Filosofos mexicanos del siglo XX

Sobre Mario Magallón Anaya, Filósofos mexicanos del siglo XX: Historiografía crítica latinoamericana, UNAM/Ediciones Eón, México 2010, 246 páginas.
Filósofos mexicanos del siglo XX: Historiografía crítica latinoamericana, última publicación de Mario Magallón, está compuesta por seis estudios biográficos, por seis biografías filosóficas, por decirlo de alguna manera. Los filósofos en los que se detiene Magallón, cabe advertirlo, no solamente son representativos del siglo XX mexicano sino también de cuatro generaciones, según las clasificaciones hechas por Luis González y González y Enrique Krauze: Abraham González (1868-1918) y Ezequiel A. Chávez (1868-1964), pertenecientes a las últimas generaciones del porfiríato; Antonio Caso (1883-1946) y José Vasconcelos (1882-1959), integrantes de la del Centenario o del Ateneo; Samuel Ramos (1897-1959), de la del 15; y, por último, Leopoldo Zea (1912-2004), de la del 29.

Como una especie de respuesta a un conjunto de necesidades en los estudios de la historia de la filosofía mexicana, planteadas por Vargas Lozano en su Esbozo histórico de la filosofía en México (siglo XX), en los términos de reflexionar sobre las respuestas que han dado los filósofos a los problemas de su entorno y de su tiempo, de «analizar la función de la filosofía en la educación» y de «explicar la función política e ideológica de la filosofía en nuestra sociedad», el hilo conductor del presente libro de Magallón consiste precisamente en abordar estos tópicos, en mayor o en menor medida, en cada uno de los biografiados.

Dicho de otra manera: en todas las biografías subyace la idea de la esencia de la filosofía de Leopoldo Zea y que Magallón Anaya, como discípulo de Zea, hace propia: «La esencia de la filosofía se construye desde un ser situado, desde una circunstancia histórica que demanda respuestas urgentes ante el mundo de la existencia y de la vida. Porque la esencia de la filosofía se caracteriza por el logos como fundamento ontoepistemológico desde donde se construyen conceptos y categorías teórico-filosóficas» (p. 212).

De manera concreta y específica, en el primer estudio, Mario Magallón nos refiere, inicialmente, el pensamiento filosófico educativo del profesor normalista de origen mixteco, AbrahamCastellanos; enseguida, aborda las influencias que éste tuvo de Peztalozzi, Herbart, Froebel, pero sobre todo, de Fichte; y, por último, nos habla de las propuestas que hizo Castellanos en torno a la educación indígena a principios del siglo XX, basándose primordialmente en el libro Discursos a la Nación Méxicana sobre educación Nacional.

En el segundo estudio, expone el itinerario intelectual de Ezequiel A. Chávez, mismo que pasó del positivismo de Comte al evolucionismo de Spencer y de éste al pragmatismo de Dewey para terminar con una serie de ideas espiritualistas, panteístas y teológicas; asimismo, en términos generales, aborda las propuestas filosóficas y educativas; y, en términos particulares, la democracia como ejercicio crítico transformador.

En el tercero y cuarto estudios, Mario Magallón aborda a los dos filósofos de la generación del Ateneo: Antonio Caso y José Vasconcelos. Del primero, después de hacer una breve semblanza del contexto histórico y de la biografía (en la que resalta su participación en el Ateneo de la Juventud y su constante actividad académica como profesor de filosofía), se concentra en exponer, primero, la crítica que hace Caso al positivismo; enseguida, algunas ideas centrales de La existencia como economía, como desinterés y como caridad(en el que se destaca el carácter ético y religioso de su sistema); y, finalmente, la filosofía política del mismo, contenidas en textos tales como: Discursos a la nación mexicana, El problema de México y la ideología nacional y Nuevos discursos a la nación mexicana, por un lado; y, por otro, en La persona humana y el estado totalitario y El peligro del hombre, revelando con ello tanto el alcance particular y universal de la filosofía política de Antonio Caso.

De José Vasconcelos, lo primero que comenta Magallón es el hecho de la dificultad para estudiar al autor de La raza cósmica. Concretamente, dice: «Al estudiar al hombre histórico concreto, como lo fue José Vasconcelos es muy difícil separar al sujeto y la obra literario-filosófica» (p. 131).No obstante, los tres asuntos básicos que aborda son: el sistema filosófico (cuestionando en momentos el carácter monista del mismo), las teorías de la raza y el mestizaje (con la misma dimensión de lo particular y lo universal con la que asume a Caso) y, muy ligado a la noción de raza, la postura nazi-fascista al ser director de una revista de propaganda nazi en 1940: Timón.

Dos son los temas principales al abordar a Samuel Ramos, motivo del quinto estudio: la antropología filosófica y la educación. Sin dejar de aludir algunas cuestiones tales como al promotor de la filosofía del mexicano, la polémica sostenida con su maestro Antonio Caso y el viaje a Europa (en el que recibió influencias de la filosofía alemana de ese entonces), Magallón expone como antecedente el dualismo de la antropología filosófica contemporánea, para desarrollar los temas centrales de Haciaun nuevo humanismo y vincular a éstas con los del opúsculo: Veinte años de educación en México, no sin antes reconocer que Ramos no escribió una filosofía de la educación propiamente dicha.

