Es muy difícil asumir que no entendemos. Por Lucille

El doctor Esteban Rubinstein es médico del Servicio de Medicina General del Hospital Italiano de Buenos Aires. Hace unos años empezó a estudiar la obra de Friedrich Nietzsche y la forma en que el filósofo alemán cuestiona la verdad, la razón, la moral y la compasión. Sobre su historia y la pasión que lleva adelante habla Los médicos de Nietzschecollage documental original de Jorge Leandro Colás que se estrena en cines cine el jueves 17 de agosto, luego de recibir elogios en la última edición del BAFICI. en diálogo con el descubrimientoRubinstein avanzó claves de la película y de su historia personal como un profesional sanitario atípico.

– ¿Cómo te convertiste en médico?

A los 18 años me interesaba mucho la ciencia, el arte y la biología, pero me costaba mucho elegir una carrera para estudiar. No me gustaba mucho la Medicina hasta que hice una prueba vocacional y hablé con gente que vio en mí capacidades para eso. Entré a la universidad sin tener mucho conocimiento de la carrera ni de la familia médica y no la pasé muy bien.

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– ¿Porque?

Todo el tiempo pensé que no iba a terminar siendo médico porque era algo que no me gustaba nada. Creo que ahora lo tengo más claro, desde que comencé a estudiar a Nietzsche, Heidegger (Martin) y Spinoza (Baruch), que la Medicina se divide y se estudia de manera dividida. A pesar de que todo el tiempo se habla de que el cuerpo es uno, las cosas están claramente separadas, aunque en ese momento no tenía mucho interés en, por ejemplo, estudiar el sistema nervioso, obviamente hay que estudiarlo porque es importante. , pero ahora tengo más herramientas para entender el significado de escindir, de separar para estudiar, y la necesidad que ha tenido la ciencia de seguir este modelo a pesar de que esta escisión implica una negación y una pérdida de la totalidad.

– ¿Te preparan las facultades de medicina para hacerte estas preguntas?

No, pero también es bueno no culparlos por eso. Es difícil aprender un idioma y la verdad que en la Facultad de Medicina tienes 6 años para aprenderlo, no es fácil. Es como querer enseñar Filosofía a un chaval de 18 años.

– ¿Cómo entró Nietzsche en tu vida y cuándo empezaste a implementarlo en tu práctica profesional?

La verdad es que no siento que implemente a Nietzsche, ya que no hago una medicina nietzscheana, ni que aplico técnicas específicas basadas en su filosofía. No puedo dar un curso sobre cómo usar a Nietzsche, Heidegger y Spinoza para brindar atención, pero sí creo que tanto leerlos como las películas que veo me ayudan en la práctica con los pacientes.

Proveniente de una familia muy cartesiana, gente de ciencia que tenía una mala opinión de Nietzsche, debo confesar que lo conocí por casualidad. Sucede que además de médico soy editor y en 2010 pude viajar a Frankfurt para presentar unos libros, y allí hice un amigo que me acercó a la filosofía de Nietzsche a través de un taller. Al principio fue muy duro, no me gustaba lo que planteaba contra el judeocristianismo, el cartesianismo, lo que está bien y lo que está mal, la moralidad, pero a los dos meses me empecé a acostumbrar a su forma de ver las cosas en Así habló Zarathustray me di cuenta que claramente lo que siempre me molestó de la Medicina es la moralidad y que yo no la había conceptualizado como tal.

– ¿En qué momento empezó a disgustarte el concepto de ‘moralidad’ en Medicina?

Desde que estaba en la universidad. No me gusta esa pregunta de que “el paciente debe”, “el médico debe”, “la sociedad debe ser así”, “hay tanta gente que no se cuida”. Recuerdo que en algún momento traté de buscar herramientas en el psicoanálisis para ayudar a algunos pacientes ya pensar, y tampoco me gustó; entonces me di cuenta de que el psicoanálisis es más moralista que la Iglesia (risas). No tenía idea de que esto corresponde a toda una estructura moral.

Notas

Fuentehttps://news.eseuro.com/salud/2039248.html

4 de agosto de 2023



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