Los MBA abren sus puertas a Platón y Kant

Los cursos de filosofía están invadiendo algunos programas para enseñarles a los futuros ejecutivos más que hacer dinero.


‘Pensamiento Nobel’ es una clase optativa en el London Business School que explora los orígenes y la influencia de teorías económicas. Jason Alden for The Wall Street Journal
La mayoría de los estudiantes de escuelas de negocios apuntan a conseguir trabajos en la banca, en tecnología o en una firma de consultoría. Entonces, ¿por qué están leyendo Platón?

El departamento de filosofía está invadiendo el programa de MBA (maestría en administración de negocios), al menos en un puñado de instituciones donde el legado de la crisis financiera global ha dado lugar a iniciativas para capacitar a los estudiantes para que piensen más allá de la generación de ganancias. Cursos como “¿Por qué capitalismo?” y “Pensando sobre el pensamiento”, y lecturas de Marx y Kant, permiten a los alumnos despejarse un poco de las hojas de cálculo y los motivan a reflexionar sobre los negocios en un contexto más amplio, afirman las escuelas.

Los cursos también abordan una queja común de las empresas, que dicen que los recién graduados están capacitados para resolver problemas particulares pero a menudo no logran ver el panorama general.

“Pensamiento Nobel”, una clase optativa en el London Business School (LBS), explora los orígenes y la influencia de teorías económicas de algunos ganadores del Premio Nobel sobre temas como la eficiencia del mercado y la toma de decisiones. El curso de 10 semanas —dictado por profesores de las facultades de Economía, Finanzas y Comportamiento Organizacional— tal vez no convierta a los estudiantes en los próximos laureados con el Premio Nobel, pero busca inculcarles un sentido de cómo nacen las ideas revolucionarias.

“Es importante saber por qué estamos haciendo lo que hacemos”, dice Ingrid Marchal-Gérez, una estudiante de segundo año de MBA que se inscribió en la clase de Pensamiento Nobel para equilibrar sus clases de finanzas y marketing. “Uno puede empezar a entender qué idea puede tener un impacto, y cómo transmitir una idea”.

Los estudiantes escriben ensayos narrativos para explicar cómo las ideas —como la selección adversa, o lo que sucede cuando los compradores y los vendedores tienen acceso a información diferente— ganan importancia. Joao Montez, profesor de economía que encabeza el curso, dice que quiere que los alumnos reflexionen, aunque sea por un breve momento, acerca de pensamientos que cambian el mundo.

Para muchos que cursan un programa de MBA, el desarrollo profesional y la remuneración son más importantes que la paz mundial y el futuro de la humanidad, pero Montez dice que los alumnos de la LBS han pedido más oportunidades para estudiar ideas de amplio alcance.

“Uno puede salir del aula con estas ideas presentes en su mente, y tal vez un día será útil”, señala.

Eso es verdad hasta cierto punto: Marchal-Gérez, de 38 años, cuenta que le preocupa un poco que “la pase bien, ¿pero luego qué?

Las ideas abstractas siguen siendo poco atractivas para muchos estudiantes de MBA.

Patricia Márquez, profesora adjunta de gestión de la Escuela de Administración de Empresas de la Universidad de San Diego y antropóloga de formación, se ha esforzado durante casi 20 años para enseñarles a estudiantes de MBA a idear soluciones de negocios que ataquen la pobreza, su área de enfoque académico. Los alumnos, descubrió, necesitaban mucha preparación para aplicar teorías de antropología y etnografía al mundo de los negocios.

Con el tiempo reemplazó las lecturas teóricas por estudios de casos tradicionales, si bien aún trata de llevar a cabo debates sobre temas abstractos, como la forma en que estereotipos culturales bloquean la innovación.

“Pasé seis años pensando acerca de la definición de cultura. En una escuela de negocios, la cultura puede ser medida a través de una encuesta”, dice. “Está muy orientada a la solución. No preguntamos, y no les damos margen para plantear mejores preguntas”.

Para darles oportunidades para hacer preguntas, la Universidad de Bentley, en el estado de Massachusetts, presentó el año pasado “Pensando sobre el pensamiento” como una unidad de su programa de MBA de un año. Los estudiantes pasan dos semanas estudiando arte, leyendo obras de ficción e incluso meditando.

“Hay demasiado énfasis en el trabajo de liderazgo para entender a los seguidores”, afirma Duncan Spelman, director del departamento de gestión y coinstructor. “Realmente estamos tratando de enfatizar la compresión de uno mismo” para que los estudiantes se conviertan en líderes efectivos.

Mariia Potapkina, una rusa de 29 años que planea trabajar en consultoría o estrategia luego de graduarse, dice que la clase fue “un descubrimiento de uno mismo durante 14 días sin parar”. Por ejemplo, aprendió que ella se volvía más organizada ante la ambigüedad.

No obstante, la ambigüedad puede ser perturbadora para algunos. Esteban Hunt, un estudiante de MBA de Buenos Aires, recuerda una clase en la que un artista presentó una pieza de arte y pidió a los alumnos que describieran lo que veían.

La variedad de interpretaciones, y la comprensión de que no había una única respuesta correcta, lo dejó frustrado, cuenta Hunt, y generó una ansiedad palpable entre sus compañeros.

Ese es el punto, señala Spelman, añadiendo que la incertidumbre es una realidad en la vida y los negocios.

Las escuelas de administración están ampliando sus estudios de ideas abstractas.

Para responder a la demanda de los estudiantes, la Escuela de Negocios de Copenhague expandirá este año su programa de MBA y filosofía, creado hace 15 años, impartirá las clases en inglés en vez de danés y aceptará más estudiantes internacionales.

“La tensión entre las dos palabras, negocios [y] filosofía, atrae a bastantes estudiantes jóvenes”, dice Kurt Jacobsen, director del programa y profesor de historia empresarial. Afirma que los estudiantes quieren entender mejor las dinámicas del mercado y las empresas después de la agitación económica extrema de los últimos años.

Las clases tocan temas como la línea difusa entre el trabajo y el juego, y la burocracia “racional” que se necesita para llevar a cabo un genocidio. Las lecturas asignadas incluyen selecciones del filósofo francés Jacques Derrida y el experto en gestión Henry Mintzberg.

Los estudiantes, no obstante, siguen cursando MBA tradicionales, dice Jacobsen. Entre los principales empleadores de graduados del programa de Copenhague están las consultoras McKinsey & Co. y Boston Consulting Group Inc. y la cervecera danesa Carlsberg CARL-A.KO 0.00% A/S.
Fuente: http://online.wsj.com/news/articles/SB10001424052702304885404579550292773340528?tesla=y&tesla=y&mg=reno64-wsj&url=http://online.wsj.com/article/SB10001424052702304885404579550292773340528.html



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