El sexto y último estudio, uno de los más extensos junto con el de Antonio Caso, Mario Magallón lo dedica a su maestro Leopoldo Zea. Con un tono un tanto intimista en los primeros párrafos («Recuerdo cuando el maestro Zea pasaba por el cubículo y me comentaba sobre una idea…»), algunos conceptoss y aspectos que se destacan en este estudio son: la filosofía de Leopoldo Zea en la historia, la noción de la filosofía en tanto que compromiso ético con respecto a la circunstancia histórica, la propuesta de una modernidad alternativa frente a la posmodernidad occidental y algunas ideas más en torno a la filosofía en tanto discrepancia, comunicación y diálogo.

Ahora bien, es necesario precisar que los estudios de Mario Magallón no son meramente expositivos y descriptivos. En éstos hay, entre otras cosas: una toma de postura en los que en momentos expresa su acuerdo o desacuerdo (como lo hace con Antonio Caso al referirse a la postura de éste con respecto a la Revolución), según sea la situación; una comparación entre problemas de la época de los autores con los de nuestra época (como lo hace con Abraham Castellanos al abordar el asunto de la educación indígena y referir los estudios de Carlos Lenkersdorf y Bonfil Batalla; o como lo hace con Ezequiel A. Chávez, cuando aborda los ideales éticos y humanistas de la filosofía de la educación de éste y refiere en las mismas páginas al problema de la educación actual en el mundo y particularmente en América Latina); y, además, un uso de términos que son a la vez teorías o perspectivas metodológicas: tal es la situación, por ejemplo, de la expresión y el concepto de «nuestramérica», de Horacio Cerutti; o, bien, de la hermenéutica analógica de Mauricio Beuchot (y que Magallón le agrega un carácter dialéctico).

A manera de síntesis, consideramos que el libro de Mario Magallón cumple con lo que promete en el sentido de que no pretende abordar la totalidad de la vida y la obra de sus biografiados sino solamente algunos aspectos, mismos que están en relación directa con cuestiones educativas, políticas y de la circunstancia histórica de los autores estudiados. De aquí que a cada uno de los autores les agregue un subtítulo: «trascendencia y alcances en el tiempo», a la historia de las ideas filosóficas de Abraham Castellanos; «Filósofo, educador y humanista», a Ezequiel A. Chávez; «Filósofo mexicano universal», a Antonio Caso; «Filosofía, raza y fascismo», a José Vasconcelos; «Filosofía de la cultura y el humanismo filosófico de la educación», a Samuel Ramos; y, «la filosofía latinoamericana», a Leopoldo Zea.

Y, sin embargo, a propósito de los aspectos que son la guía de los estudios biográficos, también consideramos que hay algunas ausencias bastantes significativas. Nos referimos concretamente a dos polémicas que sostuvo Antonio Caso: una, con Francisco Bulnes hacía 1922 sobre el porvenir de América Latina; y, otra, con Lombardo Toledano entre 1933 y 1934 sobre la educación socialista. Asimismo, nos referimos a la conferencia que dictó el mismo Antonio Caso en Argentina hacia 1921: «El problema filosófico de la educación», en la que vierte las ideas centrales de su sistema filosófico al problema de la educación y hace una crítica a la pedagogía en tanto que ciencia.

En el caso de José Vasconcelos, la ausencia más notable es su libro de pedagogía, De Robinson a Odiseo: una pedagogía estructurativa, mismo que todavía necesita un estudio detenido para su valoración y la relación que éste tiene con lo realizado cuando fungió como rector y secretario de educación y con su sistema filosófico. Otra cuestión ausente en Vasconcelos, si bien es cierta la relativa novedad de dar a conocer el hecho de que dirigió una revista de propaganda nazi, es la actividad filosófica realizada en los años de senectuddel Ulises criollo (1940-1959) y que consiste tanto en la creación de una asociación filosófica y de una revista, como en la participación en varios Congresos de filosofía y todas las conferencias que dictó en el Colegio Nacional.

Por lo demás, para terminar, no queremos dejar de señalar que el libro de Magallón es un buen complemento a otros estudios con la misma temática de la filosofía mexicana en el siglo XX y que han sido publicados en los primeros diez años del nuevo siglo. Estamos hablando, efectivamente, de Filósofos mexicanos del siglo XX (2000), de Antonio Ibargüengoitía; la obra colectiva en dos tomos de Humanismo mexicano del siglo XX (2004 y 2005), compilado por Alberto Saladino; Esbozo histórico de la filosofía en México y otros ensayos (2005), de Vargas Lozano; El búho y la serpiente: ensayos sobre la filosofía en México en el siglo XX (2007), de Guillermo Hurtado; Filosofía mexicana del siglo XX (2008), de Mauricio Beuchot; y, el Inventario de la filosofía mexicana en el siglo XX (2010), en formato DVD, también de Vargas Lozano, entre otros.
Fuente: http://www.nodulo.org/ec/2012/n120p11.htm

El Catoblepas • número 120 • febrero 2012 • página 11

ESPAÑA. 1º de marzo de 2012



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