La enfermedad humana que diagnosticaron Ortega y Gasset, Nietzsche y Hegel

Es una pandemia. Pocos permanecen ajenos a ella y la diagnosticaron personalidades tan cultas y enrevesadas como las de Ortega y Gasset, Nietzsche o Hegel. El hombre está enfermo y la medicina poco puede hacer. Sobre esta peculiar teoría filosófica versó este miércoles la ponencia del profesor de la Universidad Autónoma de Madrid José Lasaga Medina en el curso ‘Hombres y animales: ¿Qué hemos aprendido de Darwin?’.
“La enfermedad del ser humano es haber salido de la naturaleza”, explicó y puso como ejemplo las palabras de Nietszche: “el hombre es el animal no afirmado, es decir es el animal que la naturaleza no ha terminado de definir”.

El seminario tiene como tema de fondo “si el hombre está más enfermo cada día por haberse alejado de la naturaleza o si está cumpliendo su proyecto y lo que ocurre es que el mundo humano, con su técnica es simplemente distinto del mundo animal por lo que no debe sentir nostalgia de la naturaleza”. Y es que la racionalidad que sujeta a los instintos y aleja al hombre del aspecto más puramente animal no ha conseguido que la ciencia y la filosofía actual, “que aparentemente defienden una imagen del ser humano completamente alejada de la animal”, deje de preguntarse “en qué medida se encuentra lo animal bajo nosotros”.

Acerca de esta cuestión filosófica tan profunda, el experto tiene un punto de vista intermedio. “El humano es un enfermo que se sobrepone, su curación esta en la tensión con respecto a su propia enfermedad”. Dicho de otro modo, para Lasaga si el hombre se olvida de su origen natural “caerá en un optimismo excesivo peligroso como el de algunos científicos y políticos que creen que la razón lo puede todo”. Sin embargo, si por el contrario “el proyecto humano es animalizarse, hay una cosa que los filósofos han visto muy clara: la regresión del hombre a la naturaleza no es a la animalidad, es a la barbarie”.

Para el ponente, “el proyecto civilizatorio humano no tiene marcha atrás posible”, pero sí que advirtió de que “los terribles destrozos naturales como el cambio climático o la desaparición de la biodiversidad” son producto del intento excesivo de dominio, absorción y humanización “de lo que no es humano”. Por eso, expuso que “el hombre no puede dejar de reconocer que su proyecto humanizador tiene unos límites muy claros y no tiene derecho ha hacer lo que le dé la gana o parezca bien”.

Además, usó un episodio de la vida de Malebranche, otro de la de Rilke y uno más de la Nietszche para ejemplificar las distintas perspectivas de los dos filósofos y el poeta en relación a los animales. La anécdota de Rilke, que tiene que ver con una perra embarazada que encontró en Córdoba, tuvo un punto de efeméride, puesto que el alemán la narra en una carta datada desde el hotel Reina Victoria de Ronda a principios del siglo XX, ciudad de los cursos de verano.

Malebranche sirvió como imagen de la filosofía cartesiana, “que considera que los animales y el cuerpo humano no son más que máquinas” ; mientras que se refirió al pasaje de la vida de Nietzsche en el que se abraza a un caballo que está siendo golpeado por el cochero después de haberse caído “en un momento de debilidad mental” y “poco antes de volverse loco”, cuando el intelectual se encontraba en Turín a finales del XIX.

El curso seguirá este juves ahondando en los paralelismos evolutivos entre el ser humano y el restode las especies con una mesa redonda y dos conferencias: La cultura humana como farsa etológica y Racionalidad animal que correrán a cargo del profesor de Logica y filosofía de la Complutense Carlos Castrodeza, y de Antonio Diéguez Lucena catedrático de las mismas disciplinas en la Universidad de Málaga.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/14/andalucia_malaga/1279133468.html

SPAIN. 14 de julio de 2010



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