puede ser ajeno a los problemas que le rodea, y participa de tal manera que cuando se presenta una situación que le pueda afectar a él o a una parte de la comunidad, interviene para resolver la problemática que se da. Recordemos también, que el ser humano, por naturaleza es solidario, y así se ha demostrado cuando participa, cuando ha ocurrido algún desastre. Aquí lo importante es que si deseamos que se presente un desarrollo, un bienestar o un estar bien como sociedad, la participación ciudadana o la sociedad civil, no deben debe verse como un problema para el Estado o la comunidad, más bien debe de verse como una parte de la solución y no como parte de un problema.

Pues también, a veces nosotros los ciudadanos nos percibimos, que únicamente el Estado tiene la obligación de proporcionarnos todo lo necesario, y ver al Estado en una situación paternalista, ya comprendimos que el Estado, por sí solo, no puede darnos todos los satis factores, es necesaria la participación ciudadana organizada. No debemos de olvidar que el bien común, es sinónimo de desarrollo económico, de bienestar social, de estar bien.

Si logramos conjuntar al Sector Público, Sector Privado y Tercer Sector, podemos decir que nuestro país se convertiría en una potencia de desarrollo, y seriamos los primeros en cumplir el objetivo primordial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que dice.”…aumentar el nivel de vida de las personas, de manera que tengan una vida larga, saludable, con educación y que puedan participar en la vida de sus propias comunidades” (Desarrollo, 2012)

Y si observamos, el objetivo primordial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, coincide con el bien común que busca el Estado, con el desarrollo económico donde participa el Sector Privado, y coincide también con lo que busca el Sector Social que es el bienestar social, y entre todos podemos lograr juntos la patria que todos queremos que sea, una patria con un alto nivel de desarrollo.

Ante estas circunstancias, tanto la sociedad civil, como el sector privado debemos de retomar la responsabilidad que nos corresponde, afrontando los retos de este siglo veintiuno. Solamente podremos mejorar las condiciones de vida de cada uno de los ciudadanos de nuestro país, si fomentamos la construcción de ciudadanía, la cohesión social o comunitaria, y con la participación ciudadana, edifiquemos el pacto nacional, como eje rector para fortalecer el Estado de Derecho y de Justicia que tanto necesita el país.
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Los autores son:

M.A Rubén Borunda Escobedo, Profesor, [email protected].

M.A. José Ismael Cepeda Cepeda , Profesor, [email protected].

Francisco Salas Martínez, Investigador, fsalas@ uach.mxMC.

Víctor Hugo Medrano Nevarez , Investigador, [email protected]
Fuente: Rubén Borunda Escobedo, José Ismael Cepeda Cepeda, Francisco Salas Martínez y Víctor Hugo Medrano Nevarez

MÉXICO. 9 de febrero de 2013
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