Santo Tomas, el fraile distraido que introdujo a Aristoteles. GAUDEAMUS IGITUR

En el siglo XIII, ser fraile no significaba llevar una vida tranquila y alejada del mundo. Muy al contrario, pertenecer a una de las llamadas órdenes mendicantes suponía estar inmerso de lleno en un apasionado debate ideológico, que se cobraría víctimas de ambos bandos y que, en el ámbito académico, tuvo como escenario la Universidad de París.
Allí impartió clases el que sin duda fue el intelectual más destacado de su época: Tomás de Aquino (1225-1274), hoy más conocido como Santo Tomás. Pero aquellos eran momentos difíciles para los frailes -Tomás lo era, en concreto de la orden de los dominicos- e incluso para los santos. Los tiempos estaban cambiando, y la Iglesia tenía dos opciones, las mismas a las que tantas veces se ha enfrentado a lo largo de la Historia: adaptarse al cambio o imponer la tradición.

Y la tradición, al menos en lo que al ámbito universitario se refiere, bien podría resumirse en una palabra: Platón. Tomás de Aquino, un joven obeso, misógino y algo distraído, había dado con la clave para conciliar los nuevos tiempos con las enseñanzas clásicas de la Iglesia. Pero tenía dos problemas: el primero, era fraile; el segundo, era aristotélico. Tanto lo uno como lo otro le granjearía enemigos, aunque por motivos bien distintos, en la Universidad de París.

El número de cátedras que podían ocupar las órdenes mendicantes estaba limitado por mandato papal, al tiempo que las enseñanzas de Aristóteles, importadas desde el mundo árabe, no casaban bien con el canon platónico de la época. Varias obras de Tomás, como otras muchas similares, fueron prohibidas, y no fue sino póstumamente cuando el filósofo dominico alcanzó el prestigio que aún hoy conserva como uno de los Padres de la Iglesia y figura clave del pensamiento occidental.

Pero no conviene caer en tópicos: Santo Tomás no fue, ni mucho menos, un mártir. Se topó, es cierto, con las polémicas, odios y censuras habituales de su tiempo, pero no llegó la sangre al río. Encontró también influyentes partidarios y, después de todo, peor lo llevaron sus oponentes. El principal de los cuales fue Guillaume de Saint-Amour (1200-1272).

Decano de Teología, a Saint-Amour no le preocupaba Aristóteles, e incluso escribió un tratado sobre el filósofo griego. Pero no soportaba a los dominicos. Logró que el Papa Inocencio IV restringiera su actividad docente y denunció en sus obras que los frailes mendicantes, en su opinión una tropa de presuntuosos y amanerados, servían al Anticristo antes que a Dios.

Quizá fue este excesivo apasionamiento lo que perdió a Saint-Amour, ya que sus propios escritos acabaron prohibidos, e incluso sufrió el exilio de París tras la llegada del nuevo Papa, Alejandro IV, mucho más cercano a las órdenes mendicantes que su predecesor. Esta circunstancia facilitaría la readmisión en la Universidad de los dominicos y otras órdenes de frailes. Pero quizás el escollo más importante que tuvo que salvar la obra de Santo Tomás fue el tránsito del platonismo, excesivamente místico y supranatural para los nuevos tiempos, al aristotelismo, que abría la posibilidad de comprender las verdades divinas no sólo con la fe, sino también mediante el ejercicio de la razón.

La historia corría a favor del de Aquino: las técnicas arquitectónicas y agrarias se modernizaban; la estructura social, aunque muy lentamente, comenzaba a cambiar. Los filósofos árabes -Averroes y Avicena- sirvieron de inspiración para que Tomás conciliara la razón con la mística. Pronto el pensamiento de Aquino sería asumido por las élites y dejaría de ser novedad para convertirse en dogma. De hecho, fueron sus seguidores aristotélicos, más de tres siglos después de su muerte, quienes llevaron a Galileo ante la Inquisición.

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Universidad de París

La antigua Universidad de París fue fundada a mediados del siglo XII a la vera de la Catedral Notre Dame de París por Roberto de Sorbonne, un clérigo de origen humilde que supo ganarse el apoyo de la nobleza y del rey Luis IX (en la imagen). En el siglo XIII contaba ya con varios colegios independientes, entre ellos La Sorbona, fundada en el año 1257 y bautizada en honor a su impulsor. Este centro adquirió gran prestigio durante la Edad Media debido a su facultad de teología, y aún hoy se encuentra entre los más reconocidos en el ámbito de las Humanidades.

Además de Santo Tomás y Guillaume de Saint-Amour, por la medieval Universidad de París pasaron multitud de nombres célebres: Gilberto de Poitiers, Thierry de Chartres, Juan de Salisbury…

La estructura original de la Universidad de París dividía las materias en cuatro bloques o facultades (Artes, Medicina, Leyes y Teología) y separaba a los estudiantes según su idioma y nacionalidad (franceses, normandos, picardos, ingleses o alemanes). Este sistema pronto se convertiría en el modelo a seguir para las demás universidades de la Edad Media.

Después de una serie de reformas entre 1968 y 1971, la Universidad de París se dividió en 13 universidades independientes, incluida la actual y renovada Sorbona.
Fuente: http://www.elmundo.es/suplementos/campus/2008/528/1227049224.html

Madrid. ESPAÑA. 19 de noviembre de 2008



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3 respuestas a "Santo Tomas, el fraile distraido que introdujo a Aristoteles. GAUDEAMUS IGITUR"

  1. es innegable el gran aporte con que santo tomas ha enriquecio al pensamiento en la filosofía occidental, al igual que fue encomiable su estudiosidad en las enseñanzas de pensadores que estaban fuera del manejo de las antiguas scholas.

    ademas resulta paradojico que la epoca de tomas de aquino sea descrita o comunmente reconocida como una era de oscurantismo, cuando fueron tiempos donde surgieron las universidades, la consolidación d ela filosofia con el choque de pensamientos desde filosofos clasicos tanto griegos romanos arabes hebreos y los que habia en la epoca.cuando hoy las mayoria de las corrientes de pensamiento permanacen hermeticas a fundamentos categoricos o axiomas utilitaristas y la ciencia se apegua mas en acances tecnicos y practicos, desdeñando el avance en el estudio de las ideas universales.

    es de reconocer el ejercicio dediscernimiento en la busqueda de la verdad, el cual, es evidente en la obra del buey mudo, como dijo y de quien dijo su maestro alberto magno al cual adapto y secundo: “su mugido resonara aun mas alla de nuestra actualidad”.

  2. Junio 15, 2010 – 18:50 PM: margarito dice:Estoy haciendo una investigación, por favor que alguien me diga el pensamiento que está inscrito en la entrada de la Universidad Sorbonna de Paris.

